La Policía se prepara para una batalla campal

Las calles del centro de Madrid vivirán esta tarde la primera gran manifestación del año. La protesta, organizada por la izquierda más radical con el lema 25-A Asedia el Congreso, tiene como objetivo explícito la toma de la Cámara Baja. El Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno en Madrid llevan días trabajando en un dispositivo de seguridad que permita controlar la protesta y evitar que esta degenere en incidentes violentos que retroalimenten nuevas manifestaciones. El segundo aniversario del 15-M, por ejemplo, tendrá lugar dentro de sólo tres semanas. Pero las fuerzas de seguridad dan por descontado que hoy se producirán incidentes en los alrededores de la Carrera de San Jerónimo por el perfil violento de los promotores de la marcha y de los colectivos que han decidido secundarla.

Fuentes del Ministerio del Interior aseguran que los antidisturbios actuarán con “proporcionalidad” para contribuir a que la protesta se desarrolle pacíficamente y con la máxima normalidad, pero también han adelantado que los agentes reaccionarán con “contundencia” si, tal y como se prevé, los manifestantes intentan romper el cinturón de seguridad que protegerá el Hemiciclo. Dentro de la Cámara habrá diputados trabajando en comisiones.

En total, se ha movilizado a 1.400 agentes de la Unidades de Intervención Policial (UIP), más de los que se utilizaron los pasados meses de septiembre y octubre con motivo de los jornadas de Rodea el Congreso, antecedentes directos de esta protesta. Pero el tono de la convocatoria de esta tarde será más agresivo. “Por la información que tenemos, asistirán los individuos más radicales de la izquierda, y con la clara intención de liarla”, afirman las fuentes policiales consultadas. Los agentes llevarán por primera vez en la espalda un número que permitirá identificarles en caso de que sea necesario, cumpliendo así una recomendación del Defensor del Pueblo.

Estrecha vigilancia de la convocatoria

Los servicios de información de la Policía llevan semanas haciendo un seguimiento a la convocatoria. El martes por la noche fueron detenidos tres jóvenes en la Universidad Complutense de Madrid en posesión de varios cócteles molotov. La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, ha asegurado que formaban parte de un grupo de extrema izquierda muy radical y que los artefactos iban a ser utilizados en Asedia el Congreso. Sus promotores, la Plataforma ¡En Pie!, ha rechazado valorar estas acusaciones o realizar cualquier otro comentario a pesar de los intentos de este diario.

Según los datos que maneja la Policía, centenares de personas de toda España se han desplazado a Madrid con el único propósito de participar en la protesta. En otros puntos del territorio nacional habrá también reuniones frente a las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, como en Barcelona. Pero los organizadores de Asedia el Congreso han situado la capital en su punto de mira por el simbolismo de la Cámara Baja, aunque su verdadero propósito es acabar con todo el sistema e instaurar “una república igualitaria”. 

En los últimos días, han distribuido mapas de la zona, manuales de combate para enfrentarse a las fuerzas del orden y consejos para los activistas que acaben detenidos. Incluso proponen acudir con antorchas, silbatos anticaballos, gafas de bucear y trapos mojados en vinagre para minimizar la acción del gas lacrimógeno. También han pedido que no se acuda con niños y que se respete a los asistentes que quieran ejercer “conscientemente” la violencia.

Un desafío minoritario, pero peligroso

Movimientos como el 15-M, Democracia Real Ya y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que han participado en citas similares, han rechazado en esta ocasión sumarse a la iniciativa de Plataforma ¡En Pie! También Izquierda Unida, simpatizante habitual de estas concentraciones, se ha desmarcado. Estas divisiones provocarán, según fuentes policiales, que la afluencia de manifestantes vaya a ser en principio menor que en citas anteriores. Pero se espera que los que asistan lo hagan con la clara intención de enfrentarse a las fuerzas de seguridad.

La protesta, que no cuenta con autorización de la Delegación del Gobierno, arrancará a las 17 horas. Plataforma ¡En Pie! recomienda concentrarse en tres puntos diferentes situados estratégicamente alrededor del Congreso -Puerta del Sol, Puerta de Alcalá y Estación de Atocha- y desde ellos iniciar sendas marchas hacia la Carrera de San Jerónimo. Los planes para la toma de la Cámara Baja incluyen hasta una distribución por zonas del centro de la capital en función del grado de violencia que los promotores 'recomiendan' ejercer en cada una de ellas.

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, seguirán la evolución de los acontecimientos desde una sala de crisis. El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz se ha hecho cargo de las diligencias previas que se han abierto con motivo de la protesta. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha reclamado que se estudie la posibilidad de imputar a los manifestantes que intenten cercar el Congreso, un delito de atentado contra altos organismos del Estado castigado con penas de hasta cinco años de prisión. La Audiencia Nacional rechazó esta acusación en el caso de los 35 detenidos por las concentraciones del 25-S. Pero del 25-A pueden derivarse responsabilidades distintas.