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La sonrisa de Griezmann revitaliza al Atlético
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golea al celta en una grandísima segunda parte

La sonrisa de Griezmann revitaliza al Atlético

El delantero francés recuperó su hambre y lideró a los colchoneros en una goleada producida por completo en la segunda parte. Marcó un doblete, dio otro a Koke y Correa cerró el resultado

Foto: Griezmann marcó sus primeros goles de la temporada (Miguel Vidal/Reuters).
Griezmann marcó sus primeros goles de la temporada (Miguel Vidal/Reuters).

En el fútbol, como en cualquier otro aspecto de la vida, la psicología es parte fundamental para el correcto desarrollo del juego. Es imposible hacerlo bien si no se está motivado para ello, estar con otra motivación que no sea la idónea provoca que los partidos no se afronten de la manera apropiada y, en definitiva, todo sale peor. Al contrario que cuando se recupera por fin la sonrisa. A Antoine Griezmann le ha costado bastante llegar a ese punto. Dos jornadas de Liga después, el francés se ha mostrado feliz con su fútbol otra vez, y esa alegría, al implosionar, ha hecho que automáticamente el Atlético de Madrid, su club, se contagie y olvide el mal inicio de temporada para aplastar al Celta de Vigo.

La tensión en el Atlético ha sido muy alta en estas semanas iniciales de competición. Muchos fichajes, movimientos de entrada y salida de jugadores y un Simeone que debía hacer olvidar su mensaje catastrofista expresado después de perder la final de la Champions League. Esta dura situación mental unida a la no evoución del juego del equipo supuso un comienzo de Liga muy malo, con apenas dos puntos de seis contra dos recién ascendidos, es decir, un desastre. Puede que fuera al Atlético el equipo al que más benefició el parón de selecciones. Una semana larga para desconectar de los problemas domésticos para desfogarse en el extranjero junto a otros compañeros. Fue ideal. Los jugadores han vuelto con otro espíritu.

Incluso Simeone lo ha hecho. Probó en las dos primeras jornadas con el mismo esquema que le hizo de nuevo subcampeón de Europa, esto es, un 4-4-2 en el que la línea del centro del campo está formada por cuatro pivotes puros. Lo que sirvió para estar en Milán no sirvió para empezar ganando otra vez. En los dos partidos ante Alavés y Leganés, el Cholo cambió la fórmula hasta variarla a un inédito 4-2-4 ajeno a su filosofía de juego. En Balaídos tiró por la calle de enmedio, en la que se suelen encontrar las mejores soluciones.

Lo hizo mucho el año pasado aquello de jugar con una especie de 4-3-3, con Carrasco, Torres y Griezmann, y lo empleó de nuevo con un resultado inicialmente negativo y posteriormente exuberante. Pero no fue tanto la disposición táctica dsplegada sino cómo se afrontaron las diferentes situaciones del partido. En el momento en que Griezmann se percató de su superioridad técnica y hasta física sobre los defensas contrarios, daba muy igual de qué manera jugar, lo importante era que los balones fueran a él, y el chico que vino de Donostia ya se encargaría de hacerlo como se tenía que hacer. Importa poco que al lado esté Torres, o Gameiro, el bueno es el otro.

Hasta ese momento de inspiración personal, el Celta feue mucho mejor que el Atlético. Es de esperar, de todas maneras, que un conjunto que busca dominar al contrario desde el balón con voluntad ofensiva, como es el caso del Celta, luzca más que el otro que intenta defender y buscar el contragolpe. Así pasó durante 45 minutos. El Celta, sin Orellana y, lo más duro todavía de asumir, sin Nolito, se mostró capaz de hacer daño al Atlético con un Bongonda excelso en los desmarques y en la participación pero inexacto en la conclusión. Qué diferente habría sido el encuentro si su disparo cruzado hubiera entrado en vez de pasar a pocos centímetros del palo izquierdo de Oblak...

Quizá no hubieramos visto a Griezmann tomar el mando del partido con la frescura con la que un niño hace suya una plaza para jugar a la pelota con mochilas como porterías. No lo hizo con intenciones maliciosas, sino que buscó divertirse de nuevo, que es la única manera que tiene él de entender el fútbol. Se abandonó a las bandas, a la participación constante en el juego y con su movimiento desconcertó tanto a la defensa celtiña que pudo encontrar a Koke absolutamente solo en el segundo palo para que la reanudación ya empezara cogiendo color rojiblanco. El Celta entró entonces en la unidad de cuidados intensivos y no salió de ahí, ni saldrá hasta que no logre sumar algún punto esta temporada.

A partir del gol, no existió más partido que el que decidió jugar el Atlético, que volvió a demostrar una vez más que cuando quiere, cuando se convence de que puede hacerlo, es capaz de vapulear a prácticamente cualquier rival que se le ponga delante. Esta vez le tocó al Celta sufrir un tornado colchonero, pero bien podría ser cualquier otro conjunto europeo. Griezmann estableció eltempoy sus compañeros ejecutaron la melodía con exactitud sinfónica, pues no es fácil que dos goles sean tan iguales como los dos del pequeño francés. Tan feliz estaba, que le dio un poco de sonrisa incluso a un jugador amargado por quedarse para no jugar mucho como es Ángel Correa, que anotó su primer gol de la temporada para cerrar un 0-4 que le viene estupendamente al Atlético para empezar la Champions con la mente refrescada.

Ficha técnica:

0.- Celta de Vigo: Sergio; Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Jonny; Radoja, Wass (Rossi, min.68), Pablo Hdez.; Bongonda (Pape, min.86), Señé (Sisto, min.75), Aspas.

4.- Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Gabi (Tiago, min.82), Saúl, Koke, Carrasco (Correa, min.68); Torres (Gameiro, min.63) y Griezmann.

Goles: 0-1, min. 53: Koke. 0-2, min. 73: Griezmann. 0-3, min. 81: Griezmann. 0-4, min. 89: Correa.

Árbitro: Jaime Latre (Colegio Aragonés). Amonestó a Señé (min.44) por parte del Celta de Vigo y a Gabi (min.26) por parte del Atlético de Madrid.

Estadio: Balaídos.

Incidencias: Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del accidente de tren de O Porriño.

En el fútbol, como en cualquier otro aspecto de la vida, la psicología es parte fundamental para el correcto desarrollo del juego. Es imposible hacerlo bien si no se está motivado para ello, estar con otra motivación que no sea la idónea provoca que los partidos no se afronten de la manera apropiada y, en definitiva, todo sale peor. Al contrario que cuando se recupera por fin la sonrisa. A Antoine Griezmann le ha costado bastante llegar a ese punto. Dos jornadas de Liga después, el francés se ha mostrado feliz con su fútbol otra vez, y esa alegría, al implosionar, ha hecho que automáticamente el Atlético de Madrid, su club, se contagie y olvide el mal inicio de temporada para aplastar al Celta de Vigo.

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