Reposo absoluto para salir de su 'tendinitis mental'

Rafa Nadal sufre dos problemas: uno físico y otro emocional. El primero, se debe a una persistente lesión en sus rodillas que le ha impedido defender su título en Wimbledon. El segundo, está relacionado con la ruptura sentimental de sus padres, que se han separado recientemente, extremo que ha podido corroborar El Confidencial y que ya apuntaron algunos medios de comunicación. Sin embargo, este segundo problema no justifica ni su eliminación en el pasado Roland Garros, ni su ausencia en el torneo de hierba en Londres. Todo ello hay que achacarlo al constante desgaste físico que supone ser el número uno, como ha asegurado un psicólogo deportivo a este diario.

 

Y es que a pesar del problema estrictamente personal que afronta el tenista balear, Nadal no ha dejado de cosechar títulos, de sumar éxitos, de trabajar. No ha bajado los brazos, tanto es así, que conquistó Roland Garros y Wimbledon en 2008, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín y el Australian Open de 2009, además de los Masters que pudo acumular en el transcurso de ese tiempo. Ese conjunto de trofeos avala esta teoría, la de que su bajón de juego se debe más a lo físico, que a lo mental, de lo contrario, no hubiese subido al podio en el último año y medio.

 

Las virtudes de Nadal como tenista son su fortaleza física y su extraordinario poder mental, ése que sigue impresionando a sus incansables perseguidores. Muchos son los profesionales de este deporte que han asegurado que como la concentración de Rafa no hay ninguna. Puede estar perdiendo dramáticamente y aún así es capaz de levantarse, concentrarse y remontar a cualquiera, llámese Federer, Djokovic, Murray, Verdasco, o quien sea. En el aspecto mental, Nadal no se ha visto gravemente afectado, aunque sí es verdad que es un chico sensible, que ha crecido y madurado en un entorno familiar integral. Para Nadal, su familia lo es todo o casi todo, de ahí nace su silencio y su esfuerzo por mantener su vida personal al margen de su carrera profesional.

 

El deterioro de la relación de los padres de Nadal era un secreto a voces en Mallorca, según pudo saber este diario. Los constantes compromisos publicitarios del tenista, evitaron que la ruptura se produjera antes, pese a que en algunos actos de gran importancia, como el Príncipe de Asturias o la final del Abierto de Australia, sólo acudiera la madre del tenista español.

 

Por lo pronto, Nadal debe recuperarse de la tendinitis que sufre en ambas rodillas cuanto antes para volver a triunfar. Ya tendrá la oportunidad de volver a participar en Wimbledon, de reconquistar Roland Garros y por qué no, de seguir haciendo historia, que con sus 23 años, aún tiene mucho camino por recorrer.