Sebastián esquiva la guerra de lobbies y deja el problema termosolar al PP

La última semana de Miguel Sebastián como ministro de Industria ha sido relajada. Su viaje por China le ha mantenido ajeno al pulso que las eléctricas convencionales (Endesa, Iberdrola y Gas Natural-Fenosa), por un lado, y los principales promotores de energía termosolar, es decir, las constructoras ACS y Acciona, además de la ingeniería Abengoa, han mantenido a cuenta de los últimos detalles del PER 2011-2020 (Plan de Energías Renovables) aprobado el viernes de la semana pasada, casi un año después de lo previsto.

La posibilidad de que este viernes pudiera aprobarse mediante Real Decreto, o mediante la incorporación de alguna enmienda u orden ministerial, los 2.500 megavatios (MW) de energía termosolar ya inscritos en el registro de preasignación ha movilizado a todas las partes implicadas. Durante las últimas semanas, el ministerio de Industria ha visto desfilar documentos y borradores de todas las partes con la intención de que hubiera un pronunciamiento legislativo por parte del Gobierno antes de que concluyera la legislatura.

Según las fuentes consultadas, esta decisión ha sido aplazada. Tendrá que ser el nuevo Ejecutivo del PP el que tenga que pronunciarse sobre la moratoria a las renovables reclamada por la patronal eléctrica Unesa o dar carta de naturaleza al desarrollo de los 2.500 MW de energía termosolar que hay preasignados, cuyo sobre coste para el sistema vía primas sería de 2.000 millones de euros al año, según denuncian las eléctricas, interesadas en defender su mix de producción y en resolver el déficit de tarifa de más de 20.000 millones que acumula el sistema.

De acuerdo con la versión ofrecida al sector desde Industria, este viernes sólo se aprobará la puesta en marcha de 30 MW de energía termosolar, una cantidad que quedaba pendiente y que corresponde a una partida asignada a proyectos de innovación tecnológica de la que ya se han repartido los primeros 50 MW. Pero no se pronunciará sobre la asignación de los prerregistros, aunque ha fijado ya en 4.800 MW la potencia termosolar que debe haber instalada para el final de 2010, por los 1.000 MW que hay ejecutados en la actualidad.

Después del colapso regulatorio en la tecnología fotovoltaica, cuya política de incentivos tarifarios provocó un boom sectorial en 2008, la industria eléctrica convencional viene alertando de la posible burbuja latente creada en torno a la industria termosolar. Al contrario que con los promotores de huertos solares, donde confluyen inversores institucionales y particulares, los principales operadores de esta otra tecnología energética renovable son grandes corporaciones como las constructoras ACS, Acciona y la ingeniería Abengoa.

El hecho de que el economista Carlos Sebastián, hermano del ministro de Industria, forme parte del consejo de administración de Abengoa, una de las compañías con más intereses comprometidos en el desarrollo de la energía termosolar, ha servido como guinda para que las eléctricas duden de la imparcialidad del Gobierno. De momento, todo está en el aire: con 26 plantas en construcción y 12 inscritas en el registro de preasignación, el actual marco regulatorio se agota en 2013, aunque hay planes sectoriales fijados para 2020.

Desde las eléctricas, el discurso reiterado descansa en "el problema del alto coste de algunas renovables", convertido en su opinión en "la auténtica razón" del desajuste del sistema eléctrico. Sobre este punto, Unesa ha incidido en las "políticas contradictorias" ministeriales consistentes en aplicar recortes en las primas a renovables maduras como la eólica, donde las eléctricas convencionales ya son operadores relevantes, y al mismo tiempo "trazar planes que aumentan sustancialmente la generación del régimen solar".