Gómez y Sánchez Acera presumen de izquierdismo en un debate ‘clandestino’

Miércoles por la tarde. Sindicatos y fuerzas de izquierda se concentran en la Puerta del Sol con motivo de la jornada europea de movilización por el empleo y la justicia social. Mientras, Radio Madrid emite un debate en diferido y casi clandestino entre los dos aspirantes al liderazgo del Partido Socialista de Madrid. La crítica Pilar Sánchez Acera desperdicia su último cartucho ante un experimentado Tomás Gómez, que había logrado imponer sus condiciones para el cara a cara. Lo que debía ser un capítulo clave en la batalla por el poder en el PSM acabó convertido en una intrascendente pugna por demostrar qué candidato se considera más de izquierdas.

Gómez advirtió al inicio del debate que no sería un “cara a cara” sino un “hombro con hombro”, y lo cierto es que los dardos que lanzaron  ambos aspirantes apuntaron constantemente a Esperanza Aguirre, y solo en la conclusión se atrevió Sánchez Acera a intentar acorralar a su rival. El formato tampoco ayudó a la candidata rubalcabista, ya que versó mayoritariamente sobre cuestiones de política general, se prescindió de la frescura del directo y no hubo ni participación de militantes ni retransmisión audiovisual.

Al escaso atractivo de la propuesta es sumó el horario de la difusión (siete de la tarde) y su coincidencia con las protestas estudiantiles y sindicales, que probablemente interesaron más a los militantes socialistas. Sánchez Acera había denunciado que las condiciones fueron impuestas por la dirección del PSM, pero lo cierto es que su candidatura fue quien eligió el día y la hora, sin contar con la contraprogramación en la calle. Pero todo ello no evitó que Gómez calificara de “momento histórico” el primer cara a cara en el marco de un proceso congresual del PSOE. “Estoy orgulloso de ser socialista madrileño”, presumió.

Después, el líder madrileño se dedicó a defender la necesidad de un modelo ideológico alternativo al de la derecha. A su juicio, el PSM ha liderado el giro a la izquierda que ahora copia Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE, pero que también han asumido los diferentes mandatarios europeos que reclaman un impuesto a las transacciones financieras. “Hay que construir un modelo económico alternativo que aísle al enemigo de la salida de la crisis y de las democracias, el capital financiero y especulativo, lo que llaman comúnmente los mercados y a los que, permanentemente, tratan de tranquilizar con medidas que recortan el sistema de bienestar, los derechos de los trabajadores y las pensiones”, afirmó.

Y es que Gómez no solo está en guerra con el Gobierno de Aguirre, sino con la ideología que la presidenta madrileña ha absorbido de Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Pero no está solo en esta empresa, ya que Sánchez Acera también consideró que  “la recuperación económica exige un cambio en la política de Europa, dominada por la derecha”. Así, ambos proponen un paradigma basado en la innovación, la investigación, la sostenibilidad medioambiental, y que garantice el estado de bienestar.

"O cambio o seguir perdiendo"

Las coincidencias a la hora de criticar al Ejecutivo de Aguirre, abogar por los servicios públicos o apoyar la celebración de una huelga general solo se truncaron al abordar los problemas endémicos del PSM. Sánchez Acera aprovechó entonces para echar en cara a su adversario las cinco derrotas electorales que acumula el partido desde que ejerce como secretario general, la pérdida de militancia e incluso que haya abandonado su perfil en Twitter. “Los delegados debemos elegir entre dos modelos de partido. Un modelo que consiste en seguir igual que hasta ahora; y otro modelo que es poder ganar las elecciones, si hacemos un trabajo de suma interna y de ciudadanos”, concluyó.

Gómez, que había controlado el cara a cara, acusó algo el golpe, aunque se repuso dejando un recado a Rubalcaba: “Si hacemos una oposición de falsos pactos de estado, con políticas de derechas y con un gobierno de derechas, no somos la alternativa”. Tras el debate, la victoria del actual líder del PSM sigue siendo el resultado más probable del Congreso que celebra la formación este fin de semana, lo que supondría una nueva bofetada a los intentos de Ferraz por controlar la federación madrileña.