Es noticia
La elección de Madina sorprende al PSOE: "Es demasiado buena persona para ocupar ese cargo"
  1. España
ZAPATERO NOMBRA AL JOVEN DIPUTADO VASCO 'NÚMERO DOS' EN EL CONGRESO

La elección de Madina sorprende al PSOE: "Es demasiado buena persona para ocupar ese cargo"

El vicesecretario general del PSOE y flamante ministro de Fomento, José Blanco, había dicho que sería "una sorpresa". Y vaya si lo fue, salvo para un

Foto: La elección de Madina sorprende al PSOE: 
"Es demasiado buena persona para ocupar ese cargo"
La elección de Madina sorprende al PSOE: "Es demasiado buena persona para ocupar ese cargo"

El vicesecretario general del PSOE y flamante ministro de Fomento, José Blanco, había dicho que sería "una sorpresa". Y vaya si lo fue, salvo para un reducidísimo grupo de privilegiados que ya conocía la noticia: cuando José Luis Rodríguez Zapatero anunció ayer a los diputados, senadores y eurodiputados socialistas, además de muchos miembros del Gobierno, que el joven Eduardo Madina será el nuevo número dos en el Congreso, en sustitución del veterano Ramón Jáuregui, la ovación unánime de sus compañeros no pudo ocultar el asombro de la mayoría.

"Edu es un político de principios, de firmes convicciones pero nada fanático, amante del diálogo y con don de gentes. Todo el mundo le quiere en el partido porque es muy buena persona... Tal vez demasiado buena para ocupar ese puesto en un momento tan complicado. Para llevar el peso de las negociaciones con la oposición hace falta habilidad y mucha mano izquierda, pero también hay que tener el colmillo afilado de un Rubalcaba y la veteranía de un Jáuregui", confesaba a El Confidencial uno de los asistentes a la multitudinaria reunión de los parlamentarios socialistas celebrada ayer en el Congreso.

"Es un compañero excepcional por su valía, su carácter y su talante", dijo Zapatero para acallar los aplausos. "A mí también me decían que era muy joven cada vez que asumía una responsabilidad, pero todos debemos sentirnos muy orgullosos de poder promover a personas tan jóvenes y con tanto futuro como Eduardo Madina", sentenció el líder socialista.

Madina, diputado por Vizcaya, portavoz socialista en la Comisión de Cooperación Internacional del Congreso y miembro de la Ejecutiva del PSOE, tiene 33 años, está casado y espera su primer hijo. La bomba-lapa que ETA colocó en los bajos de su coche, en febrero de 2002, le dejó dos terribles dentelladas: una en su pierna izquierda, que le fue amputada; y otra en el alma, invisible pero más dolorosa, por la pérdida de su madre, que falleció varios meses después del atentado víctima de un infarto, y que el joven diputado siempre atribuyó al sufrimiento de aquella traumática experiencia.

"Jamás ha mostrado rencor hacia quienes intentaron matarle ni ha exhibido su condición de víctima del terrorismo, y a muchos nos ha conmovido esa actitud de valentía y de madurez personal", asegura una compañera del Grupo Parlamentario Socialista. "Pero tal vez le falte aún madurez política para enfrentarse a una etapa tan difícil de inestabilidad parlamentaria, en la que no sólo tendrá que demostrar que tiene capacidad para negociar con todos los grupos y regatear con los ministerios, sino también saber ganarse la autoridad sobre sus compañeros", añade.

"Apuesta valiente, pero arriesgada"

La inclusión de Jáuregui en la candidatura al Parlamento Europeo -sólo por detrás del cabeza de lista Juan Fernando López Aguilar- y su relevo por Madina en el Congreso como secretario general del Grupo Parlamentario Socialista son "dos apuestas valientes, pero muy arriesgadas, de Zapatero", apunta otro diputado del PSOE. En su opinión, el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, "no es tan buen negociador como Jáuregui, que se ha ganado el respeto de todos los grupos y ha demostrado su capacidad para sacar adelante votaciones muy comprometidas".

La marcha de Jáuregui a Estrasburgo "nos deja un gran vacío y nos crea un problema en el peor momento, cuando más falta nos hace su contrastada habilidad para tender puentes con otros partidos", opina un senador socialista presente en la reunión encabezada ayer por Zapatero. "Yo tengo una gran opinión de Madina, y sé que la inmensa mayoría del grupo parlamentario comparte esta opinión. Pero una cosa es ser un gran tipo y un político prometedor, y otra muy distinta saber lidiar, sin tener experiencia negociadora, con una oposición que te lo va a poner terriblemente difícil. Con todo mi cariño y respeto hacia Madina, yo habría puesto a alguien más veterano, un viejo zorro como fue Rubalcaba en su etapa de portavoz", añade.

Madina ha contado con tres grandes valedores para este salto cualitativo en su carrera política: el propio Zapatero, la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, con quien le une una estrecha amistad que se remonta a la etapa en que ambos coincidieron en las Juventudes Socialistas de Euskadi, y el candidato a lehendakari Patxi López. Madina y Pajín representan el relevo generacional que Zapatero ha empezado a impulsar en las filas socialistas, pero su fulgurante ascenso y la relativa bisoñez política de ambos despierta algunos recelos en el partido.

Claro que no faltan quienes confían ciegamente en la capacidad de Madina para adaptarse con éxito a la hercúlea tarea que le ha encomendado Zapatero: esquivar la creciente precariedad parlamentaria del PSOE en el Congreso. "Edu cree en el diálogo y el consenso, pero no es tan blandito como algunos lo pintan. También tiene su mala leche", asegura con cierta sorna un diputado de la oposición que presume de su amistad.      

El vicesecretario general del PSOE y flamante ministro de Fomento, José Blanco, había dicho que sería "una sorpresa". Y vaya si lo fue, salvo para un reducidísimo grupo de privilegiados que ya conocía la noticia: cuando José Luis Rodríguez Zapatero anunció ayer a los diputados, senadores y eurodiputados socialistas, además de muchos miembros del Gobierno, que el joven Eduardo Madina será el nuevo número dos en el Congreso, en sustitución del veterano Ramón Jáuregui, la ovación unánime de sus compañeros no pudo ocultar el asombro de la mayoría.