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Carlos Ballbé 'reza' para colgarse una medalla antes de cambiar el hockey por la Iglesia
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DESPUÉS DE LOS JJOO SE IRÁ A BÉLGICA A TERMINAR SU PREPARACIÓN RELIGIOSA

Carlos Ballbé 'reza' para colgarse una medalla antes de cambiar el hockey por la Iglesia

“Déjame cumplir mi sueño”. No es una petición cualquiera, son las palabras de un seminarista a Dios. ¿Y dónde encaja esto en los Juegos Olímpicos? No

Foto: Carlos Ballbé 'reza' para colgarse una medalla antes de cambiar el hockey por la Iglesia
Carlos Ballbé 'reza' para colgarse una medalla antes de cambiar el hockey por la Iglesia

“Déjame cumplir mi sueño”. No es una petición cualquiera, son las palabras de un seminarista a Dios. ¿Y dónde encaja esto en los Juegos Olímpicos? No hay que irse muy lejos para encontrar al dueño de la frase, está en España y forma parte de la selección de hockey. Carlos Ballbé (27 años) sabe que esta es su primera y última cita olímpica porque en el momento en el que acabe su estancia en Londres cambiará el stick por los hábitos y se marchará a Bélgica a terminar su preparación religiosa. También lo hará la deportiva porque allí seguirá compitiendo pero a un nivel mucho más bajo. Antes de que todo esto ocurra, Ballbé quería cumplir su sueño olímpico y en ello está. España debutó ayer contra Pakistán con un empate (1-1) y aunque Dani Martín apunte a las semifinales como objetivo, Carlos y el resto del equipo sólo piensan en repetir o mejorar el resultado de Pekín (medalla de plata) contando con la ayuda del ‘jugador número doce’.

Hoy en día es complicado encontrar jóvenes con una vocación religiosa real dispuestos a dejar su vida a un lado para entregársela a Dios. Cuando a esta ecuación le añades éxito deportivo, profesional y personal; la dificultad aumenta. No es el caso de Carlos Ballbé que tenía todo y decidió dar un cambio radical a su vida: dejó todo de lado para hacer de la religión el motor de su existencia. La primera vez que Ballbé cogió un stick tenía cinco años y a nadie le extrañó ya que forma parte de la tercera generación de su familia que se dedica a este deporte. Aunque no fue fácil ya que el asma que sufría le inutilizaba tres cuartas partes de uno de sus pulmones y le impedían hacer una vida normal hasta que un tratamiento le devolvió su vida y empezó a despuntar con el stick en la mano hasta llegar a la selección catalana y a la española. Carlos era joven, tenía éxito y decidió exprimir la vida tanto que fue expulsado de la Selección de Cataluña por mal comportamiento cuando aún era cadete.

No es ningún secreto que el desorden reinaba en la vida de Carlos Ballbé. Él mismo lo reconoce: “Hacía el capullo, salía de fiesta, con chicas, derrochaba el dinero… La expulsión me vino bien para madurar”. La carrera de ‘Litus’, como le conocen sus compañeros, era imparable: triunfaba con el Atlético Terrasa, uno de los mejores equipos donde ganó cinco Ligas y una Copa del Rey además de ser subcampeón de Europa en un par de ocasiones, sus convocatorias para la Absoluta se sucedían y llegó a tener un acuerdo con un potente club alemán. Y a pesar de todo esto, no era feliz. A su vida le faltaba algo para ser plena. No tardaría en dar con la clave.

Cambia los Juegos de Pekín por el seminario

La religión siempre ha estado presente en su vida y confiesa que “creía en Dios y en la Virgen” pero todo cambió hace siete años cuando disputaba el Mundial con la Sub 21. Las cosas no iban bien y decidió hacer un pacto con Dios: si les ayudaba, peregrinaría a Medjugorje (un pueblo situado entre Bosnia y Croacia) donde la Virgen se había aparecido. España fue tercera y Ballbé se marchó hasta aquella villa elegida basándose en un libro de su padre. No sería la última visita. Carlos siguió viviendo la vida al máximo, triunfando en el hockey y preparando los Juegos de Pekín. Corría el año 2007 y en plena preparación de la cita deportiva más importante, ‘Litus’ decidió ser cura tras dos visitas más a Medjugorje, ingresó en el seminario donde disfrutó de la medalla de plata que ganaron los que eran sus compañeros en la Selección. El hockey había quedado en un segundo plano: mientras estudiaba Teología en Pamplona compaginaba las clases con un equipo de San Sebastián algo que repitió en el seminario de Barcelona gracias a la colaboración del Atlético Terrasa.

“Déjame cumplir mi sueño”. No es una petición cualquiera, son las palabras de un seminarista a Dios. ¿Y dónde encaja esto en los Juegos Olímpicos? No hay que irse muy lejos para encontrar al dueño de la frase, está en España y forma parte de la selección de hockey. Carlos Ballbé (27 años) sabe que esta es su primera y última cita olímpica porque en el momento en el que acabe su estancia en Londres cambiará el stick por los hábitos y se marchará a Bélgica a terminar su preparación religiosa. También lo hará la deportiva porque allí seguirá compitiendo pero a un nivel mucho más bajo. Antes de que todo esto ocurra, Ballbé quería cumplir su sueño olímpico y en ello está. España debutó ayer contra Pakistán con un empate (1-1) y aunque Dani Martín apunte a las semifinales como objetivo, Carlos y el resto del equipo sólo piensan en repetir o mejorar el resultado de Pekín (medalla de plata) contando con la ayuda del ‘jugador número doce’.