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Carolina, del "me he roto" a dar una exhibición de su músculo mental
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así revalidó la española su título europeo

Carolina, del "me he roto" a dar una exhibición de su músculo mental

Carolina Marín dio el susto en las semifinales del Europeo, cuando pensaba que se había lesionado, pero todo quedó en un susto y la española demostró su talento y su energía

Foto: Carolina Marín celebra su nuevo título de campeona de Europa. (EFE)
Carolina Marín celebra su nuevo título de campeona de Europa. (EFE)

"Me he roto", le dijo Carolina Marín a su entrenador, Fernando Rivas, durante la semifinal del Campeonato de Europa de bádminton que disputó contra la danesa Line Kjaersfeldt, tercera cabeza de serie del torneo. La jugadora española, que arrastraba unas molestias en el músculo pectoral menor desde el Europeo por equipos, sintió un dolor después de ejecutar un golpeo y se temió lo peor.

Sin embargo, por suerte y también porque Carolina viaja ahora con un fisioterapeuta, todo quedó en un susto:una sobrecarga que convenientemente tratada no le impidió jugary ganar este domingo la final a la escocesa Kristy Gilmour (21-12 y 21-18). De este modo, Marín revalidó también su título de campeona de Europa, pues en agosto del año pasado hizo lo propio conel Mundial. La simpática dedicatoria a su madre en un día tan señalado y el selfie que se hizo en el podio junto a las tres jugadoras que le acompañaron en él, propagaronla buena imagen de esa 'marca España' de la que siempre hace gala la campeona andaluza, sin duda la mejor embajadora en Asia, donde el bádminton es un deporte seguido por millones de personas.

[Europa se le queda pequeña a Carolina]

El silogismo es sencillo: Beatriz Corrales, la otra representante española en el Europeo, además de Pablo Abián, cayó en cuartos ante la rival de Carolina en la final por un ajustadísimo 21-19 y 22-20. Es decir, que técnica y tácticamente la onubense era la gran favorita, dada la diferencia de nivel entra la 2 y la 21 del mundo. Pero es precisamente aquí donde estaba su reto: el hecho de que Marín se haya colgado dos veces el oro mundial y haya llegado a ser la número 1 del mundo, le añade una presión que no es tan fácil de gestionar, pues es fácil caer en la relajación o el exceso de confianza. Además, enfrentarse a rivales de las que su equipo técnicono tiene tantos datos como ocurre con las mejores jugadores asiáticas, también le añadía una dificultad.

Además del incansable y vanguardista trabajo que hacen en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde Fernando Rivas y el danésAnders Thomsentienen instalado un auténtico laboratorio de bádminton,Carolinalleva unos meses trabajando con un especialista en coachingy lo cierto es que la andaluza empieza a notar los resultados después de haber sufrido un pequeño bajón mental. El Campeonato de Europa disputado durante la semana pasada en la localidad francesa deLa Roche-sur-Yon ha sido un buen banco de pruebas, pues si bien el nivel de juego de Marín es muy superior al de sus rivales, la energía que exhibió fue de

Enla final del Villa de Madrid de 2014, Marínse enfrentó a Gilmoury en aquella ocasiónla victoria fue para la escocesaen dos sets (21-19, 21-18).Después del partido,Carolina escribió en su cuenta de Instagram: "Verdaderamente ayer no fue uno de mis mejores partidos, sobre todo estoy muy descontenta por la parte mental. Yo me considero una chica muy luchadora en la pista y ayer ese carácter nato que tengo no lo había".

El talento, el esfuerzo, elnivel de juego, el sacrificio,losrecursos técnicos y tácticos... Carolina ha llegado a ser la mejor jugadora del mundo gracias a sus muchas cualidades, pero hay especialmente una que le hace diferente y que le ayudará a conquistar el oro en los Juegos de Río: su mentalidad ganadora. Todo lo que ha sufrido durante el último año y medio no le ha impedido revalidar el título mundial y el europeo.

"Me he roto", le dijo Carolina Marín a su entrenador, Fernando Rivas, durante la semifinal del Campeonato de Europa de bádminton que disputó contra la danesa Line Kjaersfeldt, tercera cabeza de serie del torneo. La jugadora española, que arrastraba unas molestias en el músculo pectoral menor desde el Europeo por equipos, sintió un dolor después de ejecutar un golpeo y se temió lo peor.

Carolina Marín Fernando Rivas
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