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Nadal está "en perfectas condiciones", pero su relación con los jueces de silla le delata
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BERNARDES, EL ÚLTIMO CON EL QUE HA DISCREPADO

Nadal está "en perfectas condiciones", pero su relación con los jueces de silla le delata

El entorno de Rafa Nadal asegura que es hora de que el número tres hable en la pista. Así lo ha hecho. En Río se vio su última discusión con el juez de silla. No ha sido la única. Incluso prescindiría de ellos

Foto: Rafa Nadal devuelve una bola a Fognini (Reuters).
Rafa Nadal devuelve una bola a Fognini (Reuters).

“Estoy con la actitud adecuada, pero me falta mejorar cosas. No me he encontrado muy bien físicamente a partir del segundo set”. Rafa Nadal habló después de caer en las semifinales de Río de Janeiro contra Fognini. La palabra cansancio sobrevoló, pero el número tres del mundo rehusó utilizarla como excusa. En la misma línea se manifestó su entorno: “Está en perfectas condiciones. Durante los meses pasados, los médicos han hablado mucho de Rafa. Ahora le toca hacerlo a él en la pista”. Y así fue. Después de dos ‘warning’, Nadal estalló contra Carlos Bernardes, un juez de silla con el que ha tenido sus más y sus menos a lo largo de su carrera. No es la primera vez que el mallorquín protagoniza una escena así. Es más, el año pasado puso en duda la labor de los jueces de silla.

Y es que si en algo se notó la impotencia que atenazaba a Rafa Nadal fue en su salida de tono con el árbitro del partido. Carlos Bernardes no sólo se ha convertido en un viejo conocido para el manacorí en esta edición del Abierto de Río de Janeiro, Londres y Australia fueron testigo de las discusiones que el español mantuvo con el árbitro. Su prestigio no está en duda pues ha dirigido cuatro finales de Grand Slam y ha estado presente en tres Juegos Olímpicos, un currículum que no impresiona a Rafa Nadal. En Río, el brasileño no le dejó volver al vestuario para cambiarse de pantalón. Ataviado con una toalla en la cintura, a Nadal no le quedó más remedio que dar la vuelta al pantalón para reutilizarlo. Eso sí, entre risas.

Un partido después, el buen rollo se transformó en tensión. Bernardes le llegó a señalar un par de ‘warning’ porque Rafa sobrepasaba el tiempo reglamentario para sacar. En un descanso, el tenista español se acercó hasta la silla del juez y estalló: “Voy a pedir que no me arbitres nunca más porque no puedo más contigo. Yo no tengo ningún problema contigo, pero no puedo más. Eres el que me mete más presión de todo el circuito, sin duda... Y si no, mira los vídeos. No tienes razón”. No era la primera vez que el brasileño era testigo de la versión más desquiciada de Nadal. Hace cinco años, en Londres y con Berdych como rival, señaló que la bola del manacorí se había ido fuera y éste no se lo pensó dos veces. Además de solicitar la intervención de un supervisor de la ATP, amenazó con retirarse del partido: “Me estás diciendo una barbaridad, una locura, no quiero jugar”.

El año pasado, Teimuraz Gabashvili comprobó por qué Montecarlo es ‘territorio Nadal’. Hincó al rodilla ante el actual número uno del mundo, pero también fue testigo de las decisiones de Pascal Maria que sacaron a Rafa de sus casillas. Y es que si hay algo por lo que se caracteriza el tenista de Manacor es por los pasos previos que sigue antes de poner la bola en juego, algo que, a veces, supera los 25 segundos permitidos y por lo que ha sido juzgado y hasta imitado por sus rivales. Para Nadal, algunos jueces de silla aplican estrictamente la norma del ‘time warning’ que acota las pausas entre punto y punto a 25 segundos. Tanto que el número tres del mundo no veía necesaria la figura de dichos árbitros.

“Si los jueces de silla ya no pueden comprender y leer un poco el juego, no hay más trabajo para ellos. Lo más fácil es colocar un cronómetro en la pista para que comprueben el tiempo que tardamos en sacar. Entonces ya no necesitaríamos más a los jueces de silla porque tenemos a los jueces de línea”. Rafa Nadal siguió dando razones por las que se podría prescindir de dicha figura: “Podemos usar el tablero electrónico, que lo tenemos, y así sabemos si el partido va 15-30. No necesitamos a nadie que diga 15-30, 30 iguales, juego para Nadal o juego para quién sea. Esa es mi sensación”.

El ‘time warning’ no ha sido siempre la razón de sus más y sus menos con los jueces de silla. Echando la vista a tras hasta las semifinales del Open de Australia de 2009 contra Verdasco, nos encontramos con uno de los rifirrafes que Rafa mantuvo con el juez de silla. En esta ocasión, le llamó la atención porque, en su opinión, el mallorquín había hablado con Toni Nadal durante el encuentro: “¿Entrenador? ¿Mi entrenador? Mi entrenador no ha hablado ninguna vez. ¿Tú oíste al otro entrenador? Él, todo el rato, ¿le oíste o no? Es increíble, ¡vamos hombre! Siempre lo mismo…”.

Un año después, en los cuartos de Wimbledon ante Soderling, Pascal Maria, otro viejo conocido, concedió un punto a éste después de pedir el ‘ojo de halcón’ en una bola que tocó la línea. Nadal protestó y exigió que se repitiera, pero no tuvo éxito: “¡No quiero seguir jugando así, esto es increíble, venga Pascal llama al supervisor!”. En 2011, la escena se repetía en la final del US Open con Novak Djokovic como rival. Nadal, descentrado, se enfrascó en una discusión con el juez de línea cada vez que éste le daba la razón al serbio en sus reclamaciones: “¿Cuándo cantas los out? ¿Cuándo lo canta él o cuando los ves tú?”.

Un par de años después, la imagen se repitió aunque el escenario fue diferente. En Australia y con Berdych también al otro lado de la pista, fueron dos momentos los que colmaron el vaso de Rafa Nadal. El primero, una bola larga del checo que no siguió y el segundo la negativa de Bernardes a la petición del ojo de halcón del mallorquín. Igual que en Río, el jugador de Manacor recriminó sus decisiones al brasileño de forma muy crítica: “Me he quedado parado mirando la línea y pensaba que había cantado ‘out’. ¿Estás mirando al partido o qué? ¿No ves que me he parado y que no he seguido jugando? No sabes lo que estás pitando. Te digo una cosa Carlos, no aciertas una. No haces un ‘overrule’ correcto. Ni uno”.

“Estoy con la actitud adecuada, pero me falta mejorar cosas. No me he encontrado muy bien físicamente a partir del segundo set”. Rafa Nadal habló después de caer en las semifinales de Río de Janeiro contra Fognini. La palabra cansancio sobrevoló, pero el número tres del mundo rehusó utilizarla como excusa. En la misma línea se manifestó su entorno: “Está en perfectas condiciones. Durante los meses pasados, los médicos han hablado mucho de Rafa. Ahora le toca hacerlo a él en la pista”. Y así fue. Después de dos ‘warning’, Nadal estalló contra Carlos Bernardes, un juez de silla con el que ha tenido sus más y sus menos a lo largo de su carrera. No es la primera vez que el mallorquín protagoniza una escena así. Es más, el año pasado puso en duda la labor de los jueces de silla.

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