Un Cesc imperial lidera la mejor versión del Barça para firmar una nueva goleada en Vallecas

Hubo un tiempo en el que pasar por Vallecas era sinónimo de pasarlas canutas para el Barcelona. Toda una tortura en un campo lejos de las medidas donde desplegar su fútbol de salón. La historia, sin embargo, ha cambiado. Y de qué manera. Si el año pasado fueron siete los goles, esta vez el líder le dejó una ‘manita’ (0-5) en la cara al Rayo, que sin embargo puede presumir de haberle discutido el balón al equipo de Vilanova durante 20 minutos. Fue un espejismo.

Los cierto es que al Barça le costó arrancar, pero cuando lo hizo la cosa fue como la seda y los azulgrana mostraron una de sus mejores versiones de la temporada. Hasta la fecha habían acompañado los resultados –sólo un empate en nueve partidos-, pero el juego despertaba dudas. La comparación con años anteriores parecía obligada. En Vallecas, sin embargo, un imperial Cesc se puso manos a la obra para terminar con la dolorosa comparativa. Y el resultado estuvo a la altura: el equipo mostró su versión más equilibrada en defensa y contundente en ataque. Una maravilla donde Messi volvió a sumar sus goles de cada día. En este caso, dos.

Todo pese a que de nuevo hubo cambios en defensa. Esta vez el juego malabar de Tito Vilanova para conformar una defensa, cuando menos digna, pasó por retrasar a Sergi Busquets al eje de la zaga junto a Adriano, que repetía posición tras su estreno ante el Real Madrid. El técnico no arriesgó con Song, que esta vez repitió de mediocentro. La ‘probatura’ de Vilanova quedará para la estadística… o para el juego de ¿cuántas alineaciones distintas eres capaz de hacer? Las bajas, todo hay que decirlo, no dejan muchas más opciones.

No quedó muy claro en el arranque del partido si al Barcelona le pesó el nuevo dibujo defensivo o por el contrario fue el descaro del Rayo lo que le dejó a verlas venir durante 20 minutos, justo el tiempo que tardó el cuadro azulgrana en engarzar una jugada digna de que David Villa la pusiera en la red. Hasta entonces, un erial. No mentía, en cualquier caso, Paco Jémez cuando anunciaba presión alta para ahogar la salida de balón azulgrana. De hecho, el partido se jugó al compás marcado por Fuego, Domínguez, Delibasic y compañía para desesperación de Xavi, que no terminaba de asentarse en el partido. Le faltó al Rayo destreza en el uno contra uno para haber puesto en jaque a Valdés. Notable en la intensidad, el equipo pagó esa falta de desborde en los metros finales. Donde se deciden los partidos, vamos.

Nada que ver con el Barcelona. En la primera vez que levantó la cabeza Cesc llegó el gol. Recuperada la pelota por la sensacional presión de Xavi y sobre todo Pedro –éste se propaga como la pólvora sobre el campo-, Fábregas filtró un balón sensacional entre las líneas rayistas para que Villa, trazando la diagonal, rematara a placer. Primera jugada ‘made in Barça’, primer gol. En líder se las gasta así. Ya no necesita de la continuidad y pulso de otros tiempos para romper los partidos. En Vallecas volvió a demostrarlo.

El gol, que dejó claro que la zaga del Rayo andaba un poco lenta, desató al Barcelona, que empezó a girar al compás que marcaba Fábregas, que sigue paso a paso convirtiéndose en un imprescindible. Ni Iniesta parece ya discutirle el puesto. Por si fuera poco Messi es su mejor socio. No precisan ni de un gesto para entenderse y eso que el argentino no estuvo especialmente fino en el primer tiempo. Sí lo estuvieron Pedro y Villa, dos puñales a la espalda del Rayo.

Paso a la goleada

Al hilo de la primera parte empezó la segunda, donde a los dos minutos el partido estaba visto para sentencia. Este Barcelona parece haber olvidado la pausa de otros tiempos y se maneja con un nervio y verticalidad que desarma a sus rivales con la misma solvencia de antaño. El cambio necesario para que no cambie nada. Esa es la filosofía que ha instaurado Vilanova, obsesionado por evolucionar.  En este sentido la jugada que propició el segundo gol fue un ejemplo: recuperación vertiginosa de Pedro que pone en carrera la pelota a Montoya para que el lateral, tras desdoblarle, ponga un centro duro y directo para que Messi en la corona del área metiera el balón por la escuadra. Para enmarcar. Mención especial en todo ello requiere Montoya. Mientras los tiros siguen yendo por Bartra, el canterano como el que no quiere la cosa le ha buscado un lugar en el banquillo a Alves. Huele a relevo. Veremos si tranquilo porque el brasileño no es de los ‘fáciles’. En cualquier caso, buena noticia para el Barcelona.

El gol terminó por descomponer al Rayo, si es que el tanto de Villa en el primer acto había dejado algo de fe en el vestuario rayista. La goleada fue cuestión de tiempo. Con Fábregas al mando y con espacios, el Barcelona terminó por rematar la noche con un gol del premiado Xavi –no acusó el absoluto el viaje a Oviedo­- y otro del propio Fábregas. El centrocampista no quiso cerrar su gran noche sin recoger al menos un balón de la portería contraria. Pero la guinda, cómo no, corrió a cargo de Messi. El argentino, sin ser su mejor noche, firmó un doblete que le sitúa con 13 goles en la presente temporada y 73 en el cómputo global del año. El récord de Pelé (75) parece un juego de niños.  

Ficha técnica:

0 - Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Rodri, Jordi Amat, Casado (Nicki Bille, m.67); Javi Fuego, 'Chori' Domínguez; José Carlos, Leo (Vázquez, m.75), Piti (Lass, m.58); y Delibasic.

5 - Barcelona: Valdés; Montoya, Busquets, Adriano, Jordi Alba (Bartra, m.82); Song, Xavi (Dos Santos, m.85), Cesc; Messi, Villa (Alexis, m.62) y Pedro.

Goles: 0-1, m.20: Villa. 0-2, m.47: Messi. 0-3, m.78: Xavi. 0-4, m.80: Cesc. 0-5, m.88: Messi.

Árbitro: Pérez Lasa (comité vasco). Amonestó a Delibasic (25), Rodri (26), José Carlos (38), Jordi Amat (70) por el Rayo, y a Jordi Alba (5) por el Barcelona. Expulsó a Paco Jémez, técnico del Rayo, a los 77 minutos.

Incidencias: encuentro correspondiente a la novena jornada de la Liga BBVA disputado ante 14.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Rafael López, socio número 2 del Rayo desde 1948. El presidente del CSD Miguel Cardenal presenció el partido en el palco