El FROB pide hoy a la desesperada una mejora de ofertas por CatalunyaCaixa

El FROB ha dado hasta hoy a los bancos participantes en la subasta de CatalunyaCaixa para que mejoren las ofertas no vinculantes que presentaron la semana pasada, debido a que éstas se sitúan muy por debajo de los 1.000 millones que pretende obtener como mínimo por la entidad. Esta solicitud desesperada pretende evitar que la puja quede desierta y que la fusión de las cajas catalana tenga que ser gestionada de forma indefinida por el Estado. No obstante, ninguno de los candidatos está por la labor de alcanzar una cifra cercana a la pretendida por el FROB, salvo que las autoridades le hayan 'convencido' en las conversaciones que han mantenido durante el fin de semana.

Según fuentes conocedoras de la subasta, las pujas presentadas la semana pasada están a años luz de las intenciones del FROB pese a que éste blindó el crédito fiscal de 1.600 millones para hacer más atractiva la venta, como adelantó El Confidencial. No obstante, los candidatos pretendían que este crédito llegara a 5.000 millones para compensar la ausencia de un EPA (esquema de protección de activos) sobre los 3.000 millones de exposición inmobiliaria que mantiene la entidad catalana pese al trasvase de sus activos tóxicos a Sareb. Como es sabido, el FROB se negó en redondo con el argumento de que dicho traspaso al banco malo y la inyección de capital por 9.000 millones son un saneamiento suficiente.

"Nadie has ofrecido una cifra remotamente cercana a lo que quiere el FROB, y eso les ha sentado muy mal. Pero parece muy difícil que nadie mejore su puja en las condiciones actuales, salvo que se le haya ofrecido este fin de semana alguna compensación de otro tipo", según las fuentes citadas. En principio, han presentado oferta Santander, Sabadell y Popular; BBVA, que en principio estaba dispuesto también a pujar, podría haberse echado atrás finalmente, según algunas fuentes. La entidad no ha confirmado ni desmentido esta información. Según otras fuentes, la oferta del Santander es la mejor y, aunque no llega a los mínimos exigidos, "tampoco está tan mal". En ese caso, el ultimátum del FROB sería un intento de conseguir un poco más antes de cerrar la venta.

Se trata de la segunda vez que el FROB tiene que pedir a los bancos que sigan adelante con la subasta. En enero tuvo que celebrar una cumbre de urgencia con la gran banca ante la falta de interés en la puja, en la que el gobernador Luis Linde consiguió que estas entidades aceptaran seguir con el proceso, aunque con escasa disposición a hacer ofertas aceptables por el supervisor, sino sólo a pagar precios de derribo, como s econfirmó la semana pasada.

El gran dilema del FROB

Ante esta situación, el FROB se enfrenta a un dilema muy importante, entre mantener la entidad nacionalizada o venderla a un precio muy inferior al pretendido, con el consiguiente impacto en el déficit público. Aparte de los 9.000 millones del rescate europeo, CatalunyaCaixa ha recibido 2.968 millones del erario español. En principio, la primera opción debería ser la más probable, puesto que el director general del fondo, Antonio Carrascosa, y el propio ministro Luis de Guindos han dicho públicamente que dejarán la subasta desierta si no hay ofertas suficientemente atractivas. Y más después del escándalo por las generosas condiciones en que se vendió Banco de Valencia a La Caixa. Incluso existe el planteamiento de una fusión con Bankia en una única entidad nacionalizada para hacer más eficiente la gestión.

Ahora bien, esta alternativa también tiene claros inconvenientes, puesto que el Estado tendría que hacerse cargo del duro ajuste laboral impuesto por Bruselas -CatalunyaCaixa es la única entidad donde este ajuste se ha aplazado hasta su venta para que su coste sea asumido por el comprador- y de la reducción de su tamaño, así como del coste social del canje con quita de las preferentes y subordinada, que tendría que hacerse por acciones no cotizadas e ilíquidas en vez de por títulos de uno de los grandes bancos españoles. Aparte de quedarse durante mucho tiempo con un 'muerto' sin visos de poder sacarlo a bolsa ni venderlo a una entidad extranjera. Bruselas otorga un plazo de cinco años para su enajenación.