Diego Costa firma ante notario que elige la Roja y Scolari le repudia públicamente

El culebrón sobre la internacionalidad de Diego Costa ha dado un paso más hacia su resolución definitiva a lo largo de este martes. Primero se conoció que el jugador había ratificado ante notario su decisión de defender los colores de España, para horas después conocerse que la selección brasileña procedía a desconvocarlo. En palabras del seleccionador de la 'canarinha', Luiz Felipe Scolari, "un jugador brasileño que rechaza vestir la camiseta de la selección brasileña y a disputar la Copa del Mundo en su país sólo puede estar desconvocado automáticamente". Lo que sí ha conseguido el técnico brasileño es que la Roja acuda a defender título a Brasil donde se encontrará con la máxima de las hostilidades.

La historia que protagoniza el trío Diego Costa, Brasil y España tiene un largo resumen: el delantero quiso vestir la camiseta de la Roja a pesar de la convocatoria que Scolari hizo pública el viernes pasado y para ello, ya ha enviado la famosa carta. Todos los pasos que requería FIFA han sido dados, pero las consecuencias serán inevitables. Con el Mundial en el horizonte, Brasil sabe que España es el rival a batir y cualquier forma de debilitar a la campeona es bienvenida.

No lo ha logrado usando a Diego Costa, pero crear un ambiente lo más hostil posible en las gradas, como ya se vio en la Confederaciones, puede ayudar a desconcentrar a la Selección. Ya se sabe que en el amor como en la guerra, todo vale. Pero este martes, Diego Costa dio un paso más, después de rubricar ante notario su intención de jugar con España, tal y como confirmó la selección nacional a través de su página oficial. Poco tiempo después, Scolari no dudo en desconvocarlo y repudiar al jugador públicamente.

Tal y como informaba El Confidencial este lunes, Diego Costa ya había enviado una misiva a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) con copia a la FIFA anunciando que renuncia a vestir la camiseta ‘canarinha’. El jugador del Atlético de Madrid tenía de plazo hasta el 31 de octubre para intentar sofocar la polémica con un gesto demandado por ambas partes porque las dudas ya se habían hecho patentes. Diego Costa manifestó de forma interna que quería formar parte de la Selección; lo hizo en una reunión que mantuvo con Vicente del Bosque. El problema es que los trámites burocráticos impuestos por FIFA impedían la llamada. Y en ese proceso era donde se incluía un gesto público del jugador en el que confesase su deseo.

Hasta el día de ayer, Diego Costa se había limitado a asegurar que la decisión estaba tomada y como ésta no se conocía públicamente, Scolari levantó el teléfono y le convocó para los dos partidos amistosos que Brasil disputará el mes que viene. Un gesto con el que pretendían presionar al futbolista para que renunciase lo que implicaría una sanción que le impediría jugar con España: todo jugador debe responder a la llamada de la selección mientras FIFA no haya tomado una decisión. Dicho organismo no considera válida esta última convocatoria y ahora, con la carta en su poder, debe examinar el proceso y emitir un dictamen.

Un gesto que no es novedoso. En marzo del año pasado, el seleccionar brasileño contó con el jugador del Atlético de Madrid para los dos encuentros no oficiales que disputó la ‘canarinha’. Diego Costa se vistió de amarillo, perono le gustó el trato y el sitio que ocupó en aquel vestuario. El futbolista referente de un equipo como el Atlético, rival directo de Real Madrid y Barcelona, que apuntaba a Europa se sentía como un canterano que formaba parte de una lista para cubrir la baja inesperada de alguno de los pesos pesados.

Estas sensaciones unidas a su ausencia en las convocatorias de agosto y septiembre le empujaron a tomar la decisión. Aunque Diego Costa es de sobra conocido en la Liga (no en vano es el pichichi del campeonato con once dianas) y en Europa, no goza de la misma publicidad en su país de origen. Con la Constitución jurada debajo del brazo y una carrera desarrollada dentro de las fronteras españolas, Diego Costa quiso formar parte de las filas de la actual campeona de Europa y del mundo. A pesar de que en la balanza también estaba su familia y de la oferta que el técnico brasileño hizo en la broma de la que fue víctima en Cope: “Le ofrezco una selección cinco veces campeona del mundo, con todas las condiciones de serlo seis veces. Y lo será”.

España, el rival a batir en el Mundial

Teniendo en cuenta que Scolari tiene jugadores de sobra para la demarcación del rojiblanco, el poco peso de éste en el vestuario de Brasil y su escasa publicidad en el país que le vio nacer, ¿cuáles son las razones a las que atendería su llamada? Aún faltan ocho meses y medio, pero Brasil ya piensa en la cita mundialista que acogerá el próximo verano. El Mundial aterriza en Brasil, un país movido por el fútbol y que ha visto a su selección levantar el trofeo en cinco ocasiones. No existe mejor escenario para hacerlo por sexta vez. Scolari ya piensa en la hazaña y sabe perfectamente que el rival a batir será España que llega con el objetivo de revalidar el título logrado en Sudáfrica. El seleccionador brasileño debe conocer a la perfección los puntos débiles de su principal rival para intentar debilitarle. Fuera del terreno de juego no lo ha conseguido y a la espera de lo que suceda en un hipotético enfrentamiento, Scolari ya ha empezado a dar los primeros pasos paracaldear un ambiente ya crispado cuando en la Roja la que juega en Brasil.

En la pasada Copa Confederaciones, España sólo tuvo un partido con cierta paz y fue el que disputó frente a Uruguay, país cuya rivalidad con Brasil es mayor por la proximidad geográfica. En el resto de choques que la campeona de Europa disputó, las gradas se convirtieron en un factor que jugaba en su contra. Un efecto que ahora se puede ver multiplicado tras lo vivido con Diego Costa: Brasil ha visto cómo España ha ganado la batalla en la pugna por el jugador… aunque ha sido el delantero el que ha tomado la última y determinante decisión. Dentro de ocho meses, la Selección jugará todos sus partidos del Mundial contra doce jugadores y éste último promete ser más aguerrido que el propio Diego Costa.