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El drama de Laura Gómez en judo: "No me duele la nariz, me duele el orgullo"
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El drama de Laura Gómez en judo: "No me duele la nariz, me duele el orgullo"

Laura Gómez consiguió ganar su primer combate, pero un mal movimiento le provocó una rotura en la nariz. En la siguiente entró en el tatami con muchas ganas, pero le pudo la ilusión

Foto: Laura Gómez sufrió un golpe en la cara durante su primer combate (Toru Hanai/Reuters)
Laura Gómez sufrió un golpe en la cara durante su primer combate (Toru Hanai/Reuters)

Por la zona mixta del Carioca 2, el pabellón donde se celebra la competición del judo en los Juegos de Río, los judocas que acaban de competir van pasando hacia los vestuarios. Es un espacio de contrastes; hay alegría y tristeza, pero la segunda es mucho más intensa que la primera. Son las primeras rondas, lo que significa que el que pierde cae eliminado y no tiene opción a repesca. Por eso el camino en zig zag entre cámaras y micrófonos de todo el mundo se convierte en una procesión de lágrimas, de caras descompuestas por los sueños rotos.

Por allí pasó el brasileño Chibana, que no solo tuvo que soportar el dolor de haber perdido, también el de haberlo hecho en casa: el espectacular apoyo de la afición local no le sirvió para superar al japonés Ebinuma. Pasó también el georgiano Margvelashvili, abroncado por su entrenador. Y pasó la española Laura Gómez, llorando a lágrima viva tras perder en la segunda ronda contra rumana la Chitu, número uno del mundo.

Foto: Yelitza Morillo frente a Steffanny Garatejo. Foto: Federico Ríos (EFE)

Una hora y media antes había pasado por el mismo lugar mareada, tambaleándose por un golpe que se había llevado en su primer combate contra la turkmena Babamuratova, a la que venció. "Un subidón", reconoció. Ese triunfo es por ahora el único del judo español en Río, donde ya solo queda con opciones María Bernabéu.

El golpe, por el que tuvo que ser atendida durante el combate, le dejó el ojo morado. Así salió a combatir contra Chitu, pero le pudo su temperamento. "Se me ha ido la cabeza, no he hecho lo que tenía que hacer. He competido con el corazón en vez de con la cabeza. Es algo que me pasa desde pequeña y me ha podido hoy también", explicó. En ese momento, el golpe no era lo que más le preocupaba, sino no haber competido como esperaba. "¿Te duele la nariz?", le preguntaron. "No, me duele el orgullo", respondió.

placeholder Charles Chibana, de Brazil.
Charles Chibana, de Brazil.

La ilusión de los Juegos

Foto: Laura Gómez en Río 2016 (Toru Hanai/REUTERS)

"Son muchos años luchando por esto, y ya se ha acabado", continuó Gómez, que debutaba en unos Juegos con 32 años. "Tenía muchísima ilusión por estos Juegos, no pude estar en los pasados. Era mi sueño". Cada frase quedaba interrumpida por un sollozo. Recordaba a sus entrenadores, a sus amigos, a su familia, a su marido, Sugoi Uriarte, eliminado también este domingo en su primer combate,, y seguía llorando. Durante unos segundos le cambiaba la cara, pero en cuanto llegaba otra pregunta comenzaba a llorar de nuevo.

Como ella, varios competidores abandonaron el pabellón destrozados. Pasa en el judo y en otros deportes con un sistema de competición similar. Son muchos los deportistas que se preparan durante cuatro años para jugárselo todo durante una mañana. Una derrota y el sueño olímpico se esfuma. Como le pasó a Laura Gómez. Al menos, su marido sabe de qué va esto y puede ayudarle a pasar el mal trago. O no. "Uy, no. Hoy ha perdido y va a estar insoportable", dijo.

Por la zona mixta del Carioca 2, el pabellón donde se celebra la competición del judo en los Juegos de Río, los judocas que acaban de competir van pasando hacia los vestuarios. Es un espacio de contrastes; hay alegría y tristeza, pero la segunda es mucho más intensa que la primera. Son las primeras rondas, lo que significa que el que pierde cae eliminado y no tiene opción a repesca. Por eso el camino en zig zag entre cámaras y micrófonos de todo el mundo se convierte en una procesión de lágrimas, de caras descompuestas por los sueños rotos.

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