Rajoy convoca a los presidentes autonómicos para que cumplan el objetivo de déficit

El presidente del Gobierno aprovechó anoche las cámaras de Televisión Española para intentar convencer a los españoles de que todos los sacrificios en forma de recortes y reformas que impone el Gobierno son imprescindibles para salir de la crisis. Sin grandes novedades o anuncios, Mariano Rajoy se aplicó a la pedagogía, reconoció los fallos del Ejecutivo a la hora de explicar sus decisiones y concentró su mensaje más político en las comunidades autónomas que se resisten a cumplir los objetivos de déficit y los nacionalistas catalanes, que organizan "líos" cuando lo que ahora toca es "unidad y cooperación".

Ocho meses después de llegar al Gobierno, Rajoy hizo lo que muchas voces en la dirección de su partido le reclamaban desde que el déficit disparado de las cuentas públicas que dejó Zapatero le obligase a arrinconar el programa electoral en materia económica para aplicarse al "sangre, sudor y lágrimas": comparecer ante los ciudadanos en televisión y en hora de máxima audiencia.

El formato elegido por TVE (presentadora y cinco periodistas para 45 minutos de entrevista) y la conocida habilidad del jefe del Ejecutivo para decir sólo lo que quiere y cómo quiere, permitieron a Rajoy lucir sus recursos didácticos; incluso mostrarse en ocasiones vehemente en la defensa de sus reformas, como la laboral, y pasar al tono del lamento cuando se refería a las subidas de impuestos.

El presidente del Gobierno se zafó de las preguntas, genéricas o concretas, sobre la posible petición de rescate financiero a la UE con la misma respuesta que repite desde julio: "Primero hay que estudiar las condiciones y ver si es necesario; luego, cuando escuche a todo el mundo, haré lo que considere mejor para los intereses de los 47 millones de españoles". Rajoy se quedó con el dato positivo de que el euro ya es "irreversible" y que existe una ventanilla abierta en la UE por si los mercados insisten en el acoso contra España.

“De momento, la prima de riesgo ha bajado”

"De momento, la prima de riesgo ha bajado y nos podemos financiar", comentó para demostrar que no tiene ninguna prisa en tomar la decisión. Se comprometió a no bajar las pensiones ("Es la primera instrucción que he dado al ministro de Hacienda") y dijo que no tocará en los Presupuestos del próximo año el IRPF y el IVA, aunque sí entrará en "plusvalías e impuestos verdes".

Por encima de todo, Rajoy dejó claro que su primer objetivo es que España cumpla el objetivo de déficit, se mostró convencido de que lo conseguirá y recordó que, de todos modos, el Estado se verá obligado el próximo año a pedir fuera otros 45.000 millones de euros para sostenerse. En la misma línea, abundó en la idea de que las comunidades autónomas, como parte del Estado, son auxiliadas financieramente por la Administración central y están obligadas a cumplir esos objetivos de déficit, "como parte de la Nación".

"No estamos para líos ni problemas, sino para ir juntos", añadió, antes de anunciar que convocará a los presidentes regionales para el mes de octubre precisamente para cerrar ese compromiso con la austeridad y el principio de "no gastar más de lo que se ingresa" que tanto les cuesta aplicarse a las autonomías. Sobre las manifestación independentista convocada para hoy en Barcelona por los nacionalistas catalanes, incluidos los de CiU, Rajoy insistió en que "es lo que menos nos conviene ahora", porque es la hora de la “unidad y la cooperación” y lo único importante para los españoles, catalanes incluidos, es la recuperación económica y la creación de empleo.

Sobre el caso Bolinaga, el jefe del Ejecutivo regateó para recordar que ha sido ministro del Interior, que le "repugna" el terrorista pero que se ha quedado en 47 kilos y "la ley no quiere que los presos mueran en la cárcel". Metido en harina para buscar la comprensión de la opinión pública, hasta terminó por admitir que es posible que el Gobierno no se explique bien.