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El Gobierno mantiene megaplantas solares en Moncloa pese a renegar de las renovables
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AÚN LE FALTAN POR AMORTIZAR 165.000 EUROS

El Gobierno mantiene megaplantas solares en Moncloa pese a renegar de las renovables

La esquizofrenia que a menudo escenifican PP y PSOE respecto a las energías renovables tiene su culminación en el propio Palacio de la Moncloa. Y es

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El Gobierno mantiene megaplantas solares en Moncloa pese a renegar de las renovables

La esquizofrenia que a menudo escenifican PP y PSOE respecto a las energías renovables tiene su culminación en el propio Palacio de la Moncloa. Y es que el Gobierno mantiene en el complejo presidencial una imponente planta solar desde el año 2000, que ni siquiera ha logrado amortizar; es más, aún debe cubrir más de 165.000 euros de las subvenciones que recibió hace más de una década para su puesta en marcha. La denominada Pérgola Fotovoltaica de la Moncloa –instalación con más de 500 metros cuadrados de extensión- fue la mejor puesta en escena del apoyo político a las energías verdes en época de vacas gordas. Paradójicamente y desde que arrancó la crisis, socialistas y populares no han dudado en apuntar a esas tecnologías como responsables del déficit de tarifa y han limitado de forma drástica las primas que reciben.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que canalizó la inversión y la incorporó en su balance, recoge en sus cuentas “la subvención concedida en el año 2000 por la Comisión Europea y la Comunidad de Madrid para la instalación de una central fotovoltaica instalada en el Complejo de la Moncloa”, con una potencia de 41,5 kilovatios. Y añade: “A 31 de diciembre de 2011 el importe de la subvención que aparece en balance, incluido el efecto impositivo, es de 165.385,23 euros, que irá traspasándose a resultados en función de la amortización de las instalaciones”. El organismo, adscrito al Ministerio de Industria, incorpora la inversión en la rúbrica de instalaciones técnicas de su inmovilizado material por importe de 486.014,09 euros.

El propio Instituto –cuyas cuentas publicaba ayer el BOE- explicaba el alcance de la apuesta en un documento publicado en junio de 2000. “El Complejo de la Moncloa conseguirá una reducción de su factura energética y, cuando se recupere la inversión, la propiedad de la instalación”, exponía. Para lograrlo, recurría a una fórmula de financiación por terceros que dejaba la inversión “en su inmovilizado material” y después la recuperaba “mediante los ingresos por venta de la energía eléctrica”. El gasto estimado para la iniciativa era de 517.471,42 euros, de los que casi 196.000 procedían de subvenciones europeas (programa Thermie) y otros 44.000 de ayudas autonómicas (PAEE). Los ingresos energéticos anuales previstos rozaban los 10.000 euros.

No ha sido el único gasto realizado con los años. Ingeteam, empresa vizcaína de ingeniería, se adjudicaba en enero de 2010 un concurso público para optimizar el rendimiento de la instalación y su mantenimiento hasta 2015. “Durante el próximo año, [se] trabajará en la sustitucion de los inversores, la mejora de la monitorización y el mantenimiento de la misma. Estas labores van a permitir renovar una instalación que con el paso de los años se había quedado obsoleta ”, explicaba la firma. El Gobierno acaba de aprobar un impuesto que gravará con un 7% la generación eléctrica de todas las tecnologías, incluidas las renovables. Según la patronal fotovoltaica (Unef), la medida llevará a la suspensión de pagos a buen número de plantas, para las que resulta inviable repercutir la subida.

Crear un parque temático

El fervor en Moncloa por la industria solar, iniciado por el Gobierno popular, tuvo continuidad con el Ejecutivo socialista. Al punto que José Luis Rodríguez Zapatero apadrinaba nuevas instalaciones fotovoltaicas en el recinto, en lo que que dio en llamarse el 'parque temático solar' del complejo de La Moncloa. Corría noviembre de 2007 y el presidente inauguraba, en colaboración con el IDAE e Isofotón, “la primera unidad de alta concentración que se instala y explota de manera comercial en España”. También una nueva instalación solar térmica que producía frío, “una aplicación novedosa que puede permitir utilizar energías renovables para atender el fuerte consumo energético existente en la edificación”, explicó el jefe del Ejecutivo. España apostaba por la fotovoltaica y lo escenificaba en el emblemático edificio de gobierno.

“Es un parque que nace con vocación de ampliarse, incorporando las más avanzadas tecnologías de energía solar que se desarrollen el futuro”, se jactaba Presidencia. El complejo incluso se utilizó para la recepción a la selección española de fútbol que ganó la Eurocopa del año 2008. Subido en la ola, el Ministerio de Miguel Sebastián aprobaba el generoso Real Decreto 661/2007, que repartía primas sin tino y se convertía en la base legal para una burbuja fotovoltaica abrazada por el mundo financiero. La vuelta del verano de 2008 y la dureza de la crisis fue cambiando poco a poco la percepción del Ejecutivo, con un punto de inflexión: abril de 2010. Fue entonces cuando el Gobierno reparó en los más de 6.000 millones que cada año gastaba en subsidiar a las energías limpias y empezó a contemplar la posibilidad de adoptar medidas retroactivas para aliviar esa carga y paliar el inasumible desfase entre ingresos y gastos que acumulaba el sistema. La pelea abierta entonces aún no se ha cerrado.

De hecho, la bola de nieve no deja de crecer. Según la última liquidación facilitada por la Comisión Nacional de la Energía (CNE), la tecnología solar fotovoltaica recibió en primas hasta octubre 2.567,3 millones de euros, una tercera parte de los 7.416,96 millones que se embolsaron el conjunto de las renovables. Los subsidios al régimen especial –que suponen casi la mitad de los costes del sistema- han sido tradicionalmente señalados por las grandes eléctricas como responsables del agujero que acumula el sector, el denominado déficit de tarifa. Los intentos de los Gobiernos para parchear la legislación y contener la burbuja han chocado con los diferentes lobbies de energías verdes, que ven dichos intentos como cambios retroactivos que quiebran la seguridad jurídica.

La esquizofrenia que a menudo escenifican PP y PSOE respecto a las energías renovables tiene su culminación en el propio Palacio de la Moncloa. Y es que el Gobierno mantiene en el complejo presidencial una imponente planta solar desde el año 2000, que ni siquiera ha logrado amortizar; es más, aún debe cubrir más de 165.000 euros de las subvenciones que recibió hace más de una década para su puesta en marcha. La denominada Pérgola Fotovoltaica de la Moncloa –instalación con más de 500 metros cuadrados de extensión- fue la mejor puesta en escena del apoyo político a las energías verdes en época de vacas gordas. Paradójicamente y desde que arrancó la crisis, socialistas y populares no han dudado en apuntar a esas tecnologías como responsables del déficit de tarifa y han limitado de forma drástica las primas que reciben.