Carmena abre la puerta a un estadio fetiche de rugby para España: Vallehermoso

En marzo de 2009 la piqueta acabó por devorar la última piedra del mítico estadio Vallehermoso. Aquel tartán que pisaron Javier Sotomayor y Carl Lewis y donde se batieron cientos de récords de España quedó reducido a escombros. En teoría, la vieja instalación iba a ser sustituida por otro más moderna al albor de unos Juegos Olímpicos que nunca se celebraron. El proyecto, además, cambió a medida que los aros volaban hacia Londres, Río y Tokio y, en lugar de tacos, jaulas de lanzamiento y vallas, ahora pace un gimnasio junto a un cráter de 400 metros de cuerda. Una herida a cielo abierto que, en las últimas fechas, el consistorio de Ahora Madrid pretende restañar recuperando el pliego original.

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No sólo perdió el atletismo uno de sus templos con la sobrevenida fiebre olímpica. Los amantes del rugby también vieron cómo, a medida que el Estadio Central de la Universitaria quedaba un tanto desfasado para las retransmisiones en televisión y accesos y comodidades, la posibilidad de disponer de un campo adecuado para los cada vez más multitudinarios partidos de la selección se esfumaba. Porque Vallehermoso ocupa también un lugar destacado de la historia del XV del León.

La última ante Italia

Allí, por ejemplo, España venció a Italia por última vez en la historia de las dos selecciones. El 17 de diciembre de 1977, los Manolo Moriche y compañía se impusieron a la Azzurra por 10-3. Además, como anécdota de la efeméride, cabe recordar que fue el primer partido de rugby en España en el que se cobró entrada a los 4.000 espectadores que allí se concitaron. Pero no sólo Italia. En 1982 fueron los Pumas de Hugo Porta, Loffreda o Serafo Dengra (genio y figura) quienes se midieron España en Vallehermoso. Según las crónicas que aún se conservan, España venía rodada (y apalizada) tras un 'test match' frente a los All Blacks maoríes en el Central y Argentina bastante golpeada luego de un partido contra Francia en París. El resultado: un digno 18-29 para los Pumas. Y hasta ahí.

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Javier Odriozola, director general de deportes del ayuntamiento de Madrid explica a El Confidencial que es "un gran logro para la ciudad recuperar una dotación como el estadio Vallehermoso" y que "si todo sale rodado, en septiembre de 2018 la obra debería estar acabada. Lo que hemos hecho ahora es adjudicar el proyecto a un estudio de arquitectura", explica Odriozola. El mismo estudio, Cano Lasso, que ganó el primer concurso que nunca se llegó a ejecutar y que "ahora que tiene un mes para definirlo. A partir de ahí hay que licitar la obra y comenzarla".

"El estadio va a tener una capacidad de 10.000 espectadores y va a estar destinado cien por cien al atletismo. De eso no hay duda. Con instalaciones bajo una de las gradas para zona de calentamiento y para entrenar bajo techo y gimnasio. Pero eso no quita que, si se dan las condiciones, pueda albergar uno o dos partidos de rugby al año" añade.

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Para ello habría que acondicionar el espacio que deja la pista de atletismo en las curvas y donde se ubicarían las zonas de marca con tepes de césped artificial como ya ocurre en Anoeta cuando Biarritz o Bayona o más recientemente Tonga y EEUU juegan en el campo de la Real Sociedad. Desde la Federación Española de Rugby reconocen contactos y buena sintonía con el ayuntamiento en este sentido. "Hemos pedido que se tengan en cuenta las necesidades básicas para poder disputar partidos de rugby en el nuevo campo" explican fuentes federativas. Aunque reconocen que saben de la razón de ser del nuevo estadio, "eso no quiere decir que no se puedan celebrar otro tipo de eventos deportivos y confiamos que nadie se oponga a ello" añaden.

El Central, intocable

Porque aunque en diversos foros siempre se alude a una hipotética reforma de El Central, éste es intocable al estar incluido como Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico de la Universidad Complutense de Madrid. No hay posibilidad alguna de reformar su estructura. Que el estadio de la UCM esté protegido es gracias a la pericia y el buen hacer racionalista de los arquitectos Lacasa, Torroja y Barroso, sus diseñadores.

Del último, Javier Barroso, resulta curioso cómo su historia se cruza en la del rugby y sus estadios hasta la fecha. Aparte de dedicarse a la arquitectura Barroso era aficionado al fútbol y acabó presidiendo el Atlético de Madrid y construyendo, también, su estadio. Un Vicente Calderón que ahora va a ser derruido para que sus inquilinos se muden a un recinto que era de atletismo, iba a ser olímpico y ya nunca más y que se cargó en el proceso el de Vallehermoso.

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Por las fechas facilitadas por el ayuntamiento para la inauguración del nuevo estadio como por el calendario del XV español de cara a la clasificación para la Copa Mundial de 2019, quizás se alineen los astros y Vallehermoso sea otra vez estadio fetiche cuando, por ejemplo, haya que sacar billete para volar a Japón.