Los recortes del plan ADO ponen en peligro el futuro de los héroes olímpicos

Campeones olímpicos, medallistas e incluso finalistas copan portadas de periódicos, minutos en programas de radio, convirtiéndose en personajes mediáticos. Sus, en muchos casos, anónimas pruebas han sido seguidas en directo por miles de personas y por millones a través de la televisión. Pero en apenas un par de semanas la soledad volverá a presidir sus vidas y sus competiciones deportivas. Ahora importa hasta el nombre de la novia o el novio. En quince días podrán pasear con quien quieran que, por desgracia, volverán a ser uno más en medio de la masa. Algunos deportistas lo llevan bien, conviven con ello. Otros, sin embargo, no admiten ese paso atrás que dentro de muy poco tendrán que dar. Piden más atención, una lucha e igualdad de condiciones con el fútbol, algo que a día de hoy es impensable.

La mayoría de estos que han sido olímpicos durante estos días, tipo David Cal, Maider Chorraut o Marina Alabau ahora descansarán uno, dos o tres meses. La mayoría no tendrá competiciones hasta el 2013. Su momento, ese que buscan cada cuatro años, ya ha pasado y ahora toca reflexionar, pensar e incluso ser madre como Brigitte Yagüe. Saben que el trabajo de estos últimos 48 meses se ha medido por su actuación en Londres y que a partir del mes de septiembre poco importará lo que hagan o dejen de hacer. Del “gracias por haber venido a ver la prueba y por estar aquí apoyándonos” de José Miguel Pérez nada más terminar la prueba de triatlón, al “hoy por fin la web del As no abre con fútbol”, media un abismo. Hay mucha reivindicación, mucha queja hacia la Prensa respecto al tratamiento que se le da a algunos deportes durante todo el año, pero la realidad dice que la demanda informativa va dirigida hacia el fútbol en su mayor parte y no es cuestión tan solo de negocio puro y duro.

La queja de algunos de estos héroes lleva consigo un transformo económico. Los recortes, cerca del 30% en la mayoría de los deportes, de las ayudas del estado ponen en peligro la continuidad de entrenadores e incluso de los propios deportistas. No hay dinero y, por ejemplo, en natación ya se habla de rebajas de sueldos y de ayudas. Lógico, hay menos dinero y todo el mundo lo tiene que notar. Las medallas de oro se cotizan a 94.000 euros que ya tienen Marina Alabau y Joel González, la plata a 48.000 euros y el bronce a 38.000 euros, mismo reparto al de Pekín.

La duda llega a la hora de hablar del próximo ciclo del Plan ADO. La máxima beca alcanza los 60.000 euros anuales, cantidad que no está garantizada a día de hoy. Desde los organismos públicos insisten en que seguirá a adelante, pero hay dudas sobre el cómo y con cuánto dinero funcionará a partir del 1 de enero de 2013. Todo hace indicar que el modelo seguirá adelante, primando los resultados en las competiciones a nivel internacional. La continuidad de los centros de alto rendimiento está fuera de toda duda, pero también van a sufrir la falta de dinero, el recorte total de ayuda que algunos van a sufrir.

Cada día las empresas interesadas en colaborar con el deporte son menos. El dinero no aparece y el ejemplo más claro es el de Maider, bronce olímpico, y que de no ser por la ayuda de un concesionario de Skoda, apenas tendría dinero para vivir más allá de las ayudas del Gobierno Vasco, ADO y Federación de Piragüismo. El problema, y no es el de ellas, es que alguno de estos deportistas no se saben vender en su momento de gloria, el mejor ejemplo de eso fue Mireia Belmonte y el día que pasó por la Casa de España.