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Detenidos dos cargos de los Mossos d’Esquadra por facilitar datos confidenciales
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EN EL MARCO DE LA OPERACIÓN PITIUSA

Detenidos dos cargos de los Mossos d’Esquadra por facilitar datos confidenciales

“Hola, soy Sergi. Mira, necesito que me saques unas matrículas porque tenemos unos coches sospechosos y están entorpeciendo toda una calle. Es urgente. ¿Me lo podrás

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Detenidos dos cargos de los Mossos d’Esquadra por facilitar datos confidenciales

“Hola, soy Sergi. Mira, necesito que me saques unas matrículas porque tenemos unos coches sospechosos y están entorpeciendo toda una calle. Es urgente. ¿Me lo podrás mirar?”. ”Claro. Dime”. Ésta era, aproximadamente, la conversación que mantenía muchas veces Sergi C. con los agentes de los Mossos d’Esquadra de Barcelona. En otras ocasiones, se interesaba por antecedentes penales o por los domicilios de personas físicas. Los policías autonómicos, confiados, le facilitaban los datos, ignorantes de que muchas de las veces no iban a servir para comprobar la veracidad de la filiación de un conductor o para descubrir el propietario de un vehículo multado.

"Habían sido citados a declarar cinco agentes, pero sólo se ha imputado a dos”, dicen fuentes internas de los Mossos d’Esquadra a El Confidencial. Lógico, añaden, porque los demás habían colaborado con la red sin saberlo, ya que facilitaban los datos que les pedían de buena fe, sin ser conscientes de que una gran parte de las matrículas que les solicitaban eran para confeccionar informes que luego se vendían en el mercado negro. El papel de los otros dos no está tan claro. Uno de los detenidos es el jefe de la unidad de Investigación de una comisaría barcelonesa, Josep Maria P. El otro, Francesc M., es un sargento de Hospitalet de Llobregat.

La confianza de los mossos era normal: Sergi C. es guardia urbano en una localidad barcelonesa cercana al macizo del Montseny y una de las piezas claves en la investigación sobre tráfico de datos confidenciales que ha terminado con casi un centenar de personas detenidas en toda España en el marco de la Operación Pitiusa.

También era uno de los intermediarios que conseguía datos confidenciales de algunas fuentes oficiales, aunque casi siempre se cuidaba de no acceder a los datos él mismo y solicitaba a otros los detalles. Este intermediario, junto con el detective Tomás R. son dos de los personajes clave de la red. No se sabe a ciencia cierta cuántas matrículas y datos confidenciales llegó a solicitar Sergi, pero debieron ser muchas, dada la insistencia de sus peticiones a los Mossos. En ocasiones, incluso pedía a algún compañero de su cuartel que hiciese las peticiones por él.

Años atrás, el ahora policía local había prestado sus servicios en una agencia de detectives barcelonesa y seguía manteniendo contactos con antiguos compañeros a los que pasaba la información que recababa. Curiosamente, es hijo de un ex cargo de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) implicado en un escándalo en el año 2009 (quiso vender su acta de concejal por 30.000 euros al siguiente de la lista), por el que llegó a ser suspendido de militancia.

La cautela y el particular modo de hacer las cosas de Sergi enredaron a los agentes autonómicos, que cuando fueron citados a declarar se quedaron de una pieza, ya que no se esperaban que pudiesen preguntarles sobre su colaboración en un escándalo semejante. 

“Hola, soy Sergi. Mira, necesito que me saques unas matrículas porque tenemos unos coches sospechosos y están entorpeciendo toda una calle. Es urgente. ¿Me lo podrás mirar?”. ”Claro. Dime”. Ésta era, aproximadamente, la conversación que mantenía muchas veces Sergi C. con los agentes de los Mossos d’Esquadra de Barcelona. En otras ocasiones, se interesaba por antecedentes penales o por los domicilios de personas físicas. Los policías autonómicos, confiados, le facilitaban los datos, ignorantes de que muchas de las veces no iban a servir para comprobar la veracidad de la filiación de un conductor o para descubrir el propietario de un vehículo multado.