Programa electoral de ERC: abolir el ejército y dinamitar la Europa de los Estados

“Reducir la influencia de los Estados en la estructura institucional de la UE”. Ésta es una de las prioridades que tienen los independentistas catalanes para llevar a Europa, según se desprende del programa electoral de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Se trata, en realidad, de dar más importancia a las “naciones sin Estado” para el caso de que Cataluña no consiga su ansiado Estado independiente. Y ello comportaría, dice el texto del programa, “dimensionar el número de comisarios adaptándolos a los ámbitos prioritarios de la UE y que no dependan del número de Estados miembros”.

Los republicanos también llevan entre sus propuestas iniciar un “proceso reconstituyente para elaborar una nueva Constitución Europea” que configure “un modelo confederal”. En este sentido, propone eliminar las actuales tres sedes de los organismos comunitarios y centralizar todo el poder en Bruselas, en detrimento de Luxemburgo y Estrasburgo. Ello, subraya, acabaría con un gasto de 103 millones de euros anuales. Pero también pretende preparar un “informe legal sobre las agresiones lingüísticas que padecen los catalanohablantes a lo largo de los Països Catalans” o intentar que el catalán y el occitano sean lenguas oficiales de la UE. Otras de las medidas más vistosas con la fiscalización de la política económica, la legalización del cannabis, el voto a los 16 años, el aborto libre y gratuito a partir de los 16 años y sin necesidad del permiso de los padres, o la dación en pago en toda la eurozona.

La formación que preside Oriol Junqueras propone también un sistema único electoral que respete los principios de proporcionalidad y territorialidad pero “donde tengan representación directa pueblos y naciones”. Muchas de sus medidas van dirigidas a minorar la influencia de los Estados tradicionales en beneficio de las “regiones” o de las “naciones sin Estado”. No sea a que en el futuro Cataluña no puede ser nunca un Estado, para así poder acogerse a una de estas otras categorías. Por proponer, incluso propone “crear un sistema de defensa europeo que no dependa de las cuotas de los ejércitos de los Estados miembros. Ha de ser una fuerza de interposición y pacificación especializada en la resolución efectiva de los conflictos que se producen en su ámbito de influencia bajo la tutela de la ONU”. Al mismo tiempo, propone un Tratado de Prohibición de Armas Nucleares.

Otra de las propuestas que hace es convertir el Consejo de Ministros del Consejo Europeo “en una cámara de representación territorial y plurinacional de base confederal para que deje de ser un feudo de los Estados miembros para imponer las políticas de interés meramente estatal”.

Institucionalizar los referéndums

Aprovechando el proceso catalán, propone “institucionalizar mecanismos para hacer consultas vinculantes en el ámbito europeo”. Una consecuencia, claro, de la situación actual catalana: con una norma comunitaria, aunque fuese genérica, europea, los independentistas forzarían la legalidad de la Constitución española y del propio Estatuto de Cataluña, que también prevé que para un referéndum se ha de pedir permiso al Gobierno central.

Al mismo tiempo, ERC plantea prohibir las donaciones anónimas a los partidos, controlando las privadas y limitando los gastos de las campañas electorales. Asimismo, reclama “reglamentar medidas de control y publicidad de lobbies de presión, especialmente los que tienen ánimo de lucro”. Su inscripción en el Registro de la Transparencia ha de ser obligatoria. Cabe destacar aquí que el lobby contratado por el Gobierno catalán para vender la independencia en el mundo, Independent Diplomat, se presenta como una organización “sin ánimo de lucro”, a pesar de que, de momento, sin embargo, ya ha cobrado 1.080.000 euros de las arcas públicas catalanas.

En otro orden de cosas, Esquerra propone el voto a los 16 años, que puedan votar los extranjeros residentes desde hace cinco años en cualquier país miembro, la legalización del cannabis, la creación de una directiva europea marco “que regule las salas de consumo supervisado, popularmente llamadas narcosalas”, la unificación del matrimonio gay en todos los países y una directiva obligando a los Estados a invertir un mínimo del 6% del PIB en educación.

Batería de impuestos

Asimismo, lleva a Bruselas la propuesta de un impuesto único sobre transacciones financieras de alcance comunitario. De momento, la CE adoptó un impuesto para 11 estados, que se prevé aplicar desde el próximo año. Ese impuesto puede generar ingresos de entre 30.000 y 35.000 millones de euros, de ellos 5.000 millones en España. Lo que quieren los republicanos es elevar el tipo impositivo del 0,01% al 0,05% para los instrumentos derivados. La tasa para el resto de transacciones es del 0,1%, pero ERC quiere que se transmute en un tipo progresivo a partir de ese porcentaje, en función del volumen de la transacción para limitar la volatilidad y la especulación financiera.

También quiere aprobar un impuesto anual de grandes capitales, que “obligue a los propietarios a declarar a las autoridades financieras de la UE todas sus posesiones para que estas propiedades sean reconocidas legalmente. El objetivo de este impuesto no es recaudatorio, sino de transparencia fiscal”.

Asimismo, propone un impuesto anual progresivo sobre la propiedad de bienes capital a partir de patrimonios superiores al millón de euros. Este impuesto podría afectar al 2,5% de la población y podría suponer una recaudación equivalente al 2% del PIB de la UE.

Asume deuda si España permite la independencia

Reclama, asimismo, un Acuerdo Europeo por la Deuda. Aquí, se queja de que Cataluña “tiene una deuda equivalente al 30% del PIB”, ya que calcula 9.000 millones de amortización y 1.760 millones de intereses en 2013. Obvia la deuda histórica que arrastra la comunidad. Pero ello le da pie a decir que “ante esta realidad, como sobre todo ante la eventualidad de que Cataluña negocie con el Reino de España (con unan deuda equivalente al 100% del PIB) el reconocimiento como estado a cambio de la asunción de una parte proporcional de la deuda, que acerque la deuda catalana a un nivel cercano al 100% del PIB. Y, evidentemente, tal escenario convierte a Cataluña en un estado interesado que desde Europa se acuerde con los países deudores un esquema de mutualización de la deuda con eurobonos, que no les lastes el crecimiento económico ni la creación de empleo”.

Para ello, propone en su pacto “una mutualización temporal de la deuda pública de los Estados que exceda del 60% del PIB, que pasaría a ser financiada con una emisión de bonos conjunta –Eurobonos- en los que cada uno aportaría a un fondo común los recursos necesarios para devolver la deuda en un plazo de 25 años, de modo que cada país se pagaría su parte de deuda mutualizada al ritmo preciso para no comprometer el crecimiento”.

Los republicanos, partidarios de la jornada de 35 horas semanales y de ll limitación de salarios tanto públicos como privados estableciendo máximos a razón de 1 a 12, quieren dar un giro de 180 grados a las políticas de austeridad, sustituyéndolas por “un macroprograma de inversión pública (New Deal) sustentado en la reindustrialización y la sostenibilidad”.

En este sentido, subraya que se debe evitar el riesgo de deflación a causa de esas políticas de austeridad, y “el progresivo encarecimiento del euro ante el dólar a causa del colosal superávit exterior alemán. Un euro menos caro impulsaría la competitividad de nuestros sectores exportadores”. Al mismo tiempo, promete “fiscalizar el incipiente tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la UE que se está diseñando a espaldas del Parlamento europeo”.

La obsesión de los Països Catalans

Esquerra propone también un aumento de los Fondos Sociales y los Fondos Feder. Eso sí: advierte que “en el periodo transitorio o previo a la independencia de Cataluña, el Gobierno de la Generalitat será el ente competente para estructurar y aplicar los programas sociales europeos”. Y reclama que “se traspase a los respectivos gobiernos de los Països Catalans la gestión del programa Youth in Action, especialmente en los ámbitos que son de estricta aplicación territorial y la gestión de las cuales hoy dependen del Gobierno español”. Estos programas son para jóvenes voluntarios y educación no formal

La obsesión con los Països Catalans es constante en todo el programa. No deja de ser curioso, por ejemplo, que en el ámbito alimentario, ERC propone “hacer cumplir la normativa europea de etiquetaje y presionar para mejorar y favorecer la producción agroalimentaria propia de los Països Catalans”. Sin embargo, sí propone “participar activamente como Estado en la definición de las estrategias y políticas turísticas en la Comisión Europea, en la medida que el Tratado de Lisboa reconoce por primera vez el turismo como política europea”.

Además de intentar incorporar a las comunidades que forman parte de esta ente a las negociaciones sobre la independencia (ver noticia: ), reclama como proyecto prioritario “todas las medidas que permitan favorecer la movilidad dentro del ámbito de la UE (y, en particular, de los Països Catalans con la UE) en un entorno social, competitivo y sostenible”. Para ello, quiere prioridad absoluta para “la construcción de una línea específica de Tren de Alta Velocidad que enlace Elche con Perpignan, pasando por Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona, Barcelona y Gerona”. Además, lógicamente, reclama el corredor ferroviario mediterráneo que enlace los puertos de Barcelona, Tarragona y Valencia. De la misma manera, quiere impulsar una red sudeuropea de conducción de gas “y, en concreto, el enlace entre Hostalric y Francia para garantizar las fuentes de suministro de gas europeo”. Todo porque, dice el texto, “el escenario futuro de los Països Catalans habría de garantizar una adecuada y moderna integración de estos territorios en redes transeuropeas de transporte”.

Negociar de tú a tú con España y Francia

Los republicanos quieren asimismo, acabar con el veto a TV3 en Valencia. Para ello, llevarán a Europa algunas medidas sobre el espacio Radioeléctrico. Entre ellas, que “los Estados miembros estén obligados a reservar y atribuir, sin necesidad de concurso público previo, bastantes frecuencias radioeléctricas para emisiones transfronterizas de televisión de las emisoras que quieran emitir sobre los territorios vecinos”. Y, por si fuera poco, “garantizar la recepción directa de las emisiones de radio y televisión autonómicas mayoritariamente en las lenguas incluidas y, en el ámbito de protección de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias, en las otras comunidades autónomas con las cuales comparten la lengua utilizada en una forma idéntica o parecida, a fin de favorecer el desarrollo de los espacios de comunicación de dichas lenguas”. Otro de los puntos habla de “garantizar que las leyes de los Estados miembros faciliten la reciprocidad de las emisiones de radio y televisión entre territorios del mismo idioma”.

Advierte, no obstante: “Que Cataluña sea un nuevo Estado miembro de la UE comportará un cambio de relaciones con los países fronterizos respecto a las cuencas compartidas. Es en este sentido que para la debida coordinación y tutela será preciso comunicar a la UE la consideración del Ebro, el Xènia, el Garona y el Noguera Ribagorzana”. Ahí es nada: “El estado catalán habrá de negociar estos aspectos con el Estado español y el Estado francés y establecer los respectivos organismos de colaboración”, subraya. Entre otras cosas, por ejemplo, los republicanos pedirán también la derogación del Plan Hidrográfico del Ebro y la elaboración de uno nuevo que “incluirá una propuesta de caudales ambientales que garantice los niveles de conservación de los hábitats de interés comunitario, las especies típicas de estos hábitats, las aportaciones de sedimentos para evitar la subsidencia del Delta y el avance de la cuña salina”.