Comienza la 'batalla' por la sucesión de Dívar dos días antes de que dimita

A Carlos Dívar le han enterrado en vida. A dos días de que se celebre el pleno extraordinario en el que presentará su dimisión como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo (TS), ya han comenzado las quinielas sobre la sucesión. Fernando de Rosa, vicepresidente del Consejo, aseguraba ayer que su intención es mantenerse en la presidencia interina el menor tiempo posible, hasta que el pleno llegue a un acuerdo sobre el sucesor. Mientras tanto, Juan Antonio Xiol, presidente de la Sala Segunda, se hará cargo de la presidencia interina del TS como magistrado más antiguo. Una bicefalia inédita hasta ahora.

Dívar era ayer la imagen de un hombre abandonado. Con gesto abatido, aguantó estoicamente los desplantes de que fue objeto en el acto conmemorativo del Bicentenario del TS. Primero por los miembros de la Sala de Gobierno del Alto Tribunal, que esperaban al Príncipe Felipe en el hall y evitaron saludar a quien todavía es su presidente, y después por los altos cargos judiciales y políticos que asistieron al acto.

Mientras Dívar mantenía el tipo junto al Príncipe, el Salón de Pasos Perdidos, en el que se ofreció un cóctel a los invitados, eran un hervidero de comentarios sobre su hipotético sucesor y el error que había supuesto prolongar su agonía por darle la posibilidad de una salida digna: que sea él quien dimita y no el consejo el que le revoque tras retirarle la confianza por unanimidad el pasado sábado.

Juan Antonio Xiol, el magistrado más antiguo del Supremo y jurista de reconocido prestigio, es señalado como el más firme candidato a la sucesión y quien mejor podría recuperar el prestigio perdido por el escándalo de los viajes a Marbella. El presidente de la Sala III, el conservador José Miguel Sieira, es otro de los aspirantes al cargo y ya estaría maniobrando para conseguirlo, según fuentes del Alto Tribunal. Una tercera vía es la elección de un magistrado sin adscripción política a punto de jubilarse, que se limitaría a jugar un papel meramente representativo hasta que el próximo año se proceda a la renovación del Consejo.

La decisión la tiene el pleno del Consejo, que Fernando de Rosa tiene intención de convocar la próxima semana. Vocales progresistas y conservadores intentarán llegar a un acuerdo de consenso que recomponga la imagen de la Justicia y evite prolongar el enfrentamiento interno que ha llevado al órgano de gobierno de los jueces a una situación sin precedentes.