Díaz Ferrán y Pascual echan el ‘muerto’ de Marsans a su director financiero

Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual han labrado juntos toda su carrera empresarial. Han sido uña y carne durante décadas hasta que su castillo de naipes se ha derrumbado. Cuando la justicia les sigue los talones, los expropietarios de Marsans, Air Comet o Spanair se han visto las caras y cada uno intenta salvarse. Sin embargo, en el caso del desvío de 4,4 millones de euros en Marsans ambos han encontrado una víctima común: el director financiero del grupo, Vicente Muñoz.

Los dos empresarios, imputados por apropiación indebida, han coincidido en explicar al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz que fue Muñoz quien tomó todas las decisiones. Ellos eran ajenos a las decisiones acordadas en relación con las agencias de viajes.

Según el escrito de la Fiscalía, desde marzo hasta julio de 2010 la empresa de viajes siguió cobrando a sus clientes las reservas o la totalidad del paquete vacacional a sabiendas de que no iban a pagar a los mayoristas. Los propietarios de la empresa crearon una única cuenta bancaria para que todos los ingresos de los clientes fueran remitidos a ésta de manera directa. Esa orden se recibió en el mes de abril de 2010, cuando ya conocían la situación económica de la empresa. Ninguna de las oficinas podía tener más de 300 euros en la caja para evitar, según el escrito, devolver el dinero a los clientes que acudieran a reclamar.

Según Díaz Ferrán y Pascual, todas esas decisiones no salieron de ellos sino de Vicente Muñoz, testigo en la causa. Según fuentes jurídicas, el director financiero ya entregó tanto a la Policía como a la Fiscalía numerosa documentación que acredita que las órdenes procedieron de los propietarios. Existe un comunicado interno desde el que se dio la orden de retirar el dinero líquido de las agencias para no devolverlo a los clientes que podría clarificar la procedencia de la orden.

Los dos propietarios se culpan mutuamente de que sus negocios hayan llegado a esa situación pero han preferido utilizar a un tercero para que cargue con las culpas. Ambos han asegurado ante el instructor, el fiscal Daniel Campos, y los abogados de todas las partes que Muñoz era el responsable del manejo de las cuentas. Es más, cuando la situación de Marsans era insostenible, Vicente Muñoz tomó una decisión que le costó la suspensión de empleo y sueldo por parte de los propietarios: se opuso a sus órdenes y optó por pagar las nóminas a los trabajadores.

La línea de defensa de Díaz Ferran se ha centrado en el olvido. No recuerda, no le consta, no sabe por qué y cómo el dinero de los clientes acabó en una única cuenta de la que era titular Marsans Shopping, una sociedad sin actividad, y que llegó a ascender a 2.460.000 euros. Según la querella del Ministerio Público, ese dinero se repartió entre traspasos de fondos a otras sociedades y la emisión de cheques a empresas por realizar trabajos ficticios.

Díaz Ferrán echa la culpa a Pascual

A pesar de tener a su víctima, han aprovechado para cargar las tintas el uno contra el otro. Fuentes presentes en el interrogatorio explican que el expresidente de la CEOE se ha desvinculado completamente de Marsans. Si la empresa llegó a esa situación fue por contexto financiero internacional que se vivía en ese momento. También achacó los problemas del grupo Marsans a las reclamaciones por parte de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) de la deuda de 24 millones de euros contraída con ella. El 20 de abril de 2010 la IATA les retiró la licencia para vender billetes de avión. El exdirector general también justificó los problemas financieros al embargo de los aviones de Air Comet, dictado en diciembre de 2009 por un juez de Londres por impago del alquiler. Esta decisión judicial provocó el cierre de la compañía aérea en los días previos a las Navidades de 2009, que se saldó con numerosos afectados.

Para Díaz Ferrán, si hay algún responsable es Pascual, que era el encargado de Marsans. Él únicamente se dedicaba a la línea terrestre, y su socio a la aérea. Fuentes judiciales sostienen que la tensión entre ambos es palpable. Pascual acusa a su socio de haber querido expandir la línea de negocio más allá de su capacidad para finalmente llevarles a la quiebra. En el interrogatorio, éste explicó al juez que lleva cincuenta años en ese negocio y eso no hubiese pasado si únicamente se hubiese centrado en lo que sabía hacer, los viajes. Estas mismas fuentes apuntan que Pascual estaba visiblemente más afectado que Díaz Ferran.

Una vez que juez y fiscal escuchen a los testigos decidirán si solicitan nuevas diligencias para confirmar la autoría de los imputados. Los empresarios tienen otra causa en la Audiencia Nacional, por Aerolíneas Argentinas, y por la que deberán sentarse en el banquillo de los acusados. Según fuentes jurídicas, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha concluido la investigación por un delito fiscal elevando el asunto al Juzgado Central de lo Penal para su enjuiciamiento y el Ministerio Público solicita para cada uno de ellos dos años y cuatro meses de prisión por un delito contra el fisco cometido en el ejercicio de 2002 al no declarar los beneficios obtenidos tras la compra de Aerolíneas Argentinas.