Tommy Haas, el Dorian Grey del tenis, derriba la barrera de la para seguir en la élite

“Padre y todavía tenista”. Así se describe Tommy Hass (35) en Twitter desvelando el motor de una vida marcada por el deporte de la raqueta. Aunque vive en Florida nació en Hamburgo y sus raíces alemanas se notan en su carácter y forma de ser. Tras 17 años formando parte del circuito profesional y siete operaciones en su remendado y cuidado cuerpo, Tommy Haas vive una eterna juventud como si del Dorian Grey de las pistas se tratara. Y es que el alemán cuenta con la mejor fuente de energía: su hija Valentina.

El deporte siempre ha estado presente en la vida de Haas. Su padre Peter fue campeón europeo de judo y fue al colegio con Arnold Schwarzenegger con quien comparte amistad. Tommy también dedicaría su vida al deporte pero no siguió el camino de su progenitor: a los once años se mudó a Florida para entrar a la Academia de Nick Bollettieri. Los métodos de su mentor se basan en un programa de entrenamientos mezclados con yoga y una buena alimentación. Y por si todo esto no fuera suficiente, hace poco, Haas contrató a un nuevo entrenador para que complementase el trabajo de Bollettieri que dio la clave para explicar el carácter inoxidable de su pupilo: “Para ganar a los de arriba hace falta salud. En cuanto al fondo, se encuentra tan en forma como el resto. De todas maneras, como es alemán, siempre pensará que puede conquistar el mundo”.

A lo largo de su carrera, la salud le ha llevado a vivir en una continua montaña rusa obligándole a pasar por el quirófano en siete ocasiones para reparar tobillos rotos, el hombro, la cadera y el codo derechos. Incluso en 2003 y 2010 tuvo que alejarse de las pistas. También ha sufrido gripe porcina pero nada ha podido con Tommy Haas que puede presumir de haberse enfrentado a dos generaciones de tenistas y de los catorce títulos de su palmarés aunque sólo ha conquistado un Masters 1000. Su mejor momento llegó en 2002 cuando se coronó como el segundo mejor tenista del mundo… hasta que el hombro se lo permitió. Dos años antes se colgó la medalla de plata en Sídney. Ahora es el jugador más veterano de los cien primeros clasificados del ranking ATP.

Tommy Haas es un tipo pintoresco que juega sin patrocinador alguno y tan pronto se motiva hablando consigo mismo e insultándose como es nombrado el jugador más guapo del circuito. Después de 17 años sigue encontrando motivos para empuñar su raqueta para desplegar su juego de seda. El alemán encuentra su principal fuente de inspiración en su hija Valentina que nació en 2010. Igual que Roger Federer sigue retando al paso de los años por sus gemelas, Haas lo hace para que su pequeña pueda disfrutar en directo de los partidos de su padre. El tenista de Hamburgo se ha unido a ese selecto club que ha demostrado que la edad ha dejado de ser un factor determinante para seguir en la élite.