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La Real Sociedad se redime con la Champions de su década negra
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EL VALENCIA NO SUPO RESISTIR EN SEVILLA

La Real Sociedad se redime con la Champions de su década negra

La Real Sociedad cerró un círculo doloroso en Riazor –ganó 0-1 al a un Depor que se fue camino de Segunda- con la feliz conquista de

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La Real Sociedad se redime con la Champions de su década negra

La Real Sociedad cerró un círculo doloroso en Riazor –ganó 0-1 al a un Depor que se fue camino de Segunda- con la feliz conquista de la cuarta plaza. Esa que le dará el derecho a jugarse en agosto una plaza para la Champions League en su ronda previa. Un premio mayúsculo para un equipo de pasado glorioso pero que en la última década ha llegado incluso a coquetear con su desaparición. Palabras mayores. Diez años después vuelve al lugar que le corresponde. Un largo y complicado tránsito desde aquel mayo de la temporada 2002-03 deja ahora a la Real Sociedad lista para presumir de estar entre los mejores, de jugar en la Champions. Un honor deportivo y una inyección económica vivificadora para un club que arrastra los estragos de una Ley Concursal recién abandonada.

El artífice del milagro donostiarra tiene nombre y apellidos: Philippe Montanier, un técnico repudiado y al filo del abismo en el primer tercio de temporada y que ahora se ha dado el gustazo de dejar a la Real Sociedad codeándose con Barcelona y Real Madrid apenas unas horas antes de poner rumbo al Rennes, su próximo destino. Son curiosos los caminos del fútbol: como en 2003, el banquillo habla francés. Entonces fue el también galo Raynald Denoueix el artífice del milagro. Sólo que en aquella ocasión la Champions llegó tras el subcampeonato de Liga. Lo mismo da, pensarán ahora por Anoeta. La conexión francesa, en todo caso, es innegable: el gol que adjudicaba la cuarta plaza corrió a cargo de… voilà: Antoine Griezmann.

La cuarta plaza sabe aún mejor en San Sebastián cuando se recuerda que apenas hace tres años el equipo se batía a muerte por regresar a Primera. Condenado a la División de Plata en 2007, el periplo en el infierno parece ahora lejano, pero sentó las bases de la regeneración de un equipo que recuperó la categoría en 2010 y que puso rumbo a base de cantera y sentido común al éxito que hoy disfruta. La afición sólo espera que el club haya aprendido la lección de la hecatombe que sucedió a la entrada de la Champions hace ahora 10 años. Conviene aprender de los errores.

El Valencia, condenado

El Valencia es el reverso de la moneda. El equipo de Ernesto Valverde no supo defender su cuarta plaza en Sevilla, donde Negredo con cuatro goles infligió un duro correctivo al equipo ché, que se llevó un duro 4-3 que les deja con el amorgo consuelo de la Europa League. Si para la Real la Champions es un premio, para el Valencia era una necesidad. Quebrado por una deuda brutal, el club veía en la Liga de Campeones la tabla de salvación a la que agarrarse para seguir manteniendo el actual equipo. El golpe no puede haber sido más duro. Ahora, el nuevo presidente tendrá que decidir cuál es nuevo camino. Más con el adiós anunciado por Valverde. El técnico anunció en sala de prensa que no continuará. Veremos si su destino es el Barcelona. Mientras, Djukic. ya viaja para Valencia para convertirse en el nuevo entrenador. Es su regreso a casa, al equipo que le permitió seguir su carrera después del 'hundimiento' de su penalti fallado con el Deportivo.

La goleada no fue estéril para el Sevilla, que cruza los dedos para saber si el Málaga y su sanción UEFA la ceden una plaza en la Europa League. Ya sabe que el Rayo, pese a quedar por delante de ellos, no tiene licencia para jugar en Europa por lo que el TAS designará si los goles de Negredo tienen premio. El Málaga espera que no.

Quien sí puede celebrar su gesta es el Betis. El equipo de Pepe Mel empató (1-1) ante el Levante para adjudicarse un puesto en la Europa League. Todo un premio al esfuerzo y la fe de un equipo que ha sabido reinventarse pese a estar económicamente contra las cuerdas y competir con los grandes en un claro y evidente nivel inferior.

La Real Sociedad cerró un círculo doloroso en Riazor –ganó 0-1 al a un Depor que se fue camino de Segunda- con la feliz conquista de la cuarta plaza. Esa que le dará el derecho a jugarse en agosto una plaza para la Champions League en su ronda previa. Un premio mayúsculo para un equipo de pasado glorioso pero que en la última década ha llegado incluso a coquetear con su desaparición. Palabras mayores. Diez años después vuelve al lugar que le corresponde. Un largo y complicado tránsito desde aquel mayo de la temporada 2002-03 deja ahora a la Real Sociedad lista para presumir de estar entre los mejores, de jugar en la Champions. Un honor deportivo y una inyección económica vivificadora para un club que arrastra los estragos de una Ley Concursal recién abandonada.