David Ferrer 'entierra' una década de derrotas y pesadillas ante Rafa Nadal

“Las derrotas siempre son duras, pero más si son sobre tierra batida”. Estaba dolido, muy decepcionado consigo mismo Rafael Nadal después de caer en cuartos de final del Master 1.000 de Montecarlo. Que el número uno del mundo sea eliminado sobre la arcilla, su superficie por derecho de conquista, es extraño, poco habitual, como un eclipse de sol sobre el tenis mundial. Hay eclipses que tardan años en repetirse, décadas. Exactamente ese lapso de tiempo, diez años, es lo que ha tenido que esperar David Ferrer para volver a ganar al tenista mallorquín.

La fortaleza de Nadal en las temporadas de tierra es tan alta, casi abusiva sobre el resto de rivales, que a veces el espectador puede olvidar que otros españoles también son fuertes sobre la arcilla. David Ferrer es uno de ellos, no en vano lleva más de tres años y medio entre los diez primeros tenistas en la clasificación de la ATP. Entró de nuevo a formar parte de ese ilustre grupo a mediados de octubre de 2010 y no sólo se ha mantenido, sino que llegó a ser tercero del mundo hasta el pasado mes de agosto. Sin embargo, nunca ha llegado a plantarle cara a Rafa en tierra a pesar de que se han enfrentado en 19 ocasiones desde el primer encuentro entre ambos allá por 2004.

Fue esa vez cuando las por entonces dos mayores promesas del tenis español se veían las caras. David Ferrer tenía por entonces 22 años y apenas contaba con un título, el que había ganado en Bucarest a José Acasuso, y le tocaba el niño que había ayudado a España a ganar la Davis de aquel año a Estados Unidos. Nadal acababa de alcanzar la mayoría de edad y poco después también ganaría a Acasuso su primer título en Sopot, convirtiendo al argentino en el protagonista de los estrenos de los tenistas de nuestro país. Ese duelo entre Nadal y Ferrer serviría para decidir un puesto en las semifinales del Torneo de Stuttgart. Y tras un partido muy duro, acabó venciendo el valenciano por 6-3, 6-7(3) y 7-5. No le sirvió, porque Gastón Gaudio, a la postre campeón, lo apartó de la final.

Y desde entonces han pasado casi dos lustros y, hasta este sábado, 17 enfrentamientos más en tierra. 17 triunfos de Rafa Nadal. Y han sucedido en prácticamente todas las rondas posibles, pero lo curioso es que donde más se han enfrentado ha sido en finales. Ocho en total y en todas ellas el trofeo en disputa se fue a las pobladas vitrinas de Rafa Nadal. Sin duda, la más dolorosa para David Ferrer fue su primer partido por el título de un Grand Slam. Aconteció en Roland Garros en la primavera del año pasado y Ferrer perdió de manera rápida y casi sencilla, ante el rey de Francia, que se llevó su octava Copa de los Mosqueteros por 6-3, 6-2 y 6-3.

El peor resultado de Ferrer ante Nadal se produjo en otra final, como no. Poco más de una hora tardó Nadal en apuntarse el título de Acapulco ante su compatriota por un despiadado 6-0 y 6-2. Y casi tan contundente como esa en México fue otro enfrentamiento en la pista Philippe-Chatrier de Roland Garros, en la que Nadal se impuso a Ferrer en 105 minutos por 6-2, 6-2, 6-1 en 2012. Estos son algunas de las muestras de la superioridad de Nadal sobre el de Jávea en tierra, por lo que resulta más chocante que Ferrer ganase de nuevo a su rival en apenas dos sets.

Sin embargo, las estadísticas cambian drásticamente cuando se varía de superficie. En pista dura se han cruzado en ocho ocasiones, menos de la mitad que en arcilla. Pero en este caso, los triunfos están plenamente repartidos, cuatro para cada uno, ninguna tan sabrosa para Ferrer como la de semis de París el año pasado. 6-3 y 7-5 para meterse en la final del que sería su primer título de Masters 1.000. Sin embargo, en su último enfrentamiento en cemento, la moneda cayó del lado de Nadal. Ocurrió en el torneo de Maestros de Londres durante la fase de grupos, la cual no pudo superar Ferrer.