Montenegro fue demasiado rival para España, que luchará por la medalla de bronce

No pudo ser. El balonmano femenino español no estará en la gran final del torneo olímpico, aunque aún queda la lucha por la medalla de bronce, un premio que se bien se merecen las jugadoras de Jorge Dueñas, que están cuajando unos grandes Juegos Olímpicos. En esta ocasión, Montenegro fue mejor y justo finalista tras ganar por un gol (27-26), a pesar del arranque de casta de las nuestras en la recta final del duelo. Ahora, España se jugará el tercer cajón del podio y la medalla de bronce ante una Corea del Sur que nos derrotó en el primer partido del campeonato.

Como mandan los cánones en un partido de este nivel, la igualdad fue la tónica predominante durante gran parte del duelo. En ningún momento del primer período el marcador reflejó ventajas superiores a los dos goles. La tensión se palpaba en la cancha, con defensas intensas que trataban de dificultar los lanzamientos del equipo rival. Las pupilas de Dueñas realizaron un parcial de 3-0 a los diez minutos de juego, lo que colocaba a la Selección con dos tantos de ventaja (6-4). La final pintaba bien, pero unas y otras sabían que el pase a la lucha por el oro iba a ser más que sufrido. Y así fue.

Rápidamente Montenegro remontó esa distancia en el marcador y se puso uno arriba. Popovic y Bulatovic comenzaban a hacer daño con sus lanzamientos de larga distancia, por lo que las ‘chicas guerreras’ tuvieron que aumentar un punto más su intensidad defensiva, que se había relajado por unos instantes. El duelo volvía a reflejar el equilibrio que existe entre ambas selecciones, que han realizado un gran torneo olímpico. Al final del primer capítulo de este gran sueño del balonmano femenino español, las tablas (13-13) reinaban en el luminoso de la Caja de Cobre y la final volvía a empezar.

Decidieron los instantes finales

Tal y como transcurrieron los primeros treinta minutos, todo apuntaba a que la semifinal se decidiría por mínimos detalles. Cualquier error se iba a pagar muy caro, de modo que el guión no varió ni un ápice durante buena parte de este segundo acto. España se atascó algo en ataque, pero tampoco las montenegrinas veían con claridad la portería de Silvia Navarro, que cuajó una sensacional actuación, al igual que en todo el torneo. Aún así, las balcánicas mantenían una ventaja por la mínima que les hacía ver la final con una ligera perspectiva positiva. Las de Jorge Dueñas iban a remolque y no podían permitirse ni un solo error.

Bulatovic volvió a ver portería con facilidad, demasiada quizá, y eso empezaba a ser muy mala señal para las nuestras. Tres goles consecutivos de la jugadora montenegrina, más uno intercalado de Jovanovic, ponía a las balcánicas con cuatro goles de ventaja (23-19) en el ecuador de la segunda parte. Sonaban las alarmas en el equipo español. La final se ponía muy cuesta arriba, pero aún quedaba mucho tiempo, diez minutos para ser exactos, y había tiempo para reaccionar.

Eso sí, necesitábamos con urgencia los goles, y estos no llegaban. Más que nunca era necesaria la participación atacante de Marta Mangué, Macarena Aguilar o Eli Pinedo. Ni siquiera desde el punto de penalti lograba el equipo español perforar la portería adversaria. Jessica Alonso erraba un siete metros y en la siguiente jugada Montenegro elevaba la diferencia a cinco (24-19). ¡Por fin! Macarena rompía una sequía goleadora que duraba demasiado y hacía renacer alguna esperanza para las nuestras.

Entrábamos en los últimos seis minutos con cuatro goles abajo. La semifinal requería de un esfuerzo titánico y de un punto importante de épica. Los segundos caían como un auténtica losa sobre las espaldas de las nuestras, mientras que las balcánicas saboreaban las mieles del triunfo. España no encontraba buenas opciones de tiro y el marcador provocaba excesivas precipitaciones. El tanteador nunca bajaba de los tres goles y ya empezábamos a pensar en la lucha por el bronce. Aún así, la raza de estas jugadoras hizo que nos pusiéramos a un solo gol, pero ya era demasiado tarde. No había tiempo. Derrota por un gol, que nos condena a  luchar por el último metal. 

Ficha técnica: