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Las organizaciones de consumidores piden que los bancos devuelvan el dinero de las preferentes
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ACUSAN EN EL CONGRESO A LAS ENTIDADES DE HABER ENGAÑADO A LOS PEQUEÑOS AHORRADORES

Las organizaciones de consumidores piden que los bancos devuelvan el dinero de las preferentes

Las preferentes y la deuda subordinada fueron “un engaño de los bancos para captar dinero de pequeños ahorradores sin conocimientos financieros”. Los representantes de las organizaciones

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Las organizaciones de consumidores piden que los bancos devuelvan el dinero de las preferentes

Las preferentes y la deuda subordinada fueron “un engaño de los bancos para captar dinero de pequeños ahorradores sin conocimientos financieros”. Los representantes de las organizaciones de consumidores, que comparecieron ayer en el Congreso durante siete horas a puerta cerrada, coincidieron en que la solución del problema es que los bancos devuelvan el dinero a sus clientes.

José María Múgica, director general de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), manifestó a este diario que la responsabilidad de lo ocurrido es "de las entidades financieras, que deben devolver el nominal que invirtieron los clientes que desconocían el producto que les vendían". Una exigencia que teme que la Unión Europea no acepte, porque la UE ha exigido al Gobierno que los titulares de preferentes y deuda subordinada asuman las pérdidas como contrapartida al préstamo de 100.000 millones de euros para la reforma del sistema financiero. El director de OCU reclamó a los parlamentarios que se cree un órgano único que garantice la transparencia de estos productos financieros, una especie de Comisión Nacional del Mercado de Valores que defienda a los clientes.

El presidente de la Unión de Consumidores de España (UCE), José Ángel Oliván, denunció que "la legislación va por detrás de la capacidad de inventiva de los bancos. Fallan los mecanismos de supervisión (Banco de España y CNMV) porque su actuación se centra en defender la solvencia de los bancos y se despreocupan de los clientes. Los supervisores son parte del problema".

Oliván propuso a sus señorías que bancos y clientes se sometan a un tribunal de arbitraje que decidiría qué casos afectan a pequeños ahorradores que invirtieron creyendo que lo hacían en un producto seguro y con liquidez, y cuáles corresponden a inversores cualificados que arriesgaron su dinero a sabiendas del riesgo que corrían. A los primeros se les devolvería el dinero, a los segundos no.

Los arbitrajes de Novagalicia como ejemplo

El presidente de UCE puso como ejemplo los arbitrajes a los que se ha sometido Novagalicia con excelentes resultados, y requirió que si los bancos se niegan sea el FROB el que les obligue. Oliván fue aún más allá y sugirió "romper con el actual modelo de negocio de la banca", en el que cualquier entidad vende de todo, y diferenciar entre las que se ocupen del pequeño ahorrador y las que se dediquen a operaciones de alto riesgo que exigen conocimientos previos por parte del cliente.

En la sesión de tarde, Mario Cugat, presidente de la Federació d'Associacions de Gent Grant de Catalunya, insistió a los diputados que los ahorradores "han sido engañados y no son responsables de esta situación". Cugat dijo a este diario que el problema de las preferentes ha provocado muchas dificultades a las familias que se ven afectadas por el paro y no pueden recuperar sus ahorros, que ahora podrían utilizar para hacer frente a la situación que están viviendo. "Están causando un enorme daño a las familias. Antes eran los hijos quienes se ocupaban de sus padres mayores, y ahora es al revés".

Cugat resumió en tres puntos sus peticiones: que los bancos devuelvan el valor nominal de la inversión; que lo hagan con todos los ahorradores engañados, sin importar si la entidad está intervenida por el Estado o no, y que, en el caso de que las preferentes se canjeen por depósitos a largo plazo, se permita a los titulares sacar dinero en caso de necesidad".

Fernando Móner, presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), fue el último en comparecer. Su intervención fue prácticamente un calco de las de quienes le precedieron. Móner expuso los "graves problemas de transparencia, confianza e información del sector bancario español", que han provocado que los clientes ya no se fíen de las entidades.

"Hay casos como el de un señor de 82 años al que le vendieron unas obligaciones que vencían cuando él tuviese 150 años, y numerosos contratos que están firmados con el dedo pulgar -señala Móner-. No pueden sostener que estas personas, acostumbradas a tener su dinero en imposiciones a plazo, cambien de pronto e inviertan en preferentes. Los han engañado".

El presidente de la CECU dijo que la responsabilidad de lo que ha ocurrido está en las altas instancias de los bancos, que obligaron a los directores de sucursales a vender este tipo de productos sin importar el perfil del cliente. "Nos gustaría que hubiese una solución, pero como me temo que el Gobierno no va a aprobar una norma para que los bancos devuelvan el dinero, no queda otro remedio que acudir a los tribunales".

El presidente de la Asociación de Usuarios, Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), Manuel Pardos, que había comparecido antes, fue aún más tajante con las medidas que adoptarán si no se da una solución satisfactoria: “Hemos expuesto a sus señorías que estamos estudiando recurrir a los tribunales europeos porque ha habido una comercialización fraudulenta, y esto no se puede tapar". 

Las preferentes y la deuda subordinada fueron “un engaño de los bancos para captar dinero de pequeños ahorradores sin conocimientos financieros”. Los representantes de las organizaciones de consumidores, que comparecieron ayer en el Congreso durante siete horas a puerta cerrada, coincidieron en que la solución del problema es que los bancos devuelvan el dinero a sus clientes.