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España se llena de ‘comandos desokupa’: "Se ha metido mucha gente y es un descontrol"
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SE MULTIPLICA LA DEMANDA DE ESTe SERVICIO

España se llena de ‘comandos desokupa’: "Se ha metido mucha gente y es un descontrol"

Más de una decena de grupos ciudadanos y empresas especializadas se ofrecen a "recuperar viviendas" desde hace pocos meses. Un negocio boyante que corre en paralelo a la Justicia

Foto: Tres vigilantes custodian la entrada a un inmueble okupado en Barcelona. (EFE)
Tres vigilantes custodian la entrada a un inmueble okupado en Barcelona. (EFE)

Desocupar viviendas se ha convertido en el negocio de moda. Un nicho de mercado nuevo, lucrativo, con mucha demanda y amparado por una legalidad difusa. La empresa Desokupa fue la primera en dar con la fórmula del éxito: instalar un control de acceso en la misma puerta de la vivienda para incomodar a los okupas, a la vez que negocia con estos una compensación económica por abandonar el lugar. Ahora, hay al menos una decena de emprendedores que emulan ese modelo por toda España, desde Sevilla a Málaga y pasando por Palma de Mallorca o Barcelona. Un sector que crece en paralelo a la Justicia, impulsado principalmente por propietarios hartos de la lentitud de los procesos judiciales.

Desokupa, el polémico comando que 'libera' viviendas usando la ley

Un rápido vistazo al portal milanuncios.com permite dar con este servicio: "Si tienes problemas de okupas, llámanos, nos encargamos de todo, pisos, casas, chalés. Si no sabes cómo echarlos, no lo dudes, consulta sin compromiso”. Así se publicita Carlos, cuyo negocio "crece cada mes" y trata de hacerle la competencia a Desokupa en su misma ciudad, Barcelona. "Comenzamos hace casi un año. Nosotros no somos ni guerrilleros ni boxeadores, somos gente normal que nos dedicamos a negociar de tú a tú con el okupa, sin llegar a la intimidación. Se le hace entender que está haciendo algo ilegal y se le ofrecen por ejemplo 2.000 o 3.000 euros, según el caso y la capacidad que nos dé el propietario", explica. "A veces tocas a la puerta y te sale una señora mayor, ahí ya derivamos el caso a los abogados, pero otras te sale un tipo con un cuchillo o una pistola".

Hay 'desocupadores' que montan un control de acceso a la vivienda, al estilo Desokupa, y otros que no, que se basan en la insistencia y su poder de persuasión. El grupo de Carlos es de los segundos. "Yo no soy partidario de poner en una puerta a tres rusos expertos en guerrilla, esto no es Afganistán, no puedes ir intimidando a la gente. Claro que en tu equipo tienes que tener personas fuertes, que den una imagen, pero que ante todo sean respetuosas", prosigue. Este grupo barcelonés alternativo a Desokupa cuenta con 10 colaboradores y dos abogados. Ha pasado de recibir entre 10 y 15 llamadas al mes en sus inicios a entre 10 y 15 cada día.

"Yo no soy partidario de poner en una puerta a tres rusos expertos en guerrilla, esto no es Afganistán", opina uno de los emprendedores

Aunque la mayoría de ofertas corre a cargo de autónomos, también se han constituido empresas dedicadas en exclusiva a la desocupación. Una de ellas es Eviction, también en Barcelona. Tiene en nómina a cinco empleados y cuenta con una bolsa de 10 colaboradores según el volumen de trabajo. Igual que Desokupa, cuenta con una página web atractiva y profesional. "Eviction es una compañía especializada en recuperación de viviendas ocupadas. Ofrecemos servicios profesionales para ayudar a particulares o empresas a recuperar sus propiedades", reza la página, con un estilo similar al de un bufete de abogados.

"Ofrecemos dos servicios distintos, según sea una ocupación violenta en la que han tirado la puerta abajo o un contrato de alquiler expirado en el que ya no se pagan las rentas", explica Andrés Ruiz, director comercial de Eviction. La sociedad se fundó en enero al calor de la demanda de propietarios desesperados con la lentitud de la Justicia, y en solo tres meses ya recibe "entre cinco y 10 llamadas al día y muchos correos con preguntas".

Ruiz confirma que sus servicios sí incluyen el control de acceso a la propiedad. "Claro que nuestro personal está fuerte, pero debe de estarlo por su integridad, para evitar que un okupa violento les agreda. Nosotros somos comerciales antes que culturistas. Si el dueño contrata el control de acceso, ponemos en la puerta a uno o dos vigilantes de seguridad titulados". Y aclara: "No es lo mismo un piso ocupado por una mafia que busca una recompensa que uno ocupado por una familia con niños que no puede pagar el alquiler. En ese caso, nosotros lo derivamos a nuestros asesores jurídicos y tratamos de buscar un acuerdo económico, de ayudarles por ejemplo pagando varios meses de alquiler en otro sitio. Pero si son mafias, o chavales de 25 años que han pegado una patada a la puerta para hacer la gracia, o para meter un cultivo de marihuana o un prostíbulo, ahí sí usamos todas las herramientas legales a nuestro alcance".

Si bien Barcelona es el epicentro del negocio de la 'desocupación', en Andalucía también prolifera el servicio. Aquí un anuncio: "¿Tiene una vivienda tomada por okupas? ¿Está harto de buscar soluciones y seguir perdiendo dinero mes a mes? Control Service es una empresa de seguridad y mediación para recuperar su inmueble". Luis es el encargado. Profesional de la seguridad privada, se inició en este sector hace cuatro meses. Vive en Sevilla pero actúa en todo el país. Asegura que no trabaja "ni para bancos ni para especuladores", y es de los que sí ofrecen el control de acceso en la puerta del inmueble.

"Cada caso es distinto, pero siempre se empieza recabando toda la información posible sobre quién ocupa la vivienda. Puede ser un piso en el centro de Sevilla o un chalé a pie de playa. Si hay ancianos o menores, directamente no acepto el encargo. Pero en muchos casos se trata de mafias que realquilan la vivienda, o de gente que tiene su trabajo pero es okupa por comodidad, porque sabe que van a pasar dos o tres años hasta que un juez ordene el desalojo. En esto he descubierto que hay gente con mucha cara que se aprovecha de lo mal que funciona la Justicia", relata.

"En muchos casos se trata de mafias que realquilan la vivienda, o de gente con trabajo que es okupa por comodidad", revela Control Service

Los operativos de Control Service suelen ser "discretos, de entre dos y tres personas. Y nunca en plan violento o agresivo. Les comunico que están en una propiedad privada de forma ilegal, se negocia con dinero, instalas el control de acceso si es necesario y a partir de ahí avanzas. Si no hay muchos problemas, en tres días está solucionado".

Luis afirma que la desocupación no es su principal negocio, sino un añadido a su actividad de escolta personal. Y avisa: "Esto se ha convertido para algunos en la gallina de los huevos de oro, pero no es así. Se ha metido mucha gente y es un descontrol. Algunos son unos brutos que se van a cargar el negocio en cuanto la policía ponga orden o saquen una ley. Por ahora funciona por el vacío legal, pero yo no le doy a esto más de tres o cuatro meses".

Para evitar ese extremo, el portavoz de Eviction subraya la necesidad de que el negocio recaiga en empresas registradas. "La gente prefiere que todo sea legal, porque si ya les da miedo ir a hablar con un okupa, mucho más les dará contratar a matones. Nosotros ofrecemos esa confianza y respondemos de todo". Todos los grupos entrevistados por este diario aseguran que respetan la ley, que no amedrentan y menos aún agreden. La realidad, amparada por algunas denuncias, es que sí andan sueltos comandos que bordean el matonismo.

"Algunos son unos brutos que se van a cargar el negocio. A esto no le doy más de tres o cuatro meses", advierte Luis, que opera en Andalucía

Otra diferencia: algunos trabajan sin problemas para inmobiliarias y otros solo con particulares. Es el caso de David, líder del grupo Luchemos por lo nuestro, que emplea a siete personas (tres de ellos vigilantes de seguridad) en la provincia de Barcelona y recibe "unas 60 llamadas cada día". "Nosotros no trabajamos con inmobiliarias porque es un problema. Te piden por ejemplo que desalojes un edificio de renta antigua en el centro de Barcelona, donde hay familias con problemas muy graves, y ahí no queremos entrar. Nosotros solo trabajamos para particulares y hasta la fecha nos va muy bien así".

Lo mismo ocurre con el control de acceso en la puerta. David, como Carlos, no utiliza esa herramienta: "Lo único que ganas con ese sistema es llevarte una hostia, porque tú a ellos no los puedes tocar si no quieres que te denuncien. Nos han llamado propietarios que, antes de nosotros, habían contratado a otra gente que terminó enfrentada a la policía. Las cosas hay que hacerlas bien, porque a base de gente que no para de cagarla vamos a pagar las consecuencias los que respetamos la legalidad", advierte.

"A base de gente que no para de cagarla vamos a pagar las consecuencias los que respetamos la legalidad", se quejan en Luchemos por lo nuestro

Luchemos por lo nuestro comenzó su andadura hace un año, pero ha sido en estos últimos meses cuando ha despegado. "Al principio las pasamos canutas. Costaba mucho hacer un desalojo con éxito. Recuerdo lo que nos costó al principio sacar a un grupo de okupas rumanos de una vivienda. Pero hemos aprendido mucho y somos muy efectivos. En breve, vamos a lanzar nuestra página web para que la gente nos conozca mejor", indica David.

Variantes en este negocio incipiente hay muchas. Como la de Miguel, pionero en recuperar viviendas en Málaga y Granada. Su anuncio promete resultados en una semana. "Yo soy comercial, nada que ver con boxeadores. Mi trabajo se basa en insistir y en convencer a los inquilinos de su ilegalidad. Cuando hay éxito, el dueño me paga un 15% del presupuesto". Miguel, comercial de profesión, se sorprende aún del perfil de los okupas a los que se enfrenta. "Cuando comenzamos hace nueve meses, pensé que trataría con inmigrantes, pero la mayoría son españoles, de entre 30 y 40 años, gente que tiene un trabajo y ve que le sale bien lo de no pagar el alquiler".

"Es muy sencillo. Te pones delante de la puerta y tienen que ir saliendo uno a uno", asegura Pau, que ofrece sus servicios en Mallorca

Algunos, como Pau en Palma de Mallorca, se conforman por ahora con un operativo al mes. Aunque el rendimiento, asegura, es altísimo. "Lo vi en un programa de televisión, lo probamos y funcionó. Es muy sencillo. Te pones delante de la puerta y tienen que ir saliendo uno a uno. Si el dueño te da un presupuesto, lo puedes usar para negociar también. Más que por internet, funcionamos por recomendaciones de clientes que han visto que funciona y les pasan el contacto a conocidos".

Franquicias y 'alarmas Desokupa'

¿Y qué opinan los creadores del modelo, los que lo han lanzado a la fama e inspirado a la mayoría de estos comandos? "Nosotros estamos tranquilos con la competencia, pero eso sí: que cada uno se haga responsable de lo que hace. Porque hace poco nos pasó que un grupo de chapuceros amedrentaron a una familia con seis menores, les cortaron la luz, el agua, les putearon todo lo que pudieron. Apareció la policía y dijeron que eran de Desokupa. Eso nos está pasando en más sitios, gente que se aprovecha de nuestra marca", se queja Daniel Esteve, director de la empresa líder en este peculiar sector.

"Pero no estoy preocupado", prosigue. "Desokupa es la única empresa que hace las cosas bien, nuestro modelo es único por mucho que nos salgan imitadores. Tenemos 90 llamadas al día, 5.000 visitas a nuestra página web y ni una sola denuncia. Inspectores de la Policía Nacional me han dicho que el día que la caguemos, me detendrán. Y es normal, la policía no quiere que esto se convierta en el lejano oeste. Por eso, vamos a ser nosotros mismos quienes les metamos una denuncia a nuestros imitadores si lo hacen mal".

Desokupa es ya una de las 'startups' más exitosas (y polémicas) del país. Tiene 36 peticiones de franquicia en toda España con ocho ya aprobadas, entre ellas en Ibiza y L’Hospitalet. "El requisito es que sea gente del sector, y yo me encargo de formar a los equipos. Les pedimos un aval bancario y les avisamos de que a la que cometan una negligencia o haya una denuncia probada, pierden el aval y les retiramos la marca", avanza Esteve. Y no solo eso. Desokupa ha llegado a un acuerdo con una compañía de alarmas para lanzar la ‘alarma antiokupa’, "una alarma muy barata, a 99 euros, en la que si entran okupas en la vivienda, nosotros te hacemos el desalojo de forma gratuita. Y estamos trabajando ya en el ‘seguro Desokupa’ para la tranquilidad de todos los propietarios que lo deseen".

"Nosotros mismos les meteremos una denuncia a nuestros imitadores si lo hacen mal", advierten desde Desokupa

Esteve, que ya lidera operativos por toda España, confiesa que ha desocupado pisos propiedad "de policías y hasta de un juez", y confía en la absoluta legalidad de su formato de negocio. Es más, desde que su marca ha saltado a periódicos y televisiones nacionales, el trabajo se ha vuelto más sencillo para ellos y más barato para el cliente. "De cada 10 casos, ya solo montamos control de acceso en uno, porque los okupas ya nos conocen y saben que no tienen nada que hacer. Llegamos a un acuerdo para pagarles la mudanza, les damos 300 euros y a correr". Es más, el líder de Desokupa insiste en la necesidad social de su servicio vista la inoperancia de la Justicia, ya que, asegura, "el 85% de las ocupaciones que trabajamos no son familias sin recursos, sino gente que tira la puerta abajo para luego pedir una recompensa al propietario".

Desocupar viviendas se ha convertido en el negocio de moda. Un nicho de mercado nuevo, lucrativo, con mucha demanda y amparado por una legalidad difusa. La empresa Desokupa fue la primera en dar con la fórmula del éxito: instalar un control de acceso en la misma puerta de la vivienda para incomodar a los okupas, a la vez que negocia con estos una compensación económica por abandonar el lugar. Ahora, hay al menos una decena de emprendedores que emulan ese modelo por toda España, desde Sevilla a Málaga y pasando por Palma de Mallorca o Barcelona. Un sector que crece en paralelo a la Justicia, impulsado principalmente por propietarios hartos de la lentitud de los procesos judiciales.

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