Un Boeing de Ryanair estuvo a punto de estrellarse contra un Airbus en Barcelona

Los pasajeros de Ryanair no ganan para sustos. Un Boeing de la compañía irlandesa low cost que se disponía a aterrizar en el aeropuerto barcelonés de El Prat de Llobregat estuvo a punto de estrellarse el pasado 27 de mayo contra un Airbus de Air France que se preparaba para despegar rumbo a París-Charles de Gaulle, según han revelado a El Confidencial fuentes del sector aeronáutico. El grave incidente pudo deberse a un error de la torre de control, según las mismas fuentes.

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, un organismo adscrito al Ministerio de Fomento, ha abierto una investigación preliminar para determinar las causas de lo ocurrido, según confirmaron a este diario fuentes del departamento que dirige la ministra Ana Pastor. 

Precisamente ayer el presidente de Ryanair, Michael O'Leary, destacó en Madrid, durante una rueda de prensa para aclarar los aterrizajes forzosos de tres de sus aeronaves en Valencia por falta de combustible, el "impecable historial de seguridad" de la aerolínea irlandesa. O'Leary desafió a Pastor al afirmar que, pese a la investigación ordenada por Fomento sobre esos aterrizajes de emergencia, "sólo Irlanda tiene autoridad para retirar la licencia a Ryanair".

El nuevo incidente se produjo el 27 de mayo. Pasaban unos minutos de las nueve de la mañana cuando un Boeing 737 de Ryanair procedente de Palma de Mallorca, con 23 pasajeros y seis tripulantes a bordo, estaba a punto de tomar tierra en El Prat. Simultáneamente, un Airbus A320 de Air France, con 165 pasajeros, avanzaba por una calle de rodadura hacia la cabecera de la pista principal (L-25) del aeropuerto barcelonés para iniciar allí el despegue. Pero cuando el avión de Ryanair estaba a sólo 400 pies del suelo (poco más de 120 metros de altura), la torre de control ordenó súbitamente al piloto abortar el aterrizaje.

Maniobra de 'go around'

Todo ocurrió en cuestión de segundos. El Airbus de Air France no se detuvo al llegar a la intersección de la calle de rodadura con la pista secundaria (02) en la que se disponía a tomar tierra el Boeing de Ryanair. La colisión entre los dos aparatos parecía inevitable. Sin embargo, la orden in extremis de la torre de control de El Prat evitó que el avión procedente de Palma se estrellase contra la aeronave con destino a París, según las fuentes consultadas. El piloto de Ryanair hizo una rápida maniobra (conocida en el argot aeronáutico como go around) y remontó el vuelo hasta los 3.000 pies de altura.

Aunque ni las fuentes de Fomento consultadas ni un portavoz de la aerolínea low cost precisaron ayer las razones de que el avión de Air France no se detuviese en la intersección de la calle de rodadura con la pista de aterrizaje a la que se acercaba el Boeing, todo apunta a que el incidente no se debió a un error de los pilotos, sino a un fallo de la torre de El Prat. Al parecer, el controlador de rodadura que en ese momento estaba de servicio apagó inadvertidamente el indicativo luminoso de parada situado en la intersección de las dos pistas pocos segundos antes de que el Airbus llegase a esa posición, por lo que el piloto interpretó que tenía el paso expedito.

Según las fuentes consultadas por El Confidencial, el error del controlador pudo deberse a que pocos minutos antes del incidente la torre de El Prat había decidido cambiar la configuración del aeropuerto, de forma que, tras el aterrizaje del vuelo de Ryanair procedente de Palma, la pista secundaria (02) en la que éste iba a tomar tierra quedaría fuera de servicio. Las mismas fuentes añadieron que en las horas de mayor congestión aérea esa pista secundaria suele estar inoperativa, y que la mayoría de aeropuertos tratan de evitar precisamente las operaciones que impliquen el cruce de pistas.

Tras abortar el aterrizaje y elevarse de nuevo, el Boeing de Ryanair sobrevoló El Prat durante 15 minutos hasta que fue autorizado a iniciar una nueva maniobra de aproximación, aterrizando esta vez, sin más contratiempos, en la pista 25-R. El Airbus de Air France, por su parte, despegó siete minutos después del incidente y llegó al aeropuerto parisino Charles de Gaulle sin novedad.