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Pablo Iglesias intenta taponar las fugas en Podemos con un congreso extraordinario
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PODEMOS CAMINA HACIA UN NUEVO VISTALEGRE

Pablo Iglesias intenta taponar las fugas en Podemos con un congreso extraordinario

El líder de Podemos se ha visto obligado a llamar a la calma y tratar de frenar la beligerancia interna cediendo a la demanda de los críticos: convocar un nuevo Vistalegre

Foto: Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, acompañados de otros dirigentes del partido y candidatos durante la noche electoral. (EFE)
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, acompañados de otros dirigentes del partido y candidatos durante la noche electoral. (EFE)

La apuesta de Pablo Iglesias por llevar a Unidos Podemos más allá de una simple alianza electoral, convirtiéndolo en la casa común de las fuerzas a la izquierda del PSOE, así como la ausencia de autocrítica por parte de la dirección del partido tras el 26-J han llevado a las principales corrientes internas a tomar posiciones. El nuevo camino marcado por el secretario general se puso sobre la mesa sin previo aviso ni discusión, en medio del 'shock' provocado ante las frustradas expectativas. La tregua decretada durante la campaña se rompió la misma noche electoral. El cruce de acusaciones ha ido 'in crescendo' desde entonces, hasta el punto de que Pablo Iglesias se ha visto obligado a llamar a la calma e intentar frenar la confrontación interna cediendo a las demandas de los críticos con su gestión: convocar un congreso extraordinario.

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La asamblea ciudadana de Podemos no tendría que celebrarse hasta otoño del próximo año, según los tres años que marcan los estatutos entre congresos, pero el secretario general tiene potestad para convocar una asamblea extraordinaria. El ambiente precongresual lleva instalado en el partido desde el 26-J, y la promesa de celebrarlo, cediendo a una demanda generalizada entre los afines al número dos, Íñigo Errejón, parece haber sido efectiva para rebajar el grado de beligerancia.

“Vamos a abrir todos los procesos de debate”, aseguraba este martes el líder de la formación durante una entrevista en La Sexta, en respuesta a las voces que amenazaban con subir el tono si no se producía una reflexión abierta a toda la organización. “Más tarde o más temprano habrá que hacer una asamblea ciudadana”, añadía. Sus palabras han evitado, al menos de momento, el peligro de fugas y fracturas internas. En el próximo consejo ciudadano estatal, está previsto que se valoren únicamente los resultados y la campaña, dejando la discusión de la convocatoria de la asamblea general para una próxima cita. Su celebración, por tanto, no se prevé antes del otoño.

Sin llegarse a producir un cierre de filas, sí se ha logrado que se imponga la disciplina para no visibilizar la confrontación entre sectores. Tanto Pablo Iglesias como Íñigo Errejón han reiterado a los suyos que no caigan en esta tentación. “Hay que ser prudentes y responsables para no regalar a los adversarios políticos ciertos relatos y discursos”, exigía Iglesias en referencia a los “análisis en caliente”. Una advertencia que generalizaba: “Lo mismo que digo para Juan Carlos Monedero -más cercano a sus tesis- lo digo para Mónica Oltra -que criticó la confluencia- y para todo el resto”. El número dos ya lanzó una advertencia similar la misma noche electoral: “Ahora habrá quienes quieran que hablemos de nosotros, pero no vamos a cometer ese error”. Con todo, Errejón contraponía que su modelo a seguir era el de la transversalidad.

En el próximo consejo ciudadano solo está previsto que se valoren los resultados y la campaña, por lo que la asamblea no se celebraría hasta después del verano

La asamblea extraordinaria servirá para dilucidar el nuevo modelo organizativo y político del partido. Las posiciones están prefijadas. Las dos principales son, o más Podemos o más Unidos Podemos, una vez asumido de forma mayoritaria que la maquinaria electoral ha cumplido la función para la que fue creada y deben darse pasos hacia su reconversión en un partido-movimiento. Lo que está en el aire es si la asamblea abordará nuevamente los liderazgos. De hecho, la última asamblea extraordinaria celebrada a nivel municipal, la de Madrid, se ciñó únicamente a cuestiones político-organizativas, no de estructuras de poder.

Confrontación de liderazgos

Si el secretario general es quien convoca la asamblea, tendrá potestad para decidir si además de cuestiones políticas también se confrontan liderazgos. Sin embargo, según los estatutos, también podría convocarse la asamblea extraordinaria por una mayoría cualificada de tres quintas partes del consejo ciudadano estatal, el máximo órgano de decisión entre asambleas, el 25% de los inscritos (con un censo que supera los 400.000, de los cuales la dirección considera activos a menos de la mitad) o el 30% de los círculos validados a nivel estatal (con un proceso de validación que todavía no se ha completado).

El liderazgo indiscutible de Pablo Iglesias ha quedado dañado con los resultados de las elecciones generales, aunque en los últimos meses han emergido otros liderazgos, dejando atrás la imagen hiperpersonalista de un partido que nació con el rostro de su candidato en las papeletas. Asimismo, las reconocidas diferencias internas respecto al proceso de negociación, con un sector afín a Errejón que llegó a valorar la opción de la abstención en la investidura de Pedro Sánchez, han sembrado dudas en una parte de los militantes y simpatizantes.

Las reconocidas diferencias internas respecto al proceso de negociación han sembrado dudas en una parte de los militantes y simpatizantes

El propio secretario político reconocía en una entrevista con El Confidencial durante la pasada campaña que Podemos ya no era solo Pablo Iglesias. “Ahora tenemos a Pablo Iglesias como candidato y es un valor, pero el proyecto se fortalece cuando se hace menos dependiente de las personas y aumentan los liderazgos. Asumimos la tarea de fabricar relevos para que cuando uno no esté, vengan detrás dos o tres más y con más capacidades para construir. Hemos tenido una maduración acelerada porque comenzamos con la cara de Pablo en las papeletas, pero ahora ya no está solo”.

El consejo de coordinación no se planteó ningún tipo de dimisión durante la reunión celebrada el día después de las elecciones, según han explicado tanto el secretario general como el secretario de Organización, Pablo Echenique. Si bien este órgano de decisión solo está compuesto por 12 miembros, en su mayoría afines a Iglesias, frente a los 60 del consejo ciudadano, donde se dio una mayor sintonía con las tesis de Errejón cuando se confrontaron los planteamientos de ambos líderes.

La apuesta de Pablo Iglesias por llevar a Unidos Podemos más allá de una simple alianza electoral, convirtiéndolo en la casa común de las fuerzas a la izquierda del PSOE, así como la ausencia de autocrítica por parte de la dirección del partido tras el 26-J han llevado a las principales corrientes internas a tomar posiciones. El nuevo camino marcado por el secretario general se puso sobre la mesa sin previo aviso ni discusión, en medio del 'shock' provocado ante las frustradas expectativas. La tregua decretada durante la campaña se rompió la misma noche electoral. El cruce de acusaciones ha ido 'in crescendo' desde entonces, hasta el punto de que Pablo Iglesias se ha visto obligado a llamar a la calma e intentar frenar la confrontación interna cediendo a las demandas de los críticos con su gestión: convocar un congreso extraordinario.

Íñigo Errejón
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