Las chicas de waterpolo vinieron a ganar un partido y ya son finalistas olímpicas

Día grande en Londres para la delegación española. Si en doce días de competición España sólo había sido capaz de conseguir tres medallas, Noya, Alabau, las chicas del dúo de sincronizada y el equipo femenino de waterpolo lograron cuatro en una jornada. En su estreno olímpico las chicas de Miki Oca han conseguido el pase a la final y, de esta manera, asegurar una nuevo metal. Soñaban con ganar un partido cuando aparecieron por la capital inglesa y ahora están en la final que tendrá lugar el próximo jueves a las ocho de la tarde con Estados Unidos como rival. Para motivarlas, Miki Oca les puso un vídeo de sus familias horas antes del choque. El técnico quería proximidad, que vieran lo que estaban sintiendo y pensando sus seres queridos. Y cumplió el objetivo porque salieron enchufadas desde el principio, pasando por encima de un equipo más acostumbrado que el español a jugar este tipo de partidos.

Tal y como sucedió en la fase de grupos, España dominó desde el principio el parido ante Hungría. Avisaron el día anterior que sería un partido a vida o muerte y lo fue porque las húngaras pegaron de lo lindo, pero las españolas no se cortaron lo más mínimo. Primero jugaron y después no se cortaron un pelo en la pelea, en el choque, en el cuerpo a cuerpo. Salieron magulladas, pero satisfechas con esa victoria por 10 goles a 9 y que no reflejó la superioridad española durante los cuatro cuartos del partido.

Las magiares no encontraban la manera de hacer daño. En cuanto se acercaban en el marcador bien aparecía Roser Tarragó o lo hacía Anni Espar, que se convirtieron en martillos para unas húngaras que no fueron por delante en los 32 minutos de juego. Ventajas de dos y tres goles marcaron la pauta de lo que sucedió en la piscina. Velocidad en las circulaciones españoles e intentos desesperados de las rivales en parar el juego alegre y espontáneo de este equipo que mezcla campeones del mundo junior del pasado año, con veteranas como Jennifer Pareja, subcampeona europea en Málaga.

El adversario de la final es Estados Unidos, rival en la primera fase y equipo con el que España empató a nueve goles. En aquella ocasión, el dominio fue norteamericano, pero un prodigioso último cuarto permitió nivelar el partido, pasando de un 6-9 en contra, a las tablas finales que reflejaron el marcador.  El jueves, más.