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El PP intenta que la ‘derrota’ de Arenas no le salpique: “Seguiremos con las reformas”
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COSPEDAL ABRE LA PUERTA: “SERÁ LO QUE QUIERA EL SEÑOR ARENAS”

El PP intenta que la ‘derrota’ de Arenas no le salpique: “Seguiremos con las reformas”

Andalucía sigue siendo un feudo electoral de la izquierda. Las tres décadas de clientelismo cultivado desde el gobierno autonómico, el peso de un voto muy ideologizado 

Foto: El PP intenta que la ‘derrota’ de Arenas no le salpique: “Seguiremos con las reformas”
El PP intenta que la ‘derrota’ de Arenas no le salpique: “Seguiremos con las reformas”

Andalucía sigue siendo un feudo electoral de la izquierda. Las tres décadas de clientelismo cultivado desde el gobierno autonómico, el peso de un voto muy ideologizado  y los recortes y reformas acometidos por el Gobierno son los factores que han frenado al PP en Andalucía. Su "victoria histórica" ha devenido al final en el primer disgusto del Gobierno de Mariano Rajoy. Pese a ello, la primera reacción de los populares fue reafirmar su compromiso con el cambio político que los españoles respaldaron en las urnas el 20 de noviembre y dejar claro que las reformas van a seguir adelante.

En la sede central del Partido Popular, donde siguieron el escrutinio el jefe del Ejecutivo y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, la decepción fue total y desde primera hora. Las encuestas no habían dado una o el PSOE las había sabido manejar mejor en su provecho. Era histórico que el PP quedara por delante de los socialistas en número de escaños y votos, pero el descalabro de la candidatura de José Antonio Griñán beneficiaba directamente a Izquierda Unida (de 6 a 12 escaños) y casi nada a Javier Arenas, de 47 a 50 diputados.

Rajoy prefirió irse directamente a coger el avión que le tenía que llevar a Corea, donde tendrá la oportunidad de saludar al presidente de los Estados Unidos. Era lo previsto. Le tocaba dar la cara a María Dolores de Cospedal. El drama para el Partido Popular es la situación en que queda Javier Arenas. Después de pasar ocho años consagrado a la misión de que el PP ganara en Andalucía, lo ha conseguido en las elecciones municipales de mayo pasado y después en las generales de noviembre. Ahora el éxito de las autonómicas se le queda tan corto (50 diputados, a 5 escaños de la mayoría absoluta) frente al bloque de la izquierda (47 del PSOE más 12 de IU) que le aboca a seguir otros 4 años como jefe de la oposición o volverse a la política nacional cuando en el Gobierno ya no hay sitio.

A la secretaria general del PP le costó contestar la pregunta obvia sobre el futuro político de Arenas, ex vicepresidente del Gobierno, ex ministro y ex secretario general del PP. "Será lo que quiera el señor Arenas", dijo María Dolores de Cospedal con la respuesta casi tan aprendida como la frase sobre el "histórico" resultado de los populares en Andalucía.

En el Partido Popular se abre la incógnita sobre Arenas pero ninguna sobre el Gobierno. "Una cosa son las elecciones generales y otra las autonómicas", dijo Cospedal para lanzar el mensaje de que "el cambio en España es imparable", que el Ejecutivo seguirá con su programa de reformas, la laboral incluida, y que el PP está para apoyar al gabinete de Rajoy en ese programa político.

La ‘número dos’ de los populares no quiso comentar si las medidas del Gobierno habían influido en los resultados de las autonómicas andaluzas salvo para repetir que no eran comicios generales. Insistió en que la legitimidad de las urnas avala las decisiones de Mariano Rajoy.

El problema de las televisiones

Al Gobierno le queda el trago de la huelga general del próximo jueves y, aunque no quería mezclar la respuesta a la movilización sindical con los resultados en Andalucía, sí que era consciente de que un triunfo claro del PP en Andalucía habría enfriado los ánimos del PSOE, que no de las centrales. A la espera de la autocrítica oficial, si es que llega, en fuentes populares se empieza a reflexionar sobre el hecho de que Arenas ha intentado el asalto al feudo autonómico de los socialistas con todos los medios de comunicación públicos en contra: tanto la televisión regional en manos de Griñán como RTVE, donde el control que ejerce el partido de Alfredo Pérez Rubalcaba también ha resultado evidente durante la campaña, siempre según los populares.

Asturias es caso aparte. El PP aspiraba a sacar un escaño más que Álvarez Cascos y se ha quedado como estaba: obligado a negociar y entenderse con su ex secretario general, igual que antes de las elecciones. Ya había contactos discretos para adelantar algo antes de las elecciones. Sigue siendo un problema más ‘familiar’ entre los clanes del PP asturiano que de trascendencia nacional, según los populares.

Andalucía sigue siendo un feudo electoral de la izquierda. Las tres décadas de clientelismo cultivado desde el gobierno autonómico, el peso de un voto muy ideologizado  y los recortes y reformas acometidos por el Gobierno son los factores que han frenado al PP en Andalucía. Su "victoria histórica" ha devenido al final en el primer disgusto del Gobierno de Mariano Rajoy. Pese a ello, la primera reacción de los populares fue reafirmar su compromiso con el cambio político que los españoles respaldaron en las urnas el 20 de noviembre y dejar claro que las reformas van a seguir adelante.

Javier Arenas