Rubalcaba recibe su primera bofetada como líder del PSOE de la mano de Gómez

Madrid permanece en rebeldía. Alfredo Pérez Rubalcaba sufrió ayer su primera derrota como líder del PSOE en el congreso de la federación madrileña, donde Tomás Gómez volvió a imponer su autoridad frente a las corrientes críticas respaldadas por Ferraz. El secretario general del PSM revalidó su cargo con el 59% de los votos, acabando así con las esperanzas de la dirección Federal de extender su control sobre todos los territorios.

Por su parte, Pilar Sánchez Acera fue incapaz de arañar nuevos apoyos entre la militancia. La  joven aspirante tuvo que conformarse con un porcentaje muy similar al que ya consiguió en enero como número dos de Jaime Lissavetzky en la elección de delegados para el cónclave nacional del PSOE. Cinco años, cuatro congresos y unas primarias después de la llegada de Gómez a la secretaría general, la oposición interna, ahora bajo el paraguas de Rubalcaba, se mantiene estancada en torno al 40%. Ni siquiera los cambios de bando, como el protagonizado por el tardoguerrista José Cepeda, han movido la Línea Maginot del PSM. 

En plena sequía electoral y meteorológica, Gómez se presentó ayer ante los suyos como un campesino al que Ferraz siempre anda estropeándole el cultivo. “Si hoy me presento es porque estoy convencido que un proyecto necesita cultivarse y madurar, que no se puede abandonar a la primera dificultad, que uno no puede ser agricultor si le aburre ver crecer la cosecha. Y la cosecha, compañeras y compañeros, tarda en crecer. Sobre todo cuando se pisa demasiado el sembrado”, afirmó.

El líder madrileño ha sabido proteger su territorio de las amenazas de sus colegas de partido, aunque hasta ahora su cosecha frente a Esperanza Aguirre ha sido paupérrima. Sus críticos le reprochan que se haya especializado en labrarse apoyos es las agrupaciones, a la vez que ha dejado en barbecho al resto de la ciudadanía madrileña. Por ello, resulta previsible que el 40% insatisfecho mantenga su pulso a la espera de una nueva oportunidad de sustituir al orgánicamente invictus secretario general.

Rubalcaba esperaba las malas noticias y un mitin junto José Antonio Griñán a Atarfe (Granada) le ha librado de clausurar este domingo el congreso del PSM, que sí inauguró el viernes. Las familias de la oposición no consensuaron en nombre de Sánchez Acera hasta dos semanas antes del cónclave, y lo hicieron conscientes de que el líder socialista no se mojaría directamente, a no ser que tuviera grandes posibilidades de triunfo frente a Gómez.

De hecho, la estrategia de Ferraz ha consistido en no interferir visiblemente en la pugna, al contrario de lo que sucedió en las primarias de 2010, momento en que se edificó la animadversión personal que separa al barón madrileño de Rubalcaba y su equipo. De esta forma, Sánchez Acera podía realizar su campaña como una candidata surgida de las corrientes locales y presumir de su militancia madrileña desde los 18 años. Pero, más allá de todas las precauciones, la etiqueta rubalcabista de la candidata ha sido evidente, incluido el apoyo de Lissavetzky o el exministro Valeriano Gómez, por lo que el líder del PSOE ha salido debilitado de la contienda.

Rubalcaba sale debilitado

Rubalcaba recibe así su primera bofetada en el seno de su partido desde que es secretario general. En los próximos años deberá lidiar con un foco rebelde en la capital de España, que puede convertirse también en el último reducto de Carme Chacón fuera de Cataluña, así como de la corriente Izquierda Socialista. Por otra parte, Gómez continua presentando sus credenciales de potencial líder nacional como el hombre que dijo “no” a Zapatero, y dos veces “no” a Rubalcaba.

Desde que venciera a Chacón en el congreso de Sevilla, el exvicepresidente ha comenzado a rediseñar el PSOE con nuevos líderes territoriales afines a su causa. Los tres cónclaves regionales celebrados hasta ahora habían sido favorables a Rubalcaba gracias a los triunfos de Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha, Francina Armengol en Baleares y César Luena en La Rioja. Todos ellos habían sido firmes defensores de la candidatura de Rubalcaba y tanto Page como Armengol forman parte de la Ejecutiva Federal.

El resto de territorios parecen también favorables al secretario general, a excepción de la Comunidad Valenciana y Andalucía. El futuro de los griñanistas dependerá del resultado en los comicios andaluces del próximo 25 de marzo; mientras que la batalla valenciana enfrenta a Jorge Alarte, que votó por Rubalcaba, y a Ximo Puig, que lo hizo por Chacón, y que cuenta con el apoyo de figuras como Leire Pajín o Ciprià Císcar. No obstante, el perfil de Puig dista mucho del estilo contestatario de Gómez en Madrid, y no supone el mismo dolor de cabeza para Rubalcaba que el líder del PSM.