La ambición del ‘rookie’ Márquez

Quería subir a MotoGP con el título de campeón del mundo de Moto2 en su palmarés, después de que dos años antes obtuviera el de 125 cc en la última carrera de una temporada que se le complicó en la prueba anterior, en Estoril, cuando se cayó en la vuelta de calentamiento y su KTM quedó destrozada. Una remontada estratosférica en busca de la victoria en el Gran Premio de Portugal forjó la leyenda de Marc Márquez (Cervera, Lérida, 1993).

En esta ocasión sólo necesitaba dos puntos para certificar matemáticamente la superioridad que ha venido demostrando a lo largo de todo el año porque, sin pretemporada de por medio por culpa de sus problemas de visión doble, inició el curso con una victoria en Qatar, en la primera cita de 2012. Un alivio después de un duro invierno en el que tuvo que recurrir al quirófano para corregir sus molestias en el ojo derecho.

Todo ello le ayudó a alcanzar una madurez y una fuerza mental impropia de un chico de 19 años. “Había momentos de auténtica desesperación. Cada mañana me levantaba y, antes de abrir los ojos, pensaba ‘A ver si veo bien ya…’. Pero no, así durante seis meses. Al final ha sido un poco lo que me decía Emilio [Alzamora, su manager y director deportivo]. Estar aquí, después de todo esto, ya es una gran suerte. Me ha ayudado mucho todo esto”, analiza el bicampeón de mundo antes de dar el salto a MotoGP la próxima temporada, donde llegará, a priori, con el cartel de ‘rookie’ quemando etapas con naturalidad, sin forzar.   

En esta ocasión le ha sobrado una carrera, pero no le ha faltado ambición porque para él era una prioridad acabar en el podio del Gran Premio de Australia para no tener que celebrar el título en el ‘box’. En la última vuelta, cuando marchaba en la cuarta posición y su equipo le marcaba P4 OK desde el muro porque el título ya estaba conseguido, no tuvo ningún reparo en hacer caso omiso de las instrucciones para jugarse con Scott Redding la tercera plaza.

 “Lo iba pensando poco a poco, en cada vuelta iba mirando. Lo tenía claro si hubiera llegado solo con Redding, pero cuando ha llegado West yo sabía que él se la iba a jugar en alguna frenada para pasar a Redding. Yo iba pensando que si no pasaba nada raro entre ellos, en la última curva podía pasar a Redding por dentro porque se abría mucho e intentar pasar a West por el rebufo”, explica Márquez sin reparo, capaz de leer las carreras como nadie.

Una virtud que podrá explotar la próxima temporada en MotoGP, porque conoce a la perfección a los que serán sus rivales. Admirador confeso de Dani Pedrosa y Valentino Rossi, compartirá ‘box’ con el primero en las filas del equipo Repsol Honda mientras que el segundo volverá a compartir garaje con Jorge Lorenzo, el único español bicampeón del mundo de MotoGP.

Tres favoritos y un ‘rookie’ se darán cita en la categoría reina en 2013. El novato Márquez, que el próximo día 13 se subirá por primera vez a la Honda, tiene en su poder romper todas las estadísticas si su progresión en MotoGP es la esperada para un piloto de su categoría. Su magia puede llevarle a acabar con un récord que perdura desde hace tres décadas.  Freddie Spencer fue el más joven en ganar una carrera de 500 cc, en 1982, con 20 años y 192 días. El nuevo bicampeón del mundo, que llegará a la categoría reina con 20 años recién cumplidos (17 de febrero), está en condiciones de batirlo si consigue una victoria en MotoGP antes de agosto de 2013. Tiene medio curso de margen y la capacidad para hacerlo después de que Pedrosa subiera a lo más alto del podio en la cuarta carrera del año de su debut (2006) y Jorge Lorenzo lo hizo tres carreras después de llegar a Yamaha (2008).