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CiU busca un ‘hombre bueno’ para rehacer el diálogo con los socialistas
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SANTI VILA, ALCALDE DE FIGUERES, EL HOMBRE CLAVE

CiU busca un ‘hombre bueno’ para rehacer el diálogo con los socialistas

Socialistas y convergentes andan a la greña tras el tenso debate de política general celebrado en el Parlamento autonómico la pasada semana, algo así como el

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CiU busca un ‘hombre bueno’ para rehacer el diálogo con los socialistas

Socialistas y convergentes andan a la greña tras el tenso debate de política general celebrado en el Parlamento autonómico la pasada semana, algo así como el debate del Estado de la Nación en versión local. Las relaciones han quedado seriamente tocadas y han dejado a Convergència i Unió (CiU) y al gobierno catalán con la posibilidad de pactar sólo con el Partido Popular (PP) o con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), un difícil equilibrio que el propio portavoz socialista, Miquel Iceta, califica de “ni estable, ni sólido, ni deseable” y del que asegura que “está condenado a romperse tarde o temprano”.

En las filas de CiU, se considera que el distanciamiento de los socialistas puede perjudicarles por varios motivos. En primer lugar, porque es el principal partido de la oposición; en segundo lugar, porque fue el PSC quien, precisamente, propició que Artur Mas fuese investido presidente de Cataluña el pasado mes de diciembre; y, en tercer lugar, porque les priva de un colchón de centralidad y rompe la estrategia de aparecer ante la opinión pública como una fuerza dialogante capaz de pactar con un extenso segmento parlamentario.

Las prioridades de CiU, pues, se dirigen ahora a rehacer puentes con los socialistas. Y para ello, ya se han buscado un hombre bueno, un interlocutor con peso que pueda reconducir la situación: Santi Vila, alcalde de la localidad gerundense de Figueres y uno de los jóvenes valores que tiene más futuro dentro de la federación nacionalista. Vila obtuvo en las pasadas elecciones municipales una aplastante victoria al obtener casi la mitad de los votos del municipio: sacó 12 concejales, frente a los 3 del PP, 3 del PSC y uno de ERC, ICV y la organización independentista CUP. Un salto cualitativo, ya que CiU tenía 7 ediles frente a los 6 de ERC, 5 del PSC, 2 del PP y 1 de ICV.

Vila, de 38 años, no es un político al uso. Ganador del premio de ensayo Joan Fuster en el 2004, fue el cabeza de lista de CiU por la demarcación de Gerona en las últimas elecciones autonómicas. Durante los tres primeros años de la pasada legislatura, gobernó Figueres gracias a un pacto con los socialistas, a quienes no dudó en expulsar del gobierno municipal a inicios del 2010 debido al elevado gasto del concejal de cultura (del PSC): más de 168.000 euros. Inmediatamente, estableció otro pacto de gobierno con ERC e ICV. Considerado durante tiempo como uno de los exponentes del sector moderado de CiU, Vila sostiene en la actualidad que si no se lleva a buen término el pacto fiscal, a Cataluña no le queda más remedio que la secesión de España.

Buenas relaciones con la cúpula del PSC

A pesar del conflicto con el PSC, las relaciones de Vila con la cúpula de los socialistas son buenas. “Es un hombre que puede conseguir resultados”, especifica a El Confidencial una fuente interna de CiU. Su labor, no obstante, será ardua, ya que las relaciones están muy tirantes y el pleno del debate de política general acabó por tensar aún más el ambiente. “Nos sorprendió la intervención y el tono empleados por el presidente del grupo socialista, Joaquim Nadal, y por la portavoz adjunta, Laia Bonet, de una dureza inusual, y más cuando los socialistas tienen una parte de responsabilidad en la situación actual”, señala a El Confidencial Ramon Espadaler, portavoz adjunto de CiU en el Parlamento.

Espadaler asegura que “nuestra voluntad es llegar a acuerdos con los socialistas. Estamos dispuestos al diálogo. Es verdad que el PSC no hizo muchos esfuerzos por mejorar las relaciones en el debate de política general, pero nuestra mano está tendida. De cara a los presupuestos del 2012, haremos una oferta, pero también pedimos un poco de responsabilidad, porque cada partido tiene la fuerza que le dan sus escaños y no puedes presentar una oferta y quedarte en esa posición. No se puede ser tan inmovilista”.

A falta del PSC, sin embargo, a CiU le quedan otras posibles soluciones. Tras el debate, la sensación es que los convergentes tienen a dónde agarrarse. “Hemos constatado que en cuestiones relacionadas con la economía, el empleo y la orientación de políticas activas podemos pactar con el PP. En materias vinculadas con la financiación, con ERC; en temas de autogobierno, en sentido amplio, hemos pactado incluso con ICV; y en materias sociales y de lengua, con el PSC, con quien estamos estudiando una ley electoral”, dice Espadaler.

El portavoz adjunto de CiU admite también que, paralelamente al alejamiento del PSC, ha habido un acercamiento de ERC, que acaba de estrenar nueva dirección y nueva estrategia (a partir de ahora, priorizará el eje identitario frente al eje social que hizo posible los gobiernos Tripartitos). “Pero la postura del PSC y la predisposición de ERC son cambios ocurridos al otro lado de CiU, no en CiU. Son ellos los que variaron sus posturas, no nosotros”, añade. Y sabe que de aquí a final de año espera al Gobierno catalán una difícil gestión porque ha de pactar los presupuestos del año que viene y las leyes que reformarán toda la Administración catalana. La oposición en pleno aprobó una moción en el Parlamento a que el Gobierno presente los presupuestos antes del 10 de octubre. En las filas convergentes, esta posibilidad es remota, ya que aún no tienen las cifras definitivas. “Además, en la última década sólo en una ocasión se presentaron antes de esa fecha. Ni siquiera el Tripartito los presentó a su debido tiempo”, dicen en CiU.

En el PSC se temen que “quieren demorar al máximo su presentación para que no se vean los recortes y despropósitos y que no les afecte en la campaña electoral”. Y, desde el PP, se advierte al Gobierno que “ha de cumplir los compromisos de los anteriores presupuestos y decirnos inmediatamente las líneas de los del año que viene, de lo contrario que se atenga a las consecuencias”. Porque, aseguran las fuentes consultadas, “Artur Mas se comprometió a reformar el área de trabajo, y en especial el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC) [el organismo del que depende toda la política laboral], y la formación profesional y no lo hizo. Y se comprometió a reformar temas sanitarios, como la creación de una central de compras para ahorrar gastos y tampoco lo hizo... por eso queremos saber enseguida por dónde va a ir el año que viene”.

Socialistas y convergentes andan a la greña tras el tenso debate de política general celebrado en el Parlamento autonómico la pasada semana, algo así como el debate del Estado de la Nación en versión local. Las relaciones han quedado seriamente tocadas y han dejado a Convergència i Unió (CiU) y al gobierno catalán con la posibilidad de pactar sólo con el Partido Popular (PP) o con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), un difícil equilibrio que el propio portavoz socialista, Miquel Iceta, califica de “ni estable, ni sólido, ni deseable” y del que asegura que “está condenado a romperse tarde o temprano”.