Defensa financia un prototipo que detecte kamikazes 'en trayectoria de colisión'

El Ministerio de Defensa ha echado mano de tecnología española fabricada en Alcalá de Henares para proteger a sus soldados en Afganistán de posibles ataques terroristas. El Boletín Oficial del Estado publicaba este lunes la adjudicación de un contrato de 261.285 euros a la empresa Alfa Imaging para el desarrollo de un prototipo preindustrial que permitirá la 'detección de posibles terroristas suicidas en trayectoria de colisión'.

La adjudicación, efectuada el pasado 23 de diciembre, se ha llevado a cabo mediante un procedimiento negociado y sin publicidad y servirá, fundamentalmente, para la protección perimetral de los convoyes y los campamentos militares del ejército español desplegado en Afganistán. El contrato ha ido a parar a una empresa madrileña con experiencia en la materia y que ya desarrolla sistemas de seguridad empleados por la OTAN en la región. Alfa Imaging, fundada por el Grupo Gate (Gestión Avanzada de Tecnologías Electrónicas) está especializada en el desarrollo de escáneres corporales avanzados basados en ondas milimétricas y ondas de terahercio.

Esas ondas son capaces de traspasar los tejidos y detectar y resaltar objetos camuflados bajo la ropa que no forman parte del cuerpo y que puedan ser utilizados por un kamikaze para sus objetivos terroristas. Hasta ahora, Alfa Imaging ha desarrollado un prototipo que utiliza receptores de 94 GHz y que es capaz de detectar esos objetos ocultos a una distancia de hasta 20 metros, tanto de día como de noche, con buen tiempo o en condiciones meteorológicas adversas.

En los próximos meses, sin embargo, se espera disponer de un receptor a 220GHz que aumentará la resolución de las imágenes y que podría detectar a los posibles terroristas a una distancia de hasta 50 metros, algo especialmente necesario para reforzar la seguridad de las instalaciones militares y de los convoyes del Ejército español. La misión española en Afganistán, con una media de 540 efectivos, ha costado la vida, desde el 2002, a 98 personas de origen español, entre ellas, 94 militares, dos guardias civiles y dos intérpretes.