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Rajoy se moviliza para evitar el mayor desplome en la venta de coches de toda la historia
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EL PLAN PIVE II AUMENTARÁ LA PRODUCCIÓN EN ESPAÑA EN 70.000 UNIDADES

Rajoy se moviliza para evitar el mayor desplome en la venta de coches de toda la historia

“Es complicado. Hay muchos ministerios implicados. Precisamente ahora me voy a una reunión con uno de ellos. Lo que le hemos dicho al Gobierno es que

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Rajoy se moviliza para evitar el mayor desplome en la venta de coches de toda la historia

“Es complicado. Hay muchos ministerios implicados. Precisamente ahora me voy a una reunión con uno de ellos. Lo que le hemos dicho al Gobierno es que no podemos caer a las 630.000 unidades”, aseguraba el miércoles Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de la patronal de los automóviles (Anfac), al ser preguntado sobre si el Gobierno renovaría el Plan PIVE. Dos días después, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciaba desde Chile la prórroga del programa, una iniciativa de estímulo a la compra de vehículos que al menos permite a la industria aspirar a repetir las 700.000 matriculaciones de 2012. Todo un alivio en tanto que la previsión de Armero supondría la cifra de ventas más baja de toda la historia del sector.

El Plan PIVE I, que contaba con una dotación pública de 75 millones de euros, generó una demanda adicional de 25.000 vehículos, según los cálculos de Anfac. La nueva iniciativa duplica la inversión de la Administración -se va a los 150 millones- y, en buena lid, debería multiplicar el impacto. Además, no será el único efecto positivo. Según las cuentas que ya han elaborado los fabricantes, el Plan PIVE II supondrá un incremento de la producción en España entre 60.000 y 70.000 vehículos. De los 75.000 vehículos que se acogieron al primer plan de incentivos, más de un tercio -unos 26.000- fueron made in Spain y sirvieron de sostén a la industria nacional, que el año pasado salía del top ten mundial por primera vez desde 1990.

El primer Plan PIVE (siglas de Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente) entró en vigor en octubre pasado y contemplaba una ayuda de mil euros del Ejecutivo y otros mil de las marcas para la adquisición de automóviles catalogados con las etiquetas A o B de eficiencia energética, esto es, con emisiones de CO2 de menos de 160 gramos por kilómetro. Con limitaciones: el precio máximo del vehículo no podía superar los 25.000 euros antes de IVA y el límite presupuestario era de 75 millones, esto es, ayudas para 75.000 coches. El segundo Plan PIVE no sólo subvencionará 150.000 turismos, sino que elimina el precio máximo fijado para acogerse a las ayudas.

Según las cuentas de Anfac, principal impulsor de la medida, las subvenciones generarán un impacto indirecto en la actividad económica por valor de 2.000 millones de euros y podrían suponer más de 10.000 puestos de trabajo. “La producción española se ha incrementado en 930 millones por los efectos multiplicadores de la automoción sobre el resto de sectores”, apuntaba la patronal en su balance sobre la primera entrega del plan, que habría supuesto 4.500 puestos de trabajo. Con efectos medioambientales añadidos: la incorporación al parque de coches más eficientes permitirá un ahorro de más 80 millones de litros anuales de combustible y de 260.000 millones de toneladas de dióxido de carbono. El promedio de edad de los 75.000 vehículos sustituidos llegaba a 17 años.

Un sector 'privilegiado' por el Gobierno

El sector del automóvil es de los pocos que ha recibido ayudas del Gobierno en plenas restricciones presupuestarias. El primer Plan PIVE fue alumbrado apenas semanas después de que Rajoy dejara claro su apoyo a la industria durante una reunión mantenida en Moncloa con una delegación de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), por primera vez en Madrid para la celebración de su Asamblea General. También avala esa generosidad que Hacienda recupera la apuesta vía impuestos. De acuerdo con los números que manejan las firmas, hasta 600 millones irán a parar a las arcas del Estado a través del nuevo plan, después de que el primero ya reportara 296 millones al ministro Montoro.

No es el único negocio en ciernes. Como publicó El Confidencial, la crisis de la banca y el brutal colapso del crédito ha provocado que las financieras de las marcas, que sufragaban en 2007 el 30% de las operaciones, soporten hoy ellas mismas el 61% de las transacciones ante la deserción de la banca. Un trasvase esencial para el éxito del Plan PIVE, ya que entre el 80% y el 85% de las ventas se realizan a plazos. Todo pese a que, como apuntaba Armero, “los créditos para adquirir vehículos presentan una morosidad mucho más baja que la tasa total que afrontan cajas y bancos, incluido el préstamo hipotecario, que está en torno al 10%”, remata. Volkswagen generó un beneficio operativo a nivel mundial de 1.200 millones de euros en 2011 por esta vía.

Además de la dupla negociadora Soria-Armero, la negociación ha tenido un tercer invitado. Según aseguran fuentes conocedoras de las conversaciones, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha sido clave para sacar adelante el Plan PIMA-AIRE, programa destinado a vehículos comerciales y cuyo objetivo es renovar el parque de furgonetas, de las que el 40% son de producción nacional. Con un mercado potencial de 50.000 vehículos, esta ayuda “será muy importante para las flotas de reparto en ciudades”, explican los fabricantes.

“Es complicado. Hay muchos ministerios implicados. Precisamente ahora me voy a una reunión con uno de ellos. Lo que le hemos dicho al Gobierno es que no podemos caer a las 630.000 unidades”, aseguraba el miércoles Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de la patronal de los automóviles (Anfac), al ser preguntado sobre si el Gobierno renovaría el Plan PIVE. Dos días después, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciaba desde Chile la prórroga del programa, una iniciativa de estímulo a la compra de vehículos que al menos permite a la industria aspirar a repetir las 700.000 matriculaciones de 2012. Todo un alivio en tanto que la previsión de Armero supondría la cifra de ventas más baja de toda la historia del sector.

Mariano Rajoy