Puyol y Cesc, la cara B de la remontada ante el AC Milan

La histórica remontada ante el AC Milan barrió de un plumazo las caras largas que se había instalado en el Barcelona. En 90 minutos, el equipo recuperó la amplia sonrisa que parecía borrada tras la derrota en San Siro y los varapalos del Real Madrid. Fueron cuatro goles terapéuticos que espantaron el fantasma del temido fin de ciclo y revitalizaron el ánimo de un equipo que de nuevo se cree capaz de todo. El anuncio del regreso de Vilanova el próximo 25 de marzo fue la guinda a una noche perfecta, inolvidable.

La felicidad, sin embargo, no fue completa en el vestuario azulgrana. En medio de la euforia hubo dos jugadores cabizbajos, tristes aunque comprometidos. Carles Puyol y Cesc Fágrebas fueron los grandes sacrificados de un partido que pertenece ya a la centenaria historia del club. Y eso pesa en su ánimo.

El gran capitán recibió la noticia de su suplencia como un mazazo. El propio Roura, según Sport, se lo comunicó personalmente en la mañana del partido. La elección de Javier Mascherano para acompañar a Gerard Piqué no gustó a Puyol, que sentía la necesidad de ayudar al equipo en un envite de tal envergadura. Sus más que discretos partidos ante el Real Madrid invitaron a los técnicos a jugársela con ‘Masche’.

La respuesta del argentino fue impecable, a excepción del borrón que supuso el error que permitió a Niang presentarse solo ante Valdés. Por suerte para él, el milanista estampó la pelota en el poste y todo quedó en una anécdota. Sólo unas molestias de Mascherano permitieron a Puyol participar en la recta final del partido. Un papel secundario al que cada vez parece más encaminado su futuro.

El otro gran damnificado del encuentro ante el Milan es Cesc Fágrebas. La temporada del ex del Arsenal va por los mismos derroteros que la pasada. En pocos partidos ha pasado de ser titular indiscutible, a ser un fijo en el banquillo. Su rendimiento ha ido de más a menos y ha terminado por ceder su puesto en el equipo. La necesidad de desplazar a Iniesta a una banda cuando él entra el en equipo no convence a los técnicos, que han optado por la suplencia de Cesc pese a saber que Messi lo quiere a su lado. Su ausencia ante el Milan ya se adivinaba tras los partidos ante el Real Madrid.

La temporada es larga y los técnicos saben que Cesc será importante, como lo ha sido Villa pese a sus continuas suplencias. Esa es la idea que han trasmitido a un jugador que, pese a todo, cuenta con el aval incondicional de Tito Vilanova. El técnico cree que es imprescindible a medio y largo plazo para el club. Eso sí, le demanda más carácter cuando las cosas se tuercen, algo que ya ha sufrido en la selección.