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El fútbol y las ganas de Ronaldo no bastan para sentenciar a un más que digno Manchester United
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UN NUEVO FALLO A BALÓN PARADO CONDENA AL REAL MADRID

El fútbol y las ganas de Ronaldo no bastan para sentenciar a un más que digno Manchester United

Todo por decidir. Mourinho soñaba con dejar la puerta a cero, pero Welbeck frustró al portugués y a una afición que se marchó descontenta con el

Foto: El fútbol y las ganas de Ronaldo no bastan para sentenciar a un más que digno Manchester United
El fútbol y las ganas de Ronaldo no bastan para sentenciar a un más que digno Manchester United

Todo por decidir. Mourinho soñaba con dejar la puerta a cero, pero Welbeck frustró al portugués y a una afición que se marchó descontenta con el resultado, pero feliz por ver a un equipo entregado, que peleó y buscó la portería de De Gea en todo momento. El problema es que encontró cumplida respuesta en un Manchester United que demostró el motivo por el que abusa de sus rivales en la Premier, dejando patente que es un equipo serio, ordenado y con poder arriba. Welbeck y Ronaldo marcaron, mientras que Coentrao y Van Persie se encontraron con los palos, lo que propició que ninguno de los equipos partiera con ventaja para la vuelta de dentro de tres semanas en Old Trafford.

Si hablamos de dominio, de control del juego, el Real Madrid quizás se mereció más premio, pero las claras ocasiones de los de Old Trafford llevan a pensar que el resultado se puede considerar justo pese a esa ligera superioridad madridista en el control y en la insistencia a la hora de atacar la portería del exrojiblanco De Gea. El problema es que ahora el Real Madrid tendrá que salir en Old Trafford a atacar, a buscar, al menos, un gol, escenario propicio para el juego de los de Ferguson. Al juego blanco le faltó algo de fluidez, de capacidad de sorpresa, incluso algo de talento en la zona de peligro. La 'ausencia' de Özil hizo mucho daño a los de Mourinho.

Danny Welbeck, la sorpresa en la alineación que preparó Ferguson, arruinó la idea de Mourinho de viajar a Manchester sin recibir un gol. El canterano del United se convirtió en la pesadilla de la defensa blanca. Solo Varane pudo contrarrestar su fuerza, velocidad y habilidad para aparecer por donde menos se lo esperaban los madridistas. Con su estilo desgarbado y sus largas piernas, se convirtió en un auténtico incordio. Y así hasta que reventó mediada la segunda mitad. En ataque sorprendía y en defensa se dejaba la vida haciéndosela imposible a Xabi Alonso. Pero lo mejor lo dejó para el minuto veinte, justo cuando dejó con el molde a Sergio Ramos para inaugurar el marcador. El mediapunta aprovechó la indecisión de Diego López y el exceso de confianza del capitán a la salida de un córner para tocar la pelota lo justo y necesario para que terminara pegadita a la red. Mourinho no se creía lo que acababa de ver. Gol de los red devils, y a balón parado.  

El gol no hacía justicia a lo que se estaba viendo sobre el césped. El Real Madrid dominaba. Inició el partido enchufado, tal y como se esperaba. Coentrao, en su mejor partido como madridista, estrelló un balón en el palo de un De Gea que fue de menos a más durante el partido. La jugada sirvió para asustar al United. Ferguson y los suyos, ante lo que se les venía encima, decidieron arropar al ex blanco, dando metros y el balón a un Real Madrid que en esos momentos pasó a depender de la inspiración de Özil a las apariciones de Benzema, pero ni el alemán ni el francés estuvieron por la labor, completando un triste partido ambos. Este panorama, por cierto, no cambió con la entrada de Higuaín con media hora por delante.

El United avisó a los diez minutos por medio de Rooney, jugó en banda hasta que Welbeck tuvo que retirarse, que asistió a Van Persie para que Varane justificara la fama que se ha ganado desde el copero partido ante el Barcelona. El dominio blanco moría al llegar al área. Ronaldo se multiplicaba, la buscaba por arriba, por abajo, pero no contaba con excesiva colaboración de sus compañeros.

A los de Ferguson les hace falta media ocasión para marcar, y lo dejaron patente. La máxima de que con un córner o un simple saque de banda les basta volvió a quedar demostrada. Minuto veinte, nueva indecisión blanca a la hora de defender un balón parado y Welbeck se come a toda la defensa blanca. A la primera, gol. El tanto no cambió el guión; si acaso enfrió la grada, pero poco más. 

El Real Madrid seguía a los suyo, con Cristiano Ronaldo muy por encima de un desaparecido Benzema, un flojo Özil y un acelerado Di María, que cuando le dio pausa a su fútbol y a sus locas carreras, se sacó de la manga una perfecta banana desde la banda izquierda que bastó para que CR7 volara por encima de Evra y pusiera el empate en el marcador. El gol hizo justicia y el portugués decidió no celebrarlo por aquello de su pasado en el United. 

Hasta el descanso, intercambio de golpes, con un equipo inglés demostrando que si es el líder en la Premier con doce puntos de ventaja al segundo es por algo. Sin deslumbrar con su fútbol, los de Ferguson apostaron por sacar la pelota jugada desde el primer al último minuto. El problema con el que se encontraron es que según avanzaba el reloj, se acercaban más y más a la portería de De Gea y cada vez que intentaban pisar el área de Diego López tenían setenta metros por delante.

La segunda mitad poco varió en su guion. Dominio del Real Madrid, pocas contras del United, pero todas ellas con peligro. Hasta en tres ocasiones la tuvo Van Persie en el tramo final del partido. El palo, Xabi Alonso y Diego López impidieron el segundo de los ingleses. Khedira, Coentrao, y en un par de ocasiones Ronaldo, una de ellas con un golpeo de balón desde casi el círculo central, la tuvieron para los madridistas, pero en todas ellas se encontraron con un De Gea que terminó por enmendar los fallos del principio, para dejar el empate en el marcador final.

Todo por decidir. Mourinho soñaba con dejar la puerta a cero, pero Welbeck frustró al portugués y a una afición que se marchó descontenta con el resultado, pero feliz por ver a un equipo entregado, que peleó y buscó la portería de De Gea en todo momento. El problema es que encontró cumplida respuesta en un Manchester United que demostró el motivo por el que abusa de sus rivales en la Premier, dejando patente que es un equipo serio, ordenado y con poder arriba. Welbeck y Ronaldo marcaron, mientras que Coentrao y Van Persie se encontraron con los palos, lo que propició que ninguno de los equipos partiera con ventaja para la vuelta de dentro de tres semanas en Old Trafford.

Cristiano Ronaldo Manchester United