IAG se ahorra 350 millones de euros en el ERE de Iberia con la reforma laboral del Gobierno

International Airlines Group (IAG) podría ahorrarse hasta 350 millones de euros en Iberia si gestiona el plan de reestructuración de la compañía española con la aplicación estricta de la reforma laboral aprobada por el Gobierno del Partido Popular. Con la actual legislación, el expediente de regulación de empleo (ERE) presentado la pasada semana y que comprende un total de 3.807 despidos supone un coste de 250 millones de euros. En el supuesto de que la negociación se oriente a partir del ERE 72/01 firmado en noviembre de 2001 y vigente aún dentro del marco de relaciones laborales de la aerolínea, el coste para el grupo hispano-británico nacido de la fusión con British Airways (BA) sería de 600 millones de euros.

Este enorme diferencial resulta todavía más paradójico si se tiene en cuenta el objetivo de ajuste impuesto por IAG a la dirección de su filial en España, traducido en un recorte de gastos estructurales de 350 millones de euros. La coincidencia de la cifra es uno de los argumentos que, sin duda, van a guiar la tarea del mediador designado ayer para interceder en la búsqueda de un acuerdo inmediato entre la compañía y sus sindicatos.

Gregorio Tudela, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), es uno de los discípulos más fervientes y destacados dentro de la escuela de pensamiento auspiciada en su día por Luis Enrique de la Villa Gil, antiguo rector de la Universidad a Distancia de Madrid. A este mismo grupo de influyentes expertos en Derecho Laboral pertenece también Jaime Montalvo, el árbitro designado por el Gobierno en el otro gran conflicto con el Sepla por la constitución de Iberia Express.

Los sindicatos mayoritarios de la antigua compañía española de bandera reclamaron en su día la aplicación del antiguo ERE como paso previo para negociar un plan de viabilidad en el que los representantes de los trabajadores se comprometían a aceptar un fuerte ajuste salarial. El objetivo de la llamada “Plataforma Sindical Alternativa” presentada el pasado 11 de enero consistía en ayudar a la mejora de productividad que exige la dirección de la empresa a cambio de asegurar indemnizaciones medias del orden de 35 días por año trabajado, frente al mínimo de 20 que propicia la actual normativa laboral en España.

El mediador designado a instancias de la ministra de Fomento, Ana Pastor, tendrá que trabajar con la referencia de una horquilla que afecta a excedentes laborales de todos los colectivos profesionales de la compañía. Los despidos anunciados afectan a 2.735 trabajadores de tierra, cuyo desglose es el siguiente: 360 trabajadores en Barajas, 470 en el resto de aeropuertos, 371 de carga, 389 en el área comercial, 47 de los servicios corporativos, 152 del departamento financiero, 531 de mantenimiento, 72 de Recursos Humanos, 185 de la dirección de Producción y 158 de la división de sistemas. El expediente alcanza además a 759 tripulantes de cabina y 313 pilotos.

La intención manifiesta del Gobierno es propiciar un acuerdo en los próximos días que permita desconvocar las dos fases de huelga pendientes para los días 4 a 8 de marzo y 18 a 22 del mismo mes. Estos paros han sido también secundados por los pilotos, lo que puede intensificar la gravedad del conflicto si no hay un pacto urgente. La próxima semana es clave porque antes del 28 de febrero está prevista una nueva reunión del Consejo de Administración de IAG en Madrid, en la que deberá ratificarse el nuevo rumbo de las negociaciones. 

Objetivo: Convencer a Willie Walsh

La figura del mediador ha sido bendecida por el Ministerio de Fomento y a buen seguro que su actuación terminará por santificar la voluntad de acuerdo entre la dirección de Iberia y los sindicatos. Pero lo más importante es convencer a IAG y a su consejero delegado, Willie Walsh, para que baje el listón en algunos planteamientos que son básicos dentro del plan de futuro que necesita Iberia.

La multinacional hispano-británica surgida de la fusión con British Airways considera que el diseño empresarial de su filial española es innegociable y no está dispuesta a ceder en aspectos que considera esenciales como son el desarrollo de la citada Iberia Express, la integración de Vueling en la estrategia corporativa y el cierre de rutas no rentables. Para los sindicatos, estas líneas rojas suponen el desmantelamiento efectivo de la compañía española de bandera.

La ministra de Fomento ha diseñado con especial habilidad una hoja de ruta que va a permitir desbloquear el conflicto laboral entre la dirección de la empresa y los sindicatos. Sin embargo, eso no significa que IAG vaya a transigir fácilmente con un Plan de Transformación en el que se juega el modelo futuro de negocio de Iberia y su papel como operador de primer nivel en el mercado mundial de transporte aéreo.