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La bolsa se instala en la histeria entre los rumores y la iliquidez
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SUBE UN 2% EN LA SEMANA

La bolsa se instala en la histeria entre los rumores y la iliquidez

La bolsa se ha subido en la montaña rusa. Abocado por la iliquidez que provoca el verano a una  volatilidad extraordinaria que expulsa del mercado a

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La bolsa se instala en la histeria entre los rumores y la iliquidez

La bolsa se ha subido en la montaña rusa. Abocado por la iliquidez que provoca el verano a una  volatilidad extraordinaria que expulsa del mercado a los pocos inversores finales que quedan, el mercado de valores trata de poner cada cosa en su lugar tras una de las semanas más inquietantes de la historia del euro. “Imposible de interpretar”. Así valoraba el viernes el bróker de un gran banco internacional el actual escenario.

Es un estado de histeria preocupante, el Ibex encadenó en las dos últimas sesiones de la semana pasada la segunda mayor caída del año y el segundo mayor avance del ejercicio. ¿Se equivocaron de plano los vendedores del jueves o se pasaron de velocidad quienes  tomaron posiciones a toda velocidad del viernes? Habrá que esperar unos días para sacar conclusiones en este mercado soñado por los operadores a corto, los amos y señores de unas bolsas enloquecidas.

Para el tobogán de los últimos días hay explicaciones para todos los gustos. Que si los mercados hicieron una lectura precipitada del discurso de Draghi del jueves, que si se estaban valorando el viernes los rumores de que España e Italia estaban negociando con Bruselas los términos de la petición de rescate, que por el contrario nuestro país podría aguantar el tirón hasta el otoño, antes de que lleguen los terribles vencimientos de deuda de octubre…

Un hervidero en toda regla que demuestra hasta qué punto está roto el mercado. Unos pocos analistas creen que no tiene por qué bajar más; otros, la mayoría, opinan que nada ha cambiado y que no hay justificación ninguna para que el Ibex no vuelva a los mínimos –el intradía fue de 5.956,3 puntos, el pasado 24 de mayo- del año, aquellos que transitaba el Ibex antes de que Draghi levantara unas expectativas extraordinarias que luego defraudaría punto por punto.  

Por lo tanto, quienes decidan seguir jugando sus bazas bursátiles en agosto seguirán subidos al tiovivo en un escenario a corto plazo dificilísimo. De un día para otro, el mercado ha decidido ver el vaso medio lleno. Donde el jueves había decepción, el viernes había euforia sin que nada concreto lo justificara. Bancos y eléctricas, dos sectores bajo la más absoluta sospecha en España, subían en el Ibex como tiros. Especulación pura y dura en valores que pueden seguir el camino contrario en cualquier momento.

La situación es tan surrealista que tras el rally del viernes la bolsa está en positivo en agosto. Una paradoja para un mercado que acaba de escuchar del presidente del BCE que antes de cualquier acción contundente para apoyar las primas de riesgo de España y de Italia será necesario que ambos países soliciten un rescate que sólo podrán salvar durísimas medidas de ajuste. Pero el ritmo de la película puede cambiar en cualquier momento. Conviene apretarse fuerte el cinturón.

Y en la parte marco, ¿qué? En Estados Unidos -que el viernes presentó unos estupendos datos que consolidaron las ganancias en Europa- la semana será de perfil bajo, con los datos semanales de desempleo y los precios de importación como grandes referencias.

La bolsa se ha subido en la montaña rusa. Abocado por la iliquidez que provoca el verano a una  volatilidad extraordinaria que expulsa del mercado a los pocos inversores finales que quedan, el mercado de valores trata de poner cada cosa en su lugar tras una de las semanas más inquietantes de la historia del euro. “Imposible de interpretar”. Así valoraba el viernes el bróker de un gran banco internacional el actual escenario.