Es noticia
Japón da un baño de realidad a una España que fue incapaz de jugar al fútbol como sabe
  1. Deportes
  2. Fútbol
EL GOL DE OTSU Y LA EXPULSIÓN DE IÑIGO MARTÍNEZ CONDENARON A LOS DE LUIS MILLA

Japón da un baño de realidad a una España que fue incapaz de jugar al fútbol como sabe

Doce años. Ese es el tiempo que la selección olímpica ha tardado en regresar a unos Juegos Olímpicos y las sensaciones eran totalmente diferentes: del fracaso

Foto: Japón da un baño de realidad a una España que fue incapaz de jugar al fútbol como sabe
Japón da un baño de realidad a una España que fue incapaz de jugar al fútbol como sabe

Doce años. Ese es el tiempo que la selección olímpica ha tardado en regresar a unos Juegos Olímpicos y las sensaciones eran totalmente diferentes: del fracaso de los penaltis de Sydney al auge y consolidación del fútbol español gracias a los triunfos a nivel europeo y mundial de la Absoluta. Después de hacer historia, Vicente del Bosque ha pasado el testigo a Luis Milla para conseguir la guinda perfecta: el oro olímpico. Y para lograrlo, la Olímpica tenía en Japón su primera prueba. Hampden Park se vistió de gala para recibir a una de las favoritas que se presentó ante los japoneses con la baja de Muniain que sigue recuperándose de la lesión que sufre. Japón saltó a sorprender y lo consiguió. Un gol de Otsu sentenció a una España desconocida que fue incapaz de lograr la remontada y ahora sólo deberá pensar en levantarse para afrontar su siguiente cita contra Honduras.

Japón era consciente de la talla de su rival y no cedió ni un milímetro, salió a presionar y a intentar asfixiar a los jugadores españoles para que éstos no tuvieran ninguna oportunidad de conquistar el balón, de jugarlo y crear el fútbol que tantas envidias despierta. Es más, fueron los japoneses los primeros en avisar con un remate de Nagai, uno de lo mejores y más peligrosos de su selección, que De Gea detuvo sin problemas. La estrategia de los españoles pasaba por intentar controlar la situación, apelando a la calma porque las prisas nunca fueron buenas compañeras de viaje y porque eran conscientes de que el físico de los japoneses no les permitiría presionar durante demasiado tiempo. El control pasó a tener acento a español de forma gradual y así llegó el primer disparo de Rodrigo tras una excelente triangulación en la frontal del área o las píldoras de Juan Mata que puso a prueba la efectividad de Gonda, portero japonés.

El tiempo corría en Hampden Park y España no era capaz de definir las oportunidades que fabricaban. Mientras los de Luis Milla se afanaban en buscar los espacios que los japoneses no dejaban, éstos sorprendieron y arrojaron un jarro de agua fría sobre la selección española. No era la primera vez que Japón metía miedo con una contra y al filo de la media hora, el aviso se convirtió en gol: tras un saque de esquina, Otsu ganó la posición a Montoya y ante el caos reinante en la defensa española De Gea se encontró frente al jugador japonés que no falló. España se encontraba con un marcador adverso que pudo ser más abultado cinco minutos después cuando Montoya, una vez más, regaló el balón a Japón que volvió a pillar desprevenido a De Gea. Un tiro demasiado cruzado y la suerte se aliaron con el combinado nacional.

Los nervios se apoderaron de España mientras la comodidad aumentaba entre los jugadores japoneses que al verse por delante en el marcador se crecieron. Una sensación a la que ayudó la rigurosa expulsión de Iñigo Martínez; el defensa español vio la roja directa tras cometer una falta sobre Nagai cuando éste era el último jugador de Japón en ataque. Las ocasiones sobre la portería de De Gea se sucedían una tras otra: una falta desde la frontal, un nuevo disparo de Otsa… Los de Luis Milla pedían la hora, necesitaban los quince minutos del descanso para tomarse un respiro, aclarar sus ideas y encontrar soluciones para llevar a cabo la remontada ante la rápida Japón.

Reacción tardía e inútil

España salió con otro aire, con un fútbol más directo, con más toque, más combinación y demasiada precipitación. Japón dejó a Otsu en el banquillo, autor del gol nipón, y aunque presionaban menos vieron en los balones largos otro de los talones de Aquiles de España, ganar la espalda a los jugadores españoles era cada vez más fácil y De Gea tuvo tiempo de estirarse y lucirse para evitar que el marcador nipón creciese. La inferioridad numérica de España era cada vez más evidente y ni la entrada de Ander Herrera por Adrián López alivió los problemas de Luis Milla. Japón acosaba a De Gea, que tenía la suerte de su lado, y la defensa española lo pasaba cada vez peor para solventar los peligrosos ataques japoneses liderados por Nagai, Kiyotake… La portería española podría haber coleccionado un saco de goles.

Doce años. Ese es el tiempo que la selección olímpica ha tardado en regresar a unos Juegos Olímpicos y las sensaciones eran totalmente diferentes: del fracaso de los penaltis de Sydney al auge y consolidación del fútbol español gracias a los triunfos a nivel europeo y mundial de la Absoluta. Después de hacer historia, Vicente del Bosque ha pasado el testigo a Luis Milla para conseguir la guinda perfecta: el oro olímpico. Y para lograrlo, la Olímpica tenía en Japón su primera prueba. Hampden Park se vistió de gala para recibir a una de las favoritas que se presentó ante los japoneses con la baja de Muniain que sigue recuperándose de la lesión que sufre. Japón saltó a sorprender y lo consiguió. Un gol de Otsu sentenció a una España desconocida que fue incapaz de lograr la remontada y ahora sólo deberá pensar en levantarse para afrontar su siguiente cita contra Honduras.

Banco de España