Monago, al más puro estilo Aznar, frente a Rajoy: "Mi Gobierno cumple lo que promete"

El presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, parece haber tomado buena nota de las palabras pronunciadas por José María Aznar en sus numerosas apariciones públicas. Como el expresidente del Gobierno, el líder extremeño cree que la solución a la crisis pasa por rebajar los impuestos. Y ayer, mientras Mariano Rajoy aplazaba esta medida, Monago anunciaba en el estado del debate de la región una cascada de caídas de impuestos en la que sobresale la bajada del impuesto sobre la renta a las personas físicas (IRPF), de la que se beneficiarán al 90% de los extremeños. Su objetivo es “crear un marco favorable” para atraer empresas a Extremadura “a través de la reducción progresiva de la fiscalidad autonómica a través de la supresión de cargas administrativas”.

Su llamativo anuncio surge tras meses de distanciamiento con el PP nacional, evidenciado en un supuesto agravio del Estado hacia Extremadura en el reparto del déficit, que provocó que Rajoy reuniera a todos sus presidentes autonómicos en un intento fallido de aproximar posturas de cara al próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera. Ayer, Monago no se recató en su discurso y se felicitó ante los diputados de su partido y de la oposición de ser “un Gobierno autonómico con una hoja de ruta propia, diferente e independiente”, presumiendo de situarse frente a Génova.

Delante de propios y ajenos, consciente de que todos los focos regionales y nacionales estaban alumbrándole, desgranó todas y cada una de las reivindicaciones que Extremadura ha peleado en Madrid: “Solicitamos al Gobierno central subir los impuestos a los ricos, mantuvimos impuestos de patrimonio en Extremadura, nos opusimos y pagamos la paga extra a nuestros funcionarios en enero, presentamos cuatro recursos de inconstitucionalidad a la Administración central, luchamos por nuestra industria de renovables e incrementamos los impuestos a las nucleares, aplicamos deducciones al material escolar para paliar la subida del IVA, defendimos la implantación del impuesto a las transacciones financieras, exigimos al Estado la subida del impuesto bancario nacional a tipo 0”. 

Que la llave del Gobierno extremeño quedara en manos de Izquierda Unida contribuyó, sin duda, a acentuar el perfil rebelde y social del líder de los populares extremeño, que ha construido una imagen y un mensaje propio dentro incluso de su propio partido. Lejos de rebajar el tono de su discurso, en el que no mencionó ni una sola vez al Partido Popular, Monago vendió hasta a Rajoy, que ha llegado a confesar que “soy absolutamente consciente de que no cumplimos nuestro programa electoral”. El extremeño lo sentenció con una autoridad más propia de un presidente del Gobierno que de un representante regional: “Mi Gobierno cumple lo que promete y las promesas se convierten en logros. Creemos en impuestos bajos”.

Resultados

Con una pócima contraria a la receta de Rajoy, Monago presume de los resultados: Extremadura ha pasado de ser la región con el segundo déficit más alto de España “al más bajo”; de duplicar su deuda en los últimos cuatro años “a tener la deuda más baja del país”, que no ha tenido que acudir al Fondo de Liquidez Autonómica; es la “única” comunidad en España con un presupuesto expansivo; la única que “no tendrá que hacer” recortes adicionales; la única que puede “conceder ayudas” para inversión a las grandes empresas y que dispondrá de grandes fondos comunitarios por parte de la Unión Europea durante el periodo 2014-2020.

En su discurso habló de la fortaleza del pueblo extremeño y de la necesidad de hacer crecer la comunidad con dinero e infraestructuras, dos agentes vertebradores que defiende con uñas y dientes cada vez que viaja a Madrid. El perfil de 'barón rojo', con el que también lo identifican, le permite mantenerse en buena sintonía con Izquierda Unida, elemental para su investidura y por la que gobierna a partir de acuerdos puntuales. Algunos, al margen de la ortodoxia del Gobierno central.