El trágico pasado de Cuadrado, el jugador por el que suspira el Barça de Luis Enrique

El Barcelona sigue insistiendo en el fichaje de Juan Cuadrado. El centrocampista colombiano, que a sus 26 años ha explotado en el fútbol mundial, se ha convertido en uno de los jugadores más importantes del Calcio durante la pasada temporada, y Luis Enrique no quiere que se le escape. El conjunto azulgrana está pujando fuerte para hacerse con los servicios de un jugador que destaca por su polivalencia y por su buen hacer dentro del terreno de juego. Pero lejos del verde, su vida poco o nada tiene que ver con la de un deportista de primer nivel. Los lujos nunca fueron con él.

Desde muy joven, la vida de Cuadrado no fue nada sencilla. Nacido en el humilde municipio de Necoclí, de la región de Antioquía, su existencia iba a quedar marcada para siempre cuando sólo tenía cuatro años: gritos, golpes y disparos, muchos disparos. Un grupo armado hizo aparición en su pueblo, atacando a toda persona que se cruzaba en el camino. El pequeño Cuadrado asegura sólo recordar el ruido seco del percutor y esconderse bajo su cama ante el temor que le tenía paralizado. Tras la tormenta, llegó la más triste calma: en el tiroteo había fallecido su padre.

Guillermo -por quien el futbolista debe el honor a su segundo nombre-, un conductor de camiones, tuvo la mala fortuna de cruzarse en el camino de los malhechores, quienes acabaron con su vida sin ningún tipo de compasión. Desde entonces, Marcela, su madre, fue la encargada de sacar adelante al joven Juan, un hombre que creció con sus dos pasiones: la bicicleta que le había regalado su padre -en Antioquía hay gran pasión por este deporte- y el balón. Pero el esférico le ganó la partida a las dos ruedas, y con gran éxito, con la perspectiva que da el tiempo.

Desde aquel momento, Cuadrado no perdió de vista las dos cosas más importantes de su vida: el balón y a su madre. Desde el asesinato del padre del jugador, Marcela se echó a sus espaldas el peso de la casa. Trabajando en una bananera, el joven Cuadrado pasaba las horas con su madre, ayudándola a empaquetar los pedidos que le llegaban. Y, cuando tiempo después, su madre decididó acabar sus estudios básicospara poder optar a un trabajo mejor remunerado, Cuadrado estuvo ahí. Su progenitora acudía a clases nocturnas, y al joven se le podía ver durmiendo a su lado durante las lecciones.

El balón pronto le llevo a Italia... pese a una grave lesión

Poco a poco, Cuadrado fue aumentando su pasión por el balón, que llegóa su momento más álgido de la mano de Ronaldo Nazario. Convertido en su gran icono deportivo, el colombiano quería ser como él: tanto es asíque, en sus primeros pasos en el fútbol, actuaba como delantero e imitaba los movimientoscon el balón de su ídolo. Así, consiguió entrar en una de las escuelas del Manchester United en Colombia. Tan buenas eran su maneras que pronto el Deportivo Calí se hizocon sus servicios. Su sueño empezaba a dar los primeros pasos... pero pronto se iba a truncar.

Con poco menos de trece años, una 'niñería' a punto estuvo de costarle su carrera. Como una broma, decidió montarse en una calesa y, justo en ese momento, el caballo tiró del vehículo. Cuadrado perdió el equilibrio y la mala fortuna quiso que su pierna entrara entre los radios de una de las ruedas, rompiéndole el tendón de Aquiles. Esta situación le tuvo apartado de los terrenos de juego durante una buena temporada, por lo quesu crecimiento deportivo en el Deportivo de Calí nunca llegó a más. Un par de años después, tras verse estancado, tuvo la oportunindad de llegar al Independiente de Medellín.

Y, sin duda, fue una de las grandes decisiones de su vida. Reconvertido ya a centrocampista, también ofrecía grandes réditos como lateral, lo que le convirtió en un jugador muy polivalente. Con 20 años iba a dar el salto al primer equipo y, desde ese momento, su crecimiento deportivo no iba a detenerse. Un año y medio después, el Udinese se hacía con sus servicios: acababa de convertirse en un jugador profesional en toda regla. Y, cómo no podía ser de otra manera, iba a volar al país transalpino junto a su madre, la que tantos sacrificios hizo por su hijo.

Una carrera prometedora en el Calcio

Sus dos primeras temporadas no fueron demasiado buenas, pero su fichaje por el Lecce le hizo despegar. Un gran año le permitió fichar por la Fiorentina, donde ha conquistado a los aficionados al Calcio. Sus grandes actuaciones le han convertido en uno de los jugadores importantes del campeonato, una situación que le ha servido para ser uno de los deseados por el Barcelona para la próxima temporada. Su gran año, acompañado por su espectacular Mundial, le hacen ser uno de los objetivos prioritarios de Luis Enrique, al que le encanta su versatilidad.

Alejado del lujo, su perfil poco o nada tiene que ver con el de un jugador de primerísimo nivel. Una anécdota lo resume a la perfección: durante un partido con la Fiorentina, el presidente del club le prometió "un gran regalo" si marcaba. Al término del choque, Cuadrado había cumplido con su parte y, poco después, Mario Cognini hizo lo propio con la suya: un rólex era su presente... pero días después tuvo que ir al servicio oficial, porque no sabía ponerlo en marcha. Así es Cuadrado, un hombre de infancia difícil que se salvó gracias a un balón y a su madre que, por cierto, sigue viviendo junto a él.