El Bernabéu muestra su hartazgo con un Kaká ‘tocado y hundido’

La aventura de Kaká en el Real Madrid empezó de una manera y va a acabar de otra diametralmente opuesta. Aquel Balón de Oro que llegaba de Milán en el verano de 2009 como una de las grandes estrellas del fútbol europeo, uno de los grandes anhelos del madridismo para seguir conformando un equipo de ensueño, se ha ido desvaneciendo poco a poco hasta el punto de catalogarlo como uno de los grandes fracasos (probablemente el mayor) de la historia del club. La reacción unánime del Santiago Bernabéu en el día del homenaje a Raúl, pitando al jugador brasileño ante su inoperancia en el terreno de juego, deja patente la desilusión de una hinchada que tres años atrás bebía los vientos por este futbolista.

Debe ser duro que en un día de fiesta, en un partido sin trascendencia alguna, tu público te abuchee de esa forma. Pero tampoco es que Kaká haya puesto demasiadas soluciones al respecto. Tras una temporada (2009-2010) plagada de lesiones, forzó para estar en el Mundial de Sudáfrica, lo que significó agravar sus dolencias y perderse buena parte del inicio de la siguiente campaña con su equipo. Eso ya mosqueó en cierta manera a la parroquia merengue. Eso, y su nulo rendimiento cada vez que ha formado parte del once inicial o ha salido desde el banquillo. Los 65 millones de euros que Florentino Pérez pagó al Milan por su traspaso han pesado como una losa en la otrora estrella brasileña. Nunca fue capaz de justificar el precio que costó, apenas detalles y fogonazos que no han calado entre la gente.

Ha tenido la opción de salir, pero siempre se ha aferrado a su contrato y a los diez millones de euros netos que cobra en la casa blanca. Sus pretendientes jamás han admitido una ficha tan alta, aunque bien es cierto que han hecho sus esfuerzos (caso del propio Milan) para contratarle. Lejos de optar por una mejor opción deportiva, el internacional brasileño siempre ha dado largas y ha preferido continuar en el Madrid a sabiendas de que el cuerpo técnico no contaba con él. Quién sabe si por confianza en sí mismo o por las ganas de demostrarse que todavía puede triunfar, el caso es que Kaká afronta su quinta temporada en la entidad madridista. El balance, paupérrimo: 120 partidos y 29 goles.

El Santiago Bernabéu ha hablado y se antoja francamente difícil darle la vuelta a la situación. Quizá todo pase por la definitiva salida del futbolista, pero eso es algo que sólo puede determinar el propio Kaká, quien ha quedado ‘tocado y hundido’ para su propia afición. El Real Madrid estaría encantado de su salida, ya que se ahorraría una ficha muy alta y dejaría paso a canteranos como Jesé (sacrificado el pasado domingo ante el Betis para dar entrada en la convocatoria al brasileño) y Morata. El problema está ahí, y tanto una parte como otra deben tomar cartas en el asunto. Lo que queda claro que los días de gloria del Balón de Oro 2007 ya pasaron y que su periplo como madridista es de no retorno.