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El Celta 'condena' al Dépor al infierno de Segunda y la Real vuelve a hacer historia
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LOS VIGUESES LOGRAN LA PERMANENCIA Y LOS DONOSTIARRAS SE METEN EN CHAMPIONS

El Celta 'condena' al Dépor al infierno de Segunda y la Real vuelve a hacer historia

Sonrisas y lágrimas. Como la película protagonizada por Julie Andrews en la década de los 60, así se puede definir la última jornada del Campeonato Nacional

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El Celta 'condena' al Dépor al infierno de Segunda y la Real vuelve a hacer historia

Sonrisas y lágrimas. Como la película protagonizada por Julie Andrews en la década de los 60, así se puede definir la última jornada del Campeonato Nacional de Liga vivida este sábado en los diferentes estadios españoles de la Primera División. Una vez más, el Deportivo de La Coruña patinó en su estadio y, aunque dependía de sí mismo, consumó un nuevo descenso a Segunda División. El beneficiado de la derrota por 0-1 de los coruñeses ante la Real Sociedad fue su vecino y eterno rival, el Celta de Vigo, que permanece en la máxima categoría del fútbol español. Junto al Dépor, se marchan al 'infierno' de Segunda el Mallorca y el Zaragoza. El otro gran protagonista de la jornada fue precisamente la Real, que ha hecho historia al volverse a meter en Liga de Campeones. Como en la temporada 2003-2004, los donostiarras disputarán la máxima competición continental, dejando al Valencia con la miel en los labios tras su derrota en el Sánchez Pizjuán por 4-3.

Todo se puso muy complicado para el equipo de Fernando Vázquez, que recibía un gol antes de llegar a la media hora de encuentro. Los viejos fantasmas de los fatídicos enfrentamientos contra el Valencia (la Liga 93-94 y el descenso de la 2020-2011) sobrevolaban Riazor, a pesar del 'sí, se puede' que la afición venía coreando durante los últimos meses de Liga. Y más aún sabiendo que Celta y Mallorca ya ganaban sus partidos. Los coruñeses estaban contra la pared, pero aún restaban muchos minutos por delante. La pulsaciones en las gradas de Riazor, Balaídos, Iberostar Stadi y La Romareda estaban muy por encima de lo normal, sus equipos se estaban jugando no sólo su futuro deportivo, sino en algunos casos incluso el de la propia entidad. La tensión en los rostros de los aficionados era digna de una película de Hitchcock. En Vigo esbozaban una ligera sonrisa, en Palma se venían arriba porque la cosa se había puesto mucho mejor de cómo empezó, mientras que en A Coruña y Zaragoza el silencio y el bajón anímico era la nota predominante.

Los colegiados señalaban el camino a vestuarios. El primer capítulo de este 'thriller' había finalizado, por delante aún 45 minutos de sufrimiento, ansiedad, locura... Por más que hubo alternativas en el marcador en muchos campos, nada se movió en los partidos en los que se jugaba la permanencia. Bueno sí, que el Mallorca amplió su victoria (4-2) y el Zaragoza sucumbió ante el Atlético de Madrid (1-3). Pero eso no influía para nada en el desenlace final de nuestra película. El júbilo estallaba en Vigo y las lágrimas se derramaban en Coruña, Palma y Zaragoza. Los hombres de Abel Resino lograban la heroica y mandaban a sus tres rivales directos al purgatorio. Y es que muy difícil van a tener su futuro los equipos descendidos, especialmente el Dépor, teniendo en cuenta la situación de sus cuentas y la tremenda reducción de ingresos que supone irse a Segunda División. 

Riazor revivía un pasado que parece perseguirle en cada última jornada de Liga, excepción hecha del título liguero que logró ante el Espanyol. Dependía de sí mismo, pero la Real Sociedad también se jugaba los cuartos en esta última batalla del campeonato, ni más ni menos que meterse en la Champions, y terminó dándole una estocada mortal que veremos que recorrido tiene en el futuro. El panorama no era mucho más alentador en la capital maña y en la de las islas Baleares. Gritos contra Agapito Iglesias y Lorenzo Serra Ferrer certifican el divorcio entre clubes y aficiones de ambos conjuntos. 

La Real se llevó el premio gordo

La otra gran batalla también era de órdago. La cuarta plaza de Champions suponía para el Valencia un desahogo importantísimo, dadas sus actuales circunstancias económicas, y un premio a la fabulosa temporada de un equipo que ha jugado como los ángeles, que no contaba en ninguna quiniela para este menester, pero que ha terminado por alzarse ganador. 

Y eso que fue el equipo che el que golpeó primero. Un gol de Banega dejaba sin opciones a los 'txuri-urdin', que por si las moscas anotaban su golito en tierras gallegas. E hicieron bien, porque poco después las cosas se iban a torcer, y mucho, para el equipo que de momento dirige Ernesto Valverde. Dos goles de Negredo y la expulsión (injusta) de Jonas iban a marcar el devenir del encuentro en la capital hispalense para regocijo de los donostiarras. El festival de Negredo, que se 'vengó' de la no convocatoria de Del Bosque, fue recibido a las mil maravillas por los hinchas de la Real.

La suerte estaba echada. Al Valencia no le quedaban recursos, ni fuerzas para darle la vuelta al marcador en el Pizjuán y tan sólo le quedaba encomendarse a un gol del Dépor. Los de Montanier eran conscientes que un tanto de su oponente les mandaba a la Europa League, y no veas cómo apretaban los de Vázquez. Encima la Real se quedaba con diez. Los nervios de los vascos estaban a flor de piel. Los minutos y segundos eran efímeros para gallegos y valencianos, eternos para los guipuzcoanos. Con el pitido final de Fernández Borbalán, la gesta se consumaba en el caso de la Real Sociedad, mientras que el Valencia veía cómo su gran esprint final le dejaba tirado en la orilla. Habrá que ver las consecuencias que estos resultados tienen en la capital del Turia, porque en Donosti ya sabemos que su técnico se va por la puerta grande. En Valencia nada se sabe de la continuidad de Valverde, mientras que ya se ha especulado con que Djukic puede tomarle el relevo.

Al margen de alegrías y dramas, no hay duda que todos los partidos a la misma hora y con tanto en juego tienen un sabor y un encanto especial. Hoy cada uno lo verá de un color, pero ésa es la grandeza del fútbol, para lo bueno y, desgraciadamente, también para lo malo.

Sonrisas y lágrimas. Como la película protagonizada por Julie Andrews en la década de los 60, así se puede definir la última jornada del Campeonato Nacional de Liga vivida este sábado en los diferentes estadios españoles de la Primera División. Una vez más, el Deportivo de La Coruña patinó en su estadio y, aunque dependía de sí mismo, consumó un nuevo descenso a Segunda División. El beneficiado de la derrota por 0-1 de los coruñeses ante la Real Sociedad fue su vecino y eterno rival, el Celta de Vigo, que permanece en la máxima categoría del fútbol español. Junto al Dépor, se marchan al 'infierno' de Segunda el Mallorca y el Zaragoza. El otro gran protagonista de la jornada fue precisamente la Real, que ha hecho historia al volverse a meter en Liga de Campeones. Como en la temporada 2003-2004, los donostiarras disputarán la máxima competición continental, dejando al Valencia con la miel en los labios tras su derrota en el Sánchez Pizjuán por 4-3.

Celta de Vigo