Los afines a Rubalcaba ya planean primarias para librarse de Tomás Gómez

La victoria de Tomás Gómez no ha cogido por sorpresa a Alfredo Pérez Rubalcaba ni ha sus afines en el PSM. La semana pasada los números ya estaban claros, y resultaba evidente que la candidata de los críticos, Pilar Sánchez Acera, no podría imponerse al barón madrileño. Por ello, esta nueva derrota, la tercera desde 2010, no ha terminado con la oposición interna, que se plantea volver a dar la batalla en las primarias para elegir al candidato que se enfrentará al PP por la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

“En este congreso hemos dispuesto de poco tiempo para construir un liderazgo alternativo. Pilar solo ha tenido dos semanas. Pero todavía quedan por delante las primarias y este es un punto de partida para seguir trabajando”, señalaron fuentes socialistas críticas con Gómez. Si hay quien pueda competir con la constancia o terquedad del secretario general del PSM son sus adversarios internos, ya que el primero ha ganado cinco competiciones internas en cinco años (cuatro congresos y unas primarias), pero los segundos mantienen el pulso caiga quien caiga.

La siguiente batalla, que probablemente tendrá lugar en 2014, consistirá en unas nuevas primarias para elegir al aspirante que deberá desalojar al PP de la Puerta del Sol. Es seguro que Gómez querrá repetir como cabeza de cartel, ya que, como recuerdan los suyos, solo ha tenido la oportunidad de enfrentarse una vez a Esperanza Aguirre. “No se puede abandonar a la primera dificultad, uno no puede ser agricultor si le aburre ver crecer la cosecha. Y la cosecha, compañeras y compañeros, tarda en crecer. Sobre todo cuando se pisa demasiado el sembrado”, advirtió el sábado durante su discurso como candidato.

Sin embargo, según las fuentes consultadas, la oposición interna pretende mantenerse activa en los próximos años para poder presentar una alternativa de garantías que sustituya a Gómez al frente de las listas del PSM. Esa persona no será Sánchez Acera, aunque los rubalcabistas que la han ayudado en las últimas dos semanas destacan que todavía tiene recorrido en la política madrileña. De momento, la candidata derrotada aseguró que regresaría a su trabajo como empleada de un banco. “Lo importante”, sostuvo ayer,  es “que se haga un camino hacia ese objetivo que es la suma interna para sumar fuera. Eso es en lo que vamos a trabajar muchos compañeros desde hoy”, declaró ayer.

Consciente de que un 40% de su partido permanece en su contra y dispuesto a seguir conjurando, Gómez se rodeó de una numerosa dirección ejecutiva compuesta casi exclusivamente de fieles: de sus 50 miembros, solo tres provienen del sector crítico. Y al igual que el barón madrileño criticó duramente a Rubalcaba tras el congreso federal por laminar a los chaconistas, el exalcalde de Getafe, Pedro Castro, arremetió contra Gómez por excluir al equipo de Sánchez Acera de la cúpula del partido.

En busca de un líder alternativo

Pese a la cantidad de pesos pesados rubalcabistas madrileños que anhelan acabar con el foco rebelde de Gómez, pocos encajan en el perfil de un candidato alternativo al hombre que ha dicho “no” tanto a Zapatero como a Rubalcaba. Cabe recordar que el lanzamiento de Trinidad Jiménez en las primarias de 2010 fue tomado como una injerencia de Ferraz y los militantes del PSM se decantaron por su secretario general.

“La mayoría de las figuras importantes del partido en Madrid están trabajando en el ámbito nacional, ya sea de forma orgánica o en el Congreso de los Diputados”, señalaron fuentes socialistas para explicar la ausencia de un referente claro. “Los nombres históricos también han abandonado a Gómez, apenas Juan Barranco [designado presidente de la formación]continúa a su lado”, añadieron estas fuentes, que, no obstante, reconocen la capacidad del líder del PSM para controlar las agrupaciones, así como su habilidad para seducir a los afiliados de fuera de la capital.

Pero, más allá de estas maniobras, lo cierto es que Gómez será el secretario general de los socialistas madrileños los próximos cuatro años, y ha sido el primero en torcer la voluntad de Rubalcaba desde que fue elegido líder del PSOE. El exalcalde de Parla será uno de los pocos barones rebeldes que sobrevivan a la renovación regional que vive el partido con figuras próximas al exvicepresidente, y promete seguir yendo por libre.