Feijóo endurece su discurso contra Conde para frenar la fuga de votos en Pontevedra

La irrupción del exbanquero Mario Conde en el mapa electoral gallego preocupa mucho en el Partido Popular. En Génova no quieren comentar qué dicen sus encuestas sobre las posibilidades reales del expresidente de Banesto, pero lo cierto es que Conde viene monopolizando en los últimos días buena parte de los ataques del popular Alberto Núñez Feijóo, que incide, una y otra vez, en que votar a su partido, Sociedad Civil y Democracia, es “es una opción para que el PP de Galicia salga de la Xunta”. Feijóo muestra ciertos síntomas de nerviosismo ante lo que pueda suceder en Pontevedra, donde tanto él como Conde encabezan sus respectivas listas, y en donde un puñado de votos podría desestabilizar todo el tablero político de la Xunta. Conde, por su parte, ya ha avisado de que si el PP necesita su apoyo para gobernar, tendrá que presentar como presidente a otro candidato que no sea Feijóo.

Conde ha sido el último en llegar, con un partido que hasta el próximo 6 de octubre no se constituirá de forma oficial en toda España, pero su irrupción en la política ha generado una profunda inquietud en el PP, pese a que el partido sigue sosteniendo que el exbanquero no conseguirá los votos necesarios para entrar en el Parlamento. La verdadera preocupación es que los posibles votos que pueda robar Conde al PP más el ascenso de la izquierda pueda complicar la mayoría absoluta de Feijóo y abrir la puerta a una nueva reedición del bipartito. Las primeras encuestas internas apuntan que el PP podría alcanzar hasta 40 escaños (la mayoría absoluta está en 38), pero cualquier variable a la baja en las circunscripciones clave le podría dejar en 37 por un puñado de votos.

“El que quiera que no gobierne el PP puede votar a cualquier otra opción, lo demás es enredar y despistar. Yo gobernaré con los escaños del PP, con ninguno más. Gobernaré con 38 o más escaños que consiga el PP”, ha zanjado esta misma semana Feijóo, que desde hace unos días ha endurecido sus críticas a Conde. La semana pasada, por ejemplo, llegó a hacer también una alusión velada a su pasado judicial señalando que “sin entrar en que cada uno tiene su propia historia y su propio pasado, Mario Conde es una opción para que el PPG salga de la Xunta”.

El exbanquero ha negado, por su parte, que Sociedad Civil y Democracia vaya a apoyar cualquier tipo de bipartito o tripartito “porque no se ajusta a nuestras ideas”. También ha dejado claro, sin embargo, que Feijóo no contará con su apoyo en el caso de que lo necesite. “Si nuestros escaños fueran decisivos, dado que el señor Feijóo públicamente los desprecia, pediríamos al partido más votado que designara a una persona que no los despreciara y pudiera presidir la Xunta, aceptando las bases de SCD”, ha explicado.

No es la primera vez que Conde responde con dureza a los ataques de su adversario. Esta misma semana, a través de su blog, ya criticó a Feijóo por tratar de hacerle a él responsable de que los ciudadanos gallegos no voten al PP. “Si los votantes han decidido no dar su voto a Feijóo ello no es culpa de nadie diferente al Sr. Feijóo.  Si a juicio de los ciudadanos hubiera gobernado bien, le votarían. Si han decidido no hacerlo la responsabilidad es solo suya, no de Sociedad Civil ni de Mario Conde, que no han participado en modo alguno en la gestión de los asuntos gallegos”.

Congreso el 6 de octubre

Sociedad Civil y Democracia se constituirá formalmente el próximo 6 de octubre en Madrid en su congreso constituyente, al que ya se han inscrito más de 3.000 personas procedentes de toda España, según datos de la formación. El congreso será un “acto abierto”, en el que previsiblemente Conde será elegido presidente y en el que se votarán los estatutos internos del partido y la “ponencia de acción política”.

SCD defiende que la estructura territorial del Estado sea sometida a referéndum, que se supriman las subvenciones a partidos, sindicatos y patronal; el derecho de los ciudadanos a exigir el uso del idioma castellano en cualquier parte de la nación española, y la supresión del Tribunal Constitucional y su sustitución por una Sala de Garantías en el Tribunal Supremo, así como la supresión del Senado.