San Mamés llora el adiós de Bielsa, un 'Loco' que devolvió la grandeza perdida al Athletic

El adiós de Marcelo Bielsa al banquillo del Athletic Club marca un antes y un después en el combinado vasco. El rosarino ha vivido dos temporadas en el banquillo de San Mamés en los que no ha dejado indiferente a nadie, con dos temporadas contrapuestas y llenas de altibajos. El técnico argentino ha dejado una huella imborrable en la afición del Athletic, un hombre que es conocido gracias a sus métodos poco ortodoxos.

Desde que Josu Urrutia, aún candidato a la presidencia del club, anunciara que su entrenador para el nuevo proyecto del equipo sería Bielsa, el argentino se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de la actualidad del equipo. Extravagante, directo y de ideas inamovibles, el técnico del Athletic ha marcado una época repleta de anécdotas, y en la que ha vivido dos años donde la ilusión y la decepción se han cruzado en su camino a partes iguales.

La llegada al Athletic de Bielsa fue un verdadero soplo de aire fresco. Un equipo acostumbrado a luchar en la zona baja de la tabla olvidó sus últimos años para comenzar a mirar a la parte alta de la clasificación y soñar con grandes metas. Con un fútbol agresivo, valiente y de muchos quilates, el conjunto vasco se convirtió en la opción de los 'humildes' frente a Real Madrid y Barcelona, viviendo momentos brillantes que deslumbraron en Europa.

Sin duda, uno de los encuentros más memorables tuvo lugar en Old Trafford, cuando el conjunto vasco conquisto el 'Teatro de los Sueños' con una épica victoria por 2 a 3. Ese gran triunfo fue el claro reflejo del fútbol alegre de un equipo que empezaba a maravillar al viejo continente, y fue el gran momento de un club que volvía a sentirse grande, importante, con capacidad para hacer frente y ganar a cualquier equipo.

Mucho se habló de los métodos de Bielsa, poco comunes en el fútbol actual. El técnico argentino basaba sus entrenamiento en tan sólo 35 movimientos, en los que insistía constantemente. La intención del técnico no era otra más que conseguir sistematizar prácticamente todas las situaciones que se pueden dar en un partido a través de estos movimientos. Sin embargo, arrastraban un gran problema: llevar a los jugadores al límite físico.

Así, en el tramo final de campaña se pudo ver a los jugadores muy 'tocados', lo que les impidió coronar un gran año al caer de manera dolorosa en la final de la Liga Europa ante el Atlético de Madrid y en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona. El primer año de Bielsa en el club prometía, pero todo cambió ya desde la siguiente pretemporada, donde los problemas se acumularon e incluso estuvo a punto de tener que abandonar el equipo.

Una temporada convulsa con final feliz

La salida de Javi Martínez hacia el Bayern de Múnich -salto de la valla incluido- o el anuncio de la no renovación de Fernando Llorente marcaron su última temporada, en la que pronto llegaron los problemas. Antes de volver a los entrenamientos, el propio Bielsa se autoinculpó de haber agredido al jefe de las obras de Lezama por no encontrárselas en el estado esperado, no acudiendo a las sesiones durante varios días e incluso estando cerca de dejar el equipo.

El adiós de una de sus piezas claves en dirección a Baviera y los problemas con Llorente macaron a un equipo muy tocado en lo físico, y que desde el comienzo de temporada demostró no estar al nivel esperado. El Athletic no consiguió parecerse al equipo que maravillara tan sólo unos meses antes, y el conjunto vasco se vio obligado a vivir una penitencia que recordó a tiempos pasados, en los que luchó por la salvación hasta las últimas jornadas de Liga.

Después de una segunda temporada convulsa y con poco fútbol, el periplo de Bielsa en San Mamés ha acabado. Pero lo que ha quedado claro es que la afición le guarda un enorme cariño y gran respeto, tal y como quedó confirmado en las últimas jornada, donde los cánticos y las pancartas en su favor fueron múltiples. El 'Loco' ha decidido que ha llegado el momento de cambiar de aires, pero el Athletic no olvidará al técnico que le devolvió la grandeza perdida.