Puigcercós critica el eje Madrid-Sevilla y pide un Banco Nacional de Cataluña

El presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Puigcercós, sentó ayer las bases de lo que será la estrategia de su partido en el futuro. “Aportamos por un Estado propio como marco propicio para poder defender los derechos individuales y colectivos de los catalanes y las catalanas”, comenzó diciendo ante una expectante audiencia en el Auditorio de Barcelona. Y finalizó más o menos de la misma manera: “Desde los estamentos políticos, construiremos el Estado catalán. Así, Estado más Nación, construiremos la República Catalana, una República Catalana de Valores”. 

Con este planteamiento cualitativo, Puigcercós quiere retomar la iniciativa que los sectores críticos de Esquerra le están arrebatando poco a poco. Y, por otro lado, marcar su territorio ante los “regionalistas” de Convergència i Unió (CiU) y los “sucursalistas” del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Se ufanó en su discurso de haber arrastrado a este último hacia posturas nacionalistas. Y ahora “quien tiene un problema de identidad no es el PSOE, del que no podemos esperar gran cosa, sino el PSC, que está entre Cataluña y el PSOE”. 

El líder republicano pronunció su conferencia coincidiendo con el anuncio de Josep Lluís Carod-Rovira de no repetir como candidato en las próximas elecciones autonómicas, lo que le deja el campo libre para optar a presidir la Generalitat. Así pues, Puigcercós expuso los retos que para él tiene Cataluña. “Hoy comienza el camino de un nuevo ciclo para Esquerra y para Cataluña”, advirtió. Por ello, subrayó que “es el momento de la aerolínea catalana. Es la hora de competir directamente con Aena”. Y si el Gobierno central no traspasa la gestión del aeropuerto del Prat, “es el momento de convertir Reus y Girona en las bases nacionales de la aerolínea catalana”. Pero también es el momento, dijo, de una empresa energética “nacional” y de “colocar nuestros ahorros en el corazón de nuestra economía productiva; por eso, es el momento de un banco o caja nacionales de Cataluña”. Incluso en la cultura es preciso diferenciarse: “Hemos de salir con toda nuestra fiesta popular para saltarnos España y sus toros y toreros”. 

El dinero que se queda Madrid 

Se quejó el presidente de ERC de que “el grueso de los recursos que esta sociedad genera, pero que recauda Madrid y no retornan, hace que no podamos dar una respuesta adecuada a los sectores sociales de nuestro país más desfavorecidos. Estos sectores quedan desamparados y en desigualdad de condiciones ante equivalentes sectores sociales de otros territorios del Estado”. 

Para Puigercós, el modelo autonomista está agotado por cuatro razones fundamentales. Primero, porque “falta un interlocutor leal en el otro lado”. Segundo, porque “el choque de naciones que la construcción de la nación española supuso para Cataluña y el resto de los Països Catalans, la recreación de un imaginario colectivo español se hace sobre la base de laminar la catalanidad, hecho que tensa día a día, legislatura tras legislatura, las relaciones”. Tercero, porque “la construcción de un Estado español moderno ha finalizado, ya han llegado al final de su historia.  

Esta construcción ha pasado por muscular la capital española como epicentro cultural, económico y financiero. Esto hizo perder peso a Barcelona”. Y cuarto, porque “el eje Madrid-Sevilla no sólo tiene como fundamento la idea de nación española, hay una alianza estratégica: subsidios a cambio de apoyo a un modelo de construcción centralista del Estado. Y este modelo ha sido aportado también al resto del territorio español. La España asistencial es el precio que se paga por mantener y aumentar el poder de Madrid”. 

Como consecuencia de este desencanto y del agotamiento del actual marco de relaciones, Puigcercós fija meridianamente clara la meta de ERC en la construcción nacional. “Somos Esquerra, somos la izquierda nacional de este país, los que ayer y hoy tenemos un horizonte nacional de plena soberanía para nuestra nación: los Països Catalans”. Un discurso que nada tiene que envidiar a los de los sectores más críticos del partido republicano porque, como subrayó en su alocución, “no sobra nadie en esta Esquerra modernizadora, independiente e independentista”.