Destino caprichoso: El Atlético de Madrid le arrebata un título a Fernando Torres

Así es el destino, caprichoso. Y esta vez lo fue con Fernando Torres. El delantero tardó cinco años en encontrarse con 'su' Atleti y ayer lo hizo para perder la Supercopa de Europa con su club, el Chelsea. Este trofeo se lo quedó el Atlético de Madrid y lo firmó Radamel Falcao. Al revés que Torres, Falcao obtuvo matricula de honor, con un 'hat-trick', y un juego sensacional que llevó al Atlético a la gloria europea. El 'Niño' terminó el partido con un sabor agridulce, triste por ver como su equpo 'bailaba' al compás del equipo colchonero y féliz porque el club que lo vio crecer sumaba otro título a su palmarés.

"Es el partido más especial que he jugado nunca", así describía Fernando Torres sus sensaciones antes de jugar la final de ayer ante su exequipo. Un 'Niño', mucho más maduro y con mucha más experiencia y títulos en su haber, no pudo hacer nada para evitar la derrota de su equipo ante un impecable Atlético de Madrid.

Torres estuvo impasible ante el dominio del conjunto rojiblanco. El delantero fue un fiel reflejo de cómo jugó su equipo. Lento, sin ejercer la presión sobre el rival y perdido en el campo, así estuvo Torres y así estuvieron los 'Blues'. El 'Niño' no se esperaba el dominio que iba a ejercer el Atleti y mucho menos que Falcao apareciera a los seis minutos de partido para abrir su cuenta particular y la de su equipo. Era el principio del fin para el equipo de Roman Abramovich.

El Chlesea, equipo que más ha gastado en Inglaterra por encima de los 100 millones de euros, vio como un club con un presupuesto infinitamente menor le pasaba por encima como una apisonadora. A Fernando Torres no le quedó otra opción que la de observar como el club de sus amores levantaba su cuarto título en tres temporadas.

Los aficionados del Atlético de Madrid, que se dieron cita en el Stade Louis II de Mónaco, marcaron el final del encuentro con una gran ovación, a su Atleti, a Falcao y a 'su' Fernando Torres. El homenaje al 'Niño' duró más de un minuto, señal de que el sentimiento todavía persiste, por parte de Torres y por parte de la afición colchonera.